Alejandro Fernández reactiva su pulso con Génova y acusa al PP de desmantelar el partido en Catalunya

Alejandro Fernández (Tarragona, 1976), presidente del PP catalán, es uno de esos políticos que despierta simpatía entre quienes nunca le votarían. Cuando alguien le reconoce admiración, "pese a las diferencias", él responde con la confianza de quien sabe que su carisma trasciende las siglas: "Pues vóteme, deme una oportunidad". Si algo no encaja en el guion de Fernández es hacer lo esperado. Publicar un libro tras su retirada, como han hecho otros políticos, no era una opción.

En su primer ensayo, 'A calzón quitao' (La Esfera de los Libros), el líder del PPC deja a un lado la corrección política y firma un texto que promete incomodar a más de uno dentro de su formación. Nada que no haya hecho antes, pero por primera vez lo deja por escrito en su primer libro, que salió a la venta el miércoles y que prologa otro verso libre del PP, Cayetana Álvarez de Toledo.

Fernández siempre va un poco a contracorriente. Parece que gusta más a sus rivales que a su propio partido y su trayectoria política sigue una lógica inversa a la habitual: del Ayuntamiento de Tarragona saltó al Congreso y de Madrid se fue al Parlament. "Para mí, el reto está en Catalunya", confesó en una conversación años atrás. Desde entonces, ha tenido oportunidades para volver a la política nacional, pero no ha querido dar el paso al considerar que eso sería un "abandono" a sus votantes catalanes.

Denuncia "mobbing político"

El título de su primer libro es toda una declaración de intenciones: directo, combativo y sin concesiones. En sus páginas, Fernández carga contra la estrategia "suicida" de Génova con el PP catalán, denuncia la "tutela" constante de la dirección nacional y acusa al partido de "triturar" a sus líderes en Catalunya. Ofrece un discurso sin filtros que, lejos de la complacencia, reaviva la guerra soterrada entre él y la cúpula nacional. Una sinceridad que le lleva incluso a tildar de "mobbing político" una serie de "prácticas" que considera que se le hizo a su "equipo" en Catalunya durante las autonómicas de 2021 por parte de la dirección estatal.

Sobre esto da detalles como nunca antes: responsabiliza a Génova de tratar de "eliminar política y civilmente" a su mano derecha -Daniel Serrano- con el propósito de asestarle a él "un golpe mortal" a pocas semanas de esas elecciones con una "falsa denuncia de violación" -se archivó por falta de pruebas-. Pero, lejos de la venganza, asume que "es el precio a pagar" para aquellos que se han negado a someterse a "determinados clanes de poder".

"Casi me cuesta el cargo"

Todo esto ocurrió antes de que Alberto Núñez Feijóo llegara a la presidencia del partido. Y de él, como era de esperar, también habla. Lo hace desde la distancia de quien no debe disimular que las diferencias entre ambos dirigentes son más que conocidas. Especialmente lo son tras las elecciones generales de 2023, cuando el PP sopesó un posible acercamiento con Carles Puigdemont, algo que Fernández rechazó públicamente. Sobre ello se refiere sin tapujos en su libro: "El asunto suscitó una importante polémica, que casi me cuesta el cargo, como de todos es sabido", confiesa. De hecho, en alguna línea reconoce que daba por hecha su destitución. Un año después, él mismo se postuló como candidato a los comicios catalanes de 2024 ante el silencio de Génova a anunciar un presidenciable.

Un mensaje para Feijóo

El presidente del PPC insiste en que su libro no es un ataque a sus compañeros, sino un ejercicio de sinceridad y transparencia. Con la confianza de un amigo que aconseja convencido de que siempre tiene la razón, cuestiona la estrategia adoptada por su partido en las últimas generales y señala, a su juicio, los "errores" que dejaron a Feijóo a cuatro escaños de alcanzar la mayoría absoluta en los pasados comicios. Para el líder popular, había dos líneas rojas que no debían cruzarse: negociar con Junts y demonizar a Vox, su único posible "socio". Y fue este último punto, sostiene, el que acabó frustrando un posible cambio de gobierno en la Moncloa, especialmente tras los pactos autonómicos con el partido de Santiago Abascal.

Más allá de la relación con Vox, a Fernández le preocupa cómo se gestiona el vínculo con Puigdemont. En su análisis deja claro que no hay que acercarse a Junts, tanto por un argumento de principios, como también estratégico. De hecho, cree que hacerlo podría llegar a destruir su partido en Catalunya. Sin filtros, Fernández asume que nadie ha hecho más daño al PP catalán que las decisiones tomadas desde Génova, a quienes considera "obsesionados" con "encontrar un unicornio moderado de Junts" y convencidos de que los dirigentes populares catalanes "solo existen para hacer de mayordomos".

El "ejemplo" de Ciudadanos

En un ejercicio de autocrítica de la trayectoria del PP en Catalunya, el dirigente popular catalán se fija en los inicios de Ciutadans como aquel partido que no compró nunca "el marco mental nacionalista" y que llegó a ser una "alternativa" que su partido cree que pueden llegar a ser. Eso sí, para ello el PPC necesita independencia "sin tutelas" y dejar atrás la nostalgia del Pacte de Majestic. Lo resume este párrafo de su libro: "El constitucionalismo catalán no logra consolidarse y da la impresión de que tampoco en los cenáculos del poder en Madrid hay especial interés en ello, como si en Catalunya prefirieran entenderse con los nacionalistas antes que con los propios".

A la cúpula nacional le manda varios mensajes pero, sobre todo, le recrimina la estrategia adoptada en Catalunya basada en la tutela y en ser una "trituradora humana de líderes". Así, critica abiertamente que la dirección estatal decida el nombre de los futuros presidentes del partido, independientemente "de lo que las bases del partido hayan votado", un escenario que conduce a una "defenestración política". Pero no se la lleva al terreno personal y cita otras víctimas como Alejandro- Vidal Quadras o Josep Piqué -de quienes habla con admiración-, y también a otros homólogos vascos como Alfonso Alonso y Borja Sémper.

Alguien podría pensar que, entre tantas revelaciones, Fernández daría alguna pista sobre el futuro congreso del PPC, pendiente desde hace más de dos años. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que sí deja claro es que no tiene intención de "callar" y que no renunciará a Catalunya. "Querido Alberto, léelo con detenimiento. Está escrito para ti", advierte Cayetana Álvarez de Toledo en su prólogo. Feijóo también tiene ahora mucho que decir.