Industriales textiles catalanes crean cadenas sin acero que usan ya cuatro marinas de guerra

A la hora de volar o de navegar, pocos factores hay más importantes que el peso a bordo. Acaso otro también relevante: la resistencia de las sujeciones. Ambos detalles son cruciales cuando un helicóptero Chinook transporta un vehículo por el aire, o un buque anfibio lo lleva en la panza, en medio del oleaje. Y en ambos detalles incide una novedad industrial catalana del cada vez más inabarcable ámbito de las tecnologías de doble uso, y por la que se interesa el emergente sector de la defensa.

Se trata de una cadena, y aguanta pesos y torsiones descomunales, pero no es de acero, ni pesa como el acero, ni se corroe como el acero, ni cuesta como el acero. Interviene en su creación la alianza de dos sagas industriales, una de Olot y otra de Granollers, y por su producto se están interesando los ejércitos.

De hecho, han comenzado a comprar la cadena las marinas de guerra de Italia, Francia y Japón, además de la Armada española. El Ejército de Tierra también lo ha probado para sus necesidades logísticas.

Familia e industria

La firma IMC (Industrias Murtra Cadena) es la propietaria de Murlink. Así llaman a su cadena. Es puramente textil. Se fabrica sin metal, entrelazando hilos de un material, la fibra de invención holandesa Dyneema, que se considera de los más resistentes del mundo. Su fuerza responde al viejo principio de las brazadas de juncos: un hilo solo puede no ser mucho, pero cuantos más hilos se trenzan en cada eslabón, más irrompible resulta.

En 2020, imperando la pandemia de covid, se recuerda el barcelonés Eudald Murtra haciendo cálculos en su casa. Fue cuando concibieron la idea los Murtra y los Vilanova. Eudald y Evaristo Murtra son parte de la generación joven de la familia ligada al grupo textil Murtra. Por su parte, Manuel y David Vilanova están en la propiedad de Tavil.

Murtra y Tavil se unieron para el proyecto, inicialmente previsto para la logística civil, pero con este protagonismo creciente en la defensa. Murtra pone el tejido desde su planta en Granollers, y Tavil aporta una mecanización robótica diseñada y patentada para elaborar estas cadenas textiles, en unas distópicas instalaciones levantadas entre bosques y montañas en Sant Jaume de Llierca, cerca de Olot.

Tavil comenzó fabricando maquinaria en 1925, por lo que su actividad ya es centenaria. Los Murtra son el presente de una saga del textil catalán que se remonta a 1892 -con la que también está emparentado el presidente de Telefónica, Marc Murtra- y que de la fabricación de paños e hilaturas en el siglo XIX escaló a una nueva dimensión industrial con los cinturones de seguridad de la automoción en los años 60 del siglo pasado.

Este no es el primer uso militar de sus tejidos. Ya habían aparecido cinchas cosidas por los Murtra en las sujeciones de los paracaídas que fabrica, también en Catalunya, CIMSA Ingeniería de Sistemas.

Demanda

Un alto oficial de la Armada comenta que las cadenas ligeras están llamadas a revolucionar la logística militar, pero también el trabajo en los buques, “por precio y por peso; las dos cosas se tienen muy en cuenta en un astillero”.

El naval es un mundo de magnitudes tremendas en sus componentes. Anclas de treinta toneladas en los portaaviones, que precisan cadenas de eslabones de acero de 150 kilos cada uno; grandes y pesados molinetes para manejarlas, cajas de cadenas en las proas de los buques con elementos de 20.000 kilos, cinchas en las bodegas que hay que cambiar por corrosión cuando las jubila el salitre, sujeciones con longitudes superiores a las 50 plantas de la Torre de Cristal de Madrid…

Los eslabones sintéticos de fabricación catalana son un 80% menos pesados que los de acero; y ocho veces superior su aguante ante la torsión, el balanceo, la corrosión, la intemperie ante, por ejemplo, un cable de acero trenzado. Los ha probado el Ejército cargando vehículos tácticos en convoyes y helicópteros Chinook,... y también la propia empresa suspendiendo en el aire un carro de combate francés de 50 toneladas.

Hasta ahora, Murlink recorría los mercados de los sectores que necesitan hacer grandes estibas, el extenso entramado de la logística civil. También han ido a la feria de la industria de la defensa, Feindef, pero este mercado sigue siendo “residual hoy en día”, explica Eudald Murtra.

En Europa hay otras dos empresas que venden cadenas textiles, pero los catalanes “somos los únicos con la producción integrada y automatizada”, asegura el industrial. El rearme europeo abre oportunidades hasta ahora no pensadas para el sector textil: un ejército precisa millones de municiones, pero también miles y miles de cadenas.

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