BATALLA EN LA IZQUIERDA

Podemos ofreció a IU cerrar coaliciones autonómicas a cambio de su apoyo frente a Sumar en las generales

El partido usa los territorios como palanca para arrebatar a Yolanda Díaz uno de sus principales aliados

La eurodiputada y exministra de Igualdad Irene Montero y Ione Belarra, secretaria general de Podemos, el viernes en la Asamblea de la formación.

La eurodiputada y exministra de Igualdad Irene Montero y Ione Belarra, secretaria general de Podemos, el viernes en la Asamblea de la formación. / Borja Sanchez-Trillo

Ana Cabanillas

Ana Cabanillas

Madrid
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"Las negociaciones son una partida de ajedrez, y cada uno mueve sus fichas". Esta frase, expresada por un dirigente de Podemos, explica en gran medida el último movimiento del partido, que ofreció a Izquierda Unida sus peones en los territorios a cambio de ganar enteros en el ámbito nacional en detrimento de Sumar. La cúpula morada, según ha podido saber este periódico, trasladó a la organización de Antonio Maíllo la propuesta de sellar un acuerdo para concurrir juntos en el ciclo de las autonómicas, que arrancan en Castilla y León y Andalucía, a cambio de que IU comprometiese ya su alianza electoral con Podemos en las próximas generales de 2027 y rompiera así las filas de Sumar. La oferta fue rechazada, tensando al máximo la relación entre ambas fuerzas.

Podemos trasladó esta propuesta a distintos niveles, según fuertes conocedoras de estas conversaciones, en un intento de aislar a Sumar en la futura recomposición de la izquierda y recuperar como socio a IU, el principal partido estatal dentro de la coalición Sumar. Irene Montero, recién proclamada candidata del partido a las generales, ya ha excluido a Yolanda Díaz de una eventual candidatura conjunta más allá del PSOE.

El partido lleva meses centrado en recuperar la hegemonía en la izquierda del tablero a costa de endurecer sus posiciones hacia el Gobierno, y en las últimas semanas se ha esforzado en situar a Sumar como "un sector del PSOE" que debería ir a las generales en las listas socialistas. Pero más allá de su estrategia de desgaste, Podemos ya piensa en los próximos pasos para afianzarse como el principal actor de cambio y restablecer su alianza con IU para dar por superado a Sumar y sacar de la carrera a Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda no tiene el respaldo de un partido fuerte y su liderazgo descansa sobre dos pilares: su papel en el Gobierno y el tejido de alianzas con otras fuerzas. Si uno de los dos pilares falla, el papel de Díaz queda seriamente comprometido.

El próximo hito marcado en el calendario son las elecciones autonómicas, que arrancarán dentro de un año en Castilla y León y más tarde en Andalucía. En Podemos tratan de vincular las alianzas autonómicas a un pacto a nivel nacional que dé cobertura al resto de acuerdos territoriales. Una ecuación que excluye de facto a Sumar, sin apenas implantación territorial, y que devuelve a Podemos e IU el protagonismo que en su día tuvieron con la coalición de Unidas Podemos, que concurrió a las generales de 2016 y 2019. El mantra más repetido en las filas moradas es que Izquierda Unida y el resto de partidos territoriales "tendrán que elegir" entre Podemos o Yolanda Díaz.

Luna de miel y ruptura

Podemos intentó cerrar esta propuesta después de las elecciones europeas, donde Podemos logró dos asientos pisándole los talones a los tres Sumar. Un resultado igualado que desató las tensiones entre IU y Yolanda Díaz, que terminó dimitiendo del partido para evitar el desgaste, y que supuso un hito en las filas moradas, donde vieron opciones para desbancar a Sumar en el liderazgo de la izquierda. Para ello, tendrían que reconquistar a sus antiguos aliados que continuaban junto a Yolanda Díaz.

Para lanzar su plan aprovecharon la luna de miel que vivían con Izquierda Unida tras la elección de su nuevo coordinador, Antonio Maíllo, que se puso la unión de la izquierda como principal objetivo. El dirigente andaluz se esforzó en tender puentes con el partido morado y mantuvo contactos con dirigentes de primer nivel como Irene Montero y Pablo Iglesias, para sentar las bases de una futura reunificación.

Pero después de meses de contactos, las relaciones volvieron a enfriarse al máximo. Hay quien apunta a que esta repentina ruptura llegó precisamente por el rechazo de IU a la propuesta de Podemos de vincular las alianzas territoriales a un acuerdo para las generales, al considerar los de Maíllo que los acuerdos territoriales debían cerrarse en los propios territorios.

La escenificación de esta ruptura quedó patente en el debate sobre el incremento militar, donde Iglesias y Maíllo tuvieron un cruce público de reproches. La tensión es evidente después de que Podemos haya empleado la bandera pacifista para atacar al ala de Sumar en el Gobierno -donde IU tiene asiento-, en un intento por poner contra las cuerdas a Izquierda Unida, que nació al albur del movimiento anti OTAN y que en los primeros compases del debate vivió ciertas tensiones con Díaz por la tibieza inicial mostrada ante el incremento militar. Una postura que Sumar terminó corrigiendo para decantarse hacia las posturas más duras que representaba Izquierda Unida.

Paradigma andaluz

Mientras Podemos ha lanzado un pulso a las fuerzas de izquierda llamando a elegir entre Irene Montero o Yolanda Díaz, las alianzas con IU se mantienen en distintos territorios, con especial relevancia de Andalucía. La coalición andaluza de Por Andalucía que arrancó con grandes turbulencias en 2021 y fortísimas tensiones entre IU y Podemos ha sabido reconducirse en el último año, y partes admiten la "normalización" de las relaciones entre ambas fuerzas, que ultiman ya una coalición para las elecciones andaluzas previstas en verano de 2026.

Las conversaciones se encuentran en la recta final, con la idea de poder sellar un acuerdo en verano que evitaría una alianza a contrarreloj como la última vez. Aunque la sintonía es buena, aún falta la representación que tendría cada fuerza en cada provincia. Un acuerdo que, en el caso de Podemos, tendría que ser aprobado por la dirección nacional, puesto que sólo la Secretaría de Organización Estatal tiene capacidad para firmar acuerdos electorales.