Máxima instancia judicial

La presidenta del CGPJ fuerza la votación y fracasa en lograr que Martínez Arrieta y Lucas sean votados para las Salas II y III del Tribunal Supremo

Isabel Perelló desvela su apuesta, pero ante la resistencia de los 10 vocales del sector progresista termina votando en blanco para no votar con la derecha y borrar su etiqueta “progresista”

La presidenta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Isabel Perelló, interviene acto de entrega de despachos de la 73 promoción de la Carrera Judicial.

La presidenta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Isabel Perelló, interviene acto de entrega de despachos de la 73 promoción de la Carrera Judicial. / Kike Rincón - Europa Press

Ernesto Ekaizer

Ernesto Ekaizer

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La presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Isabel Perelló, terminó este miércoles 7 de mayo votando en blanco después de confirmar lo que ya le advirtió el sector progresista el pasado martes 6: que no aceptaban su iniciativa de impulsar el voto a favor de las candidaturas presentadas por el sector conservador para presidir la sala de lo Penal (Segunda) y de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo (Tercera) del Tribunal Supremo. Es decir: de Andrés Martínez Arrieta y Pablo Lucas Murillo.

¿Por qué no votó Perelló con la derecha conservadora? “Para no cortar el rollo que difunde extramuros, a saber, de que es progresista”, según fuentes del CGPJ consultadas por EL PERIÓDICO.

Los hechos: Perelló propuso en el orden del día de este miércoles la votación para elegir a los magistrados en las presidencias de la Sala Segunda y Tercera, una pesadilla que ya era previsible, si se apura, desde antes incluso de la renovación en julio de 2024 del CGPJ. En varias ocasiones, Perelló lo puso en el orden del día y ante el bloqueo, llegado el momento, retiró ese punto y evitó la votación.

Las negociaciones entre los 10 vocales conservadores y los 10 vocales progresistas –composición del CGPJ que preside Perelló- no habían logrado romper el bloqueo. Y este miércoles, al forzar la votación, el resultado ha sido de 10 votos a favor de Ana Ferrer y 10 votos a favor de Martínez Arrieta; y de 10 votos a favor de Teso y 10 votos a favor de Lucas.

La ley de paridad

El sector progresista está empeñado en que se aplique la ley de paridad vigente en una institución tan importante del Estado como el Poder Judicial representado por el CGPJ. Por ello su propuesta es que una de las dos salas, Segunda o Tercera, tengan una presidenta mujer.

¿Cuál de las dos? 

El sector progresista no tiene preferencia. Estaría conforme con que la magistrada Ana Ferrer sea presidenta de la Sala Segunda.

Esta sala es muy relevante porque entre funciones está la de instruir y enjuiciar causas que afectan a aforados (diputados, senadores, presidente de Gobierno, fiscal general del Estado, y otros).

Pero el sector progresista no estaría menos conforme si se pacta que Pilar Teso, una magistrada independiente, y de prestigio, presida la Sala Tercera. Que también es muy importante porque controla los actos del Gobierno (por ejemplo, nombramientos del Gobierno.

El sector conservador rechaza la candidatura de Ana Ferrer, a quien impugnó para presidir el CGPJ en julio de 2024. 

La presidenta, Isabel Perelló, a quien Teso respaldó -con su voto en el Pleno enero de 2011, contra un recurso que pretendía anular cuatro nombramientos, entre ellos el de Perelló como magistrada de la Sala Tercera- ha dicho internamente, según varias fuentes del CGPJ, que se siente amiga de Ana Ferrer y que la apoya “pero en la Sala Segunda no la quieren”

El voto particular de Ferrer contra la decisión de sus antiguos compañeros del tribunal del procés de rechazar la aplicación de la ley de amnistía al delito de malversación ha provocado una campaña contra ella, que Perelló, precisamente, refleja con su excusa.

Por tanto, el sector conservador y Perelló no apoyan ni a Ferrer ni a Teso.

En el Pleno de este miércoles 7, Perelló abrió la votación de las presidencias de la Sala Segunda y Tercera con una advertencia: “Hablo como presidenta del Tribunal Supremo. Y quiero que se tenga en cuenta que la situación creada está provocando daño en la imagen del Tribunal Supremo”.

Al advertir que el bloqueo se mantenía, Perelló, en lugar de respaldar las candidaturas cuya votación había forzado -sabía que el sector progresista mantendría su posición- optó por votar en blanco. Predicó una cosa e hizo otra para evitar alinearse públicamente con la derecha.

