Congreso republicano
Junqueras tiende la mano a PSC y Junts para conseguir mayores "cuotas de poder" para Catalunya
Esquerra busca enterrar los "complejos" de su etapa en la Generalitat y se propone la "máxima ambición" para fortalecer el autogobierno sin renunciar a la independencia
Junqueras refuerza su poder en ERC y logra un aval del 90% a su nueva hoja de ruta
ERC responsabiliza a dos exdirigentes de los carteles contra los Maragall y pide perdón
ERC concluye que los pactos con el PSC y el PSOE "avanzan" y no descarta nuevos acuerdos

Elisenda Alamany y Oriol Junqueras en el congreso de ERC. / Marc Asensio Clupés


Júlia Regué
Júlia ReguéResponsable de la sección de Política.
Graduada en Periodismo y en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha desarrollado su carrera profesional en la sección de Política, donde se incorporó en 2016. Ha seguido la actualidad política del Parlament de Catalunya y el día a día de varios partidos. También ha colaborado en programas de TV3, Catalunya Ràdio, RAC1 y Ser Catalunya.


Quim Bertomeu
Quim BertomeuPeriodista
Licenciado en Periodismo y en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Sigue la actualidad política del Govern, del Parlament de Catalunya y el día a día de los partidos catalanes, sobre todo de ERC.
En el complicado reto de sacarla del bache electoral, Oriol Junqueras está convencido de que ERC debe ser un partido central que genere nuevas alianzas y que pueda seguir pactando con los socialistas desde la "máxima ambición", a la vez que comparta con Junts las "medallas" de conseguir nuevos avances en autogