Humanismo cristiano
La fe religiosa une a los cuatro principales líderes políticos de Catalunya
Salvador Illa, Josep Rull, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras compaginan sus creencias con la acción política
Illa lleva el duelo por el papa Francisco a su Sant Jordi "de todos"
Illa lamenta la muerte del papa Francisco y lo sitúa como un "referente" por su lucha contra la desigualdades

Illa, Rull, Puigdemont y Junqueras


Gisela Boada
Gisela BoadaRedactora
Licenciada en Periodismo y Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra. Escribe en la sección de política y sigue la actualidad informativa del Parlament y del Partido Popular (PP) en Catalunya.
Cuando el president del Parlament, Josep Rull, estuvo encarcelado por su papel en el referéndum del 1-O de 2017, acudía a misa cada domingo. No solo por su conocida fe cristiana, sino porque era una de las pocas formas de reencontrarse con sus compañeros independentistas presos, dispersos en módulos distintos. Era algo "instrumental", pero aquello acabó reforzando su vínculo religioso, que ya existía desde hace años.
Rull se considera católico practicante desde hace más de tres décadas, aunque su apretada agenda institucional le impide ir con regularidad a la iglesia. Provenía de familia religiosa, pero no eran muy devotos. Él lo terminó siendo por su mujer: "Ella iba a misa los domingos y yo me quedaba fuera. Hasta que un día entré y me encontré con un cura inspirador. A partir de entonces fui cada semana, y después me confirmé", explica en conversación con EL PERIÓDICO. Para él, el cristianismo no es solo una vivencia íntima, sino una brújula moral que guía su acción pública. "Somos un Estado aconfesional, pero hay valores [del catolicismo] de los cuales no me puedo desprender", reconoce. Por encima de todo destaca la dignidad humana y el personalismo comunitario.
Somos un Estado aconfesional, pero hay valores de los cuales no me puedo desprender

El presidente del Parlament, Josep Rull. / zowy voeten / EPC
El humanismo cristiano de Illa
A estos mismos valores apela el president Salvador Illa, que situó el "humanismo cristiano" como eje vertebrador de su Govern en su discurso durante la toma de posesión de sus miembros del Consell Executiu. En declaraciones a este diario, reconoce que su fe, que arrastra de tradición familiar, marca su día a día: "Los valores que inspiran mi labor como servidor público los he encontrado en mi fe, en mis creencias religiosas. Otros los habrán encontrado en otros ámbitos". Habla de fraternidad, de respeto y de una mirada comunitaria sobre el mundo. "Son valores que a veces en los tiempos que vivimos, en los que predomina un individualismo exacerbado, olvidamos", añade el president.
Los valores que inspiran mi labor como servidor público los he encontrado en mi fe

Salvador Illa, president de la Generalitat en en Palau de la Generalitat. / FERRAN NADEU / EPC
Illa y Rull, los dos máximos cargos institucionales de Catalunya, compaginan sus creencias religiosas con su servicio público, pero no son los únicos que están en primera fila política que reivindican los valores cristianos como forma de proceder en la vida. A ellos también se agarran el líder del principal partido de la oposición, el expresident Carles Puigdemont, y el presidente de ERC, Oriol Junqueras.
El líder republicano tiene una larga y profunda convicción religiosa, que lo acompaña desde pequeño. De hecho, es conocido que llegó a trabajar unos meses en el archivo secreto del Vaticano, tras terminar la carrera de Historia Moderna y Contemporánea. En declaraciones a EL PERIÓDICO, asegura que los valores cristianos han marcado su trayectoria política porque le han ayudado a entender el "compromiso político y el servicio público".
La fe ha influido profundamente en mi forma de entender el compromiso político
Todos estos valores cobraron especial sentido cuando ingresó en prisión, momento en que tanto él como Rull encontraron consuelo en la fe. "Me ayudó, sin duda, a afrontar esos años; aunque no desde un enfoque rígidamente religioso, sino desde los valores más arraigados, como lo son la dignidad y la perseverancia", asevera. Para Junqueras fue eso lo que le permitió "mantener la esperanza" y seguir creyendo en lo que defendía políticamente. "Me permitió tener una actitud serena y constructiva, pese a las circunstancias", añade.

Oriol Junqueras / JORDI OTIX / EPC
El presidente del Parlament lo suscribe, y confiesa que, durante el juicio del 'procés', cada mañana leía el comentario del Evangelio de los monjes de Montserrat. También guarda buen recuerdo del padre Paulino, capellán de la cárcel de Soto del Real, cuyas misas eran "excepcionales", acompañadas de música de baterías y guitarras. En ellas se encontraban Rull y Junqueras, pero también Jordi Turull, secretario general de Junts, de tradición católica, cuyo primo, Josep Maria Turull, es prior de la Capilla de Sant Jordi del Palau de la Generalitat, nombrado por el expresident Quim Torra en 2019.
Puigdemont, un arraigo espiritual
De todos ellos, Puigdemont siempre ha sido el más reservado respecto a su convicción religiosa -ha declinado hacer declaraciones a este diario sobre este asunto-. Durante su etapa como president de la Generalitat, mantuvo diversas interacciones con la jerarquía eclesiástica, como con Juan José Omella, expresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), arzobispo de Barcelona y candidato español a suceder al Papa.

Expresident Carles Puigdemont. / Zowy Voeten / EPC
Si hubo un símbolo religioso con el que el expresident mantuvo una relación especialmente personal, ese fue el Monasterio de Poblet, donde pasó algunos veranos durante su juventud, fuera del curso escolar [estudió en un internado católico]. Estas estancias marcaron su conexión con la fe. Así lo explicó públicamente en la revista L'Avenç en 2017, en la que aseguró que la religión "siempre ha estado presente en su casa", reveló tener un gran vínculo con la "espiritualidad" gracias a su paso por Poblet y confesó no ser practicante. Como president de la Generalitat hizo una visita privada a este monasterio, donde fue recibido por el abad Pere Octavi Vilà.
El Monasterio de Poblet es un emblema incuestionable de la tradición cristiana en la política catalana. El expresident Jordi Pujol, ferviente católico, solía reunir allí a su Govern de forma mensual. Una práctica que Illa emuló al celebrar en el mismo enclave su primera cumbre con los consellers.
El legado del Papa
Los cuatro líderes políticos sitúan al recién fallecido papa Francisco como un referente por su apuesta por la justicia social en la Iglesia y reivindican su legado como un ejemplo de la "dignidad humana" que solemniza la Biblia, y que, a su juicio, va más allá de las creencias religiosas. "Es un líder moral", coinciden Illa y Rull al recordar su figura. Junqueras dice que, del Papa, valora también la "sensibilidad especial" que mostró con el conflicto catalán, pues "apostó por el diálogo" entre la administración estatal y la Generalitat, así como por el "reconocimiento" de la lengua y cultura catalana.
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