Nueva oportunidad

La votación tendrá una nueva oportunidad, ya que la comisión de calificación elevará otra vez las cuatro candidaturas para las salas Segunda y Tercera (Martínez Arrieta y Ferrer; Lucas y Teso) -ya que se trata del mismo concurso- y si en esa nueva votación sigue el bloqueo, las mismas decaerán para convocar un nuevo concurso donde podrán presentarse nuevos candidatos. 

¿Por qué no ha decaído este miércoles, cuando tuvieron dos votaciones para la Sala Segunda y otras dos para la Sala Tercera? Fue una idea de los vocales de la derecha, José Antonio Montero y José Luis Costa Pillado

Pero Perelló se acogió al asesoramiento del secretario general, Miguel Hernández Serna. Así, las candidaturas han sido devueltas a la comisión de calificación, que ahora volverá a elevarlos al Pleno en un plazo máximo de seis meses.

La derecha, y Perelló, no pierden las expectativas de que ante la amenaza de una candidatura del magistrado Pablo Llarena, en un nuevo concurso - ¡qué viene el lobo!- el sector progresista se doblegará y aceptará el mal menor de Martínez Arrieta y Lucas. Pero los trece votos necesarios no son fáciles de avizorar. Mientras el “Plan Marchena” de todo atado y bien atado funciona. La derecha sigue controlando “en funciones” las Salas Segunda y Tercera”.

En estos momentos, los magistrados Andrés Martínez Arrieta y Pablo Lucas, respectivamente, son presidentes en funciones. 

El papel de Marchena

La decisión del magistrado Manuel Marchena de no seguir como presidente en funciones -hasta la elección de su sucesor- al acabar su mandato, en diciembre pasado, ha dejado la presidencia en funciones -interina-en manos del magistrado más antiguo, Martínez Arrieta, a quien le quedan dos años aproximadamente para acogerse a la jubilación.

Un símbolo de la situación por la que atraviesa Martínez Arrieta es que, según fuentes de la Sala, el magistrado ha decidido no ocupar el despacho del presidente de la Sala II, de la que Marchena se mudó al vencer su mandato como presidente a principios de diciembre de 2024.

La presidenta del CGPJ, Isabel Perelló, fue elegida después de que la derecha conservadora bloqueó la candidatura de la magistrada Pilar Teso -pactada entre el ministro Félix Bolaños y el representante del Partido Popular, Esteban González Pons- y apoyó para romper aquel bloqueo el nombre de Perelló, usando el argumento de que era afiliada a la progresista Juezas y Jueces para la Democracia. Dos vocales del sector progresista -Carlos Preciado e Inés Herreros- se escindieron y respaldaron a Perelló.

Según fuentes consultadas, Perelló instó en los últimos meses a ambos sectores del CGPJ -que cuenta con diez vocales, diez votos, cada uno- a alcanzar un pacto para las presidencias de las salas II y III. Por eso, la presidenta no incluyó en el orden del día de los Plenos la votación sobre ambas presidencias.

Perelló ha dejado saber al sector progresista que mientras veía con simpatía por razones de amistad la candidatura de la magistrada Ana Ferrer del sector progresista -que proponer una reforma del funcionamiento de la Sala II-, pero, en cambio, que rechazaba la elección de Pilar Teso, su colega de la Sala Tercera – de lo Contencioso Administrativo- para presidir dicha sala.

Pero, finalmente, según las fuentes consultadas, Perelló quiere que Martínez Arrieta y Lucas, que están en la última fase de su carrera salgan elegidos presidentes ahora “para reconocerlos su esfuerzo en la carrera judicial”. Pero para ello hacen falta 13 votos, con los cuales la propuesta en principio no parece contar. Con todo, la presidenta puede retirar el punto del orden del día

Ese sería el plan A de la derecha conservadora.

Pero hay también un plan B. Si en tres votaciones no se llega a nombrar a los magistrados para las citadas presidencias se convocará un nuevo concurso. Fuentes consultadas señalan que si eso ocurre, Martínez Arrieta renunciará a su candidatura. Mientras Ana Ferrer seguirá postulándose, la derecha, que cuenta con siete u ocho vocales afiliados a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) apoyará la presentación de su ex presidente, el magistrado Pablo Llarena.

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