Las dos españolas casadas con yihadistas repatriadas desde Siria aceptan tres años de cárcel y someterse a un curso de desradicalización

Yolanda Martínez y Luna Fernández, las españolas casadas con yihadistas que fueron repatriadas en enero de 2023 desde el campo de prisioneros de Al Roj, en Siria, han llegado a un acuerdo con la Fiscalía con el que se conforman a cumplir tres años de prisión por un delito de integración en organización terrorista, además de estar inhabilitadas para ejercer la docencia durante 7 años y libertad vigilada durante 5 años, que incluye el sometimiento a un programa d de "desradicalización terrorista. También se ha mostrado conforme la Asociación Víctimas del Terrorismo.

La presidenta del Tribunal Teresa Palacios, se dirigió primero a Yolanda Martínez, que llegó al juicio sin cubrir su cabeza con pañuelo, mientras que Luna sí compareció con hijab de color blanco. "Rebaje su cara de miedo, tranquila, que aquí no nos comemos a nadie, no esté agobiada", señaló la magistrada a la primera de ellas. "Lo que está escrito, lo acepto", le contestó Martínez. Ambas procesadas manifestaron su conformidad que habían alcanzado sus defensas con el Ministerio Público y la asociación de víctimas.

"No encontrando ninguna traba procesal, se puede dictar sentencia en este acto", ha apuntado la presidenta del tribunal. Acto seguido, ha confirmado que ni acusaciones ni defensas tienen intención de recurrir la resolución y ha declarado la firmeza de la misma para dar por concluida la vista.

Eduación de los menores

El Ministerio Público solicitaba inicialmente para cada una de ellas seis años de cárcel. Las dos mujeres ingresaron en prisión preventiva un día después de su llegada, a España por orden del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz mientras los pequeños quedaban bajo custodia de la Comunidad de Madrid, si bien posteriormente los cuatro hijos de Yolanda pudieron quedarse a cargo de sus abuelos. Quedaron en libertad en espera de juicio el pasado mes de septiembre.

En su escrito, la Fiscalía incide en las labores de adoctrinamiento de los menores. Señala que la propaganda del Daesh revela el papel crucial de la educación en el califato. En el caso de los hijos de Yolanda, durante el periodo en el que estuvieron en Siria no refirieron haber acudido a ninguna escuela ni centro educativo. "Por sus edades, es lógico que los más pequeños no lo hicieran", agrega la Fiscalía en su escrito de calificación provisional, aunque subrayando el mayor de ellos sí tuvo edad para estar escolarizado. Los menores informaron a su regreso a España que era su propia madre la que les daba clase de diversas materias y les instruía en el "aprendizaje de su visión de la práctica islámica y sus valores".

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 las procesó por participar en actividades en favor del Daesh en España, antes de su desplazamiento voluntario a la zona de conflicto sirio-iraquí junto a sus maridos, una vez proclamado el pseudocalifato en junio de 2014 por Abu Bakr al-Baghdadi. La investigación contra ellas y otras mujeres que se desplazaron a Siria desde nuestro país había comenzado en 2019.

Según la acusación pública, Yolanda y Luna siempre mostraron su voluntad de ser miembros del Daesh. Después, la completa pérdida de control territorial en Siria e Irak que sufrieron los islamistas tras el sitio y caída de la ciudad siria de Baguz, así como las condiciones de vida en el campo de acogida de, que estaba controlado por las Fuerzas Democráticas Sirias-FDS, fueron la causa por la que ambas solicitaron ser repatriadas a España.