Illa reivindica "avances" en el reconocimiento del catalán en la UE en su primer Sant Jordi como president

Al president de la Generalitat, Salvador Illa, le hubiera gustado poder celebrar su primer Sant Jordi al frente del cargo sacando pecho de haber logrado la oficialidad del catalán en la Unión Europea o, por lo menos, su uso en los plenos. Sin embargo, esta continúa siendo una carpeta encallada, como a menudo recuerdan Junts y ERC, que reprochan a los socialistas no estar haciendo lo suficiente para defender la lengua. El president ha tratado negar la mayor en una Diada que es buque insignia de la cultura catalana y en la que no ha dudado en presumir de que hay "avances" y un compromiso del Govern para combatir el retroceso constatado en el uso social del catalán.

Illa lleva el duelo por el papa Francisco a su Sant Jordi "de todos"

"Estamos haciendo nuevos avances en el reconocimiento del catalán en las instituciones europeas y seguiremos fomentando su uso en todos los ámbitos sociales", ha reivindicado desde la fuente del Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat, edificio vestido de luto y con la agenda pública recortada por el duelo oficial decretado por el Papa. En las últimas semanas, el Gobierno ha logrado algunos brotes verdes, como que el catalán se imparta en las Escuelas Europeas como materia optativa o que se pueda hablar en el Comité Económico y Social Europeo, dos ejemplos a los que se acoge el Govern de la Generalitat para mostrarse optimista con el objetivo final que persigue.

Mensaje ante la extrema derecha

La mención al catalán es obligada en cualquier discurso de un president en Sant Jordi, más aún en una jornada donde se suceden los llamamientos a protegerlo y que incluso hay una manifestación convocada con este propósito. Pero la lengua ha sido uno de los tres ejes sobre los que Illa ha articulado su discurso institucional. Los otros dos han tenido una dimensión externa y la otra interna. Por un lado, ha fusionado el legado del papa Francisco, de quien ha destacado su compromiso de situar las personas más vulnerables y el cuidado del planeta en el "centro de la acción colectiva", con los valores "universales" que representa Sant Jordi. "Celebramos la leyenda del caballero y el dragón que nos recuerda nuestro deber de luchar contra las injusticias sociales y las desigualdades", ha argumentado.

Quizá algunos se vanaglorian de la fuerza o del dinero, nosotros de regalar rosas

Salvador Illa

— President de la Generalitat

Bajo esa "lección de humanidad" ha pedido un alto al fuego en Gaza y en Ucrania y recordado que es momento de defender la democracia ante el cambio de orden mundial que se está fraguando. De hecho, ha definido como "gesto revolucionario" el hecho de regalar rosas y libros contra el odio y a quien piensa distinto. "Quizá algunos se vanaglorian de la fuerza o del dinero, nosotros de regalar rosas. Quizá algunos se vanaglorian de atacar a la ciencia, las universidades y el arte, nosotros de regalar libros", ha resumido en lo que era una clara alusión a la figura de Donald Trump y una extrema derecha en auge.

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Jornada de "entendimiento y diálogo"

Y en clave más interna, y siguiendo la estela de los discursos institucionales de la Diada del Onze de Setembre y de Sant Esteve, Illa ha defendido Sant Jordi como una festividad que es "sinónimo de entendimiento y de diálogo entre personas". De ese mensaje bebe el lema 'Sant Jordi és de tothom' tras el que se ha parapetado el Govern para proyectar que el 'procés' quedó atrás des que Illa manda en la Generalitat. No ha faltado tampoco la mención a la "fraternidad" con otros territorios, como Aragón y municipios valencianos que tienen también Sant Jordi como patrón. Tras la misa oficiada en la capilla del Palau, y que se ha alargado más de lo previsto, la agenda del president ha sido privada ciñéndose al luto decretado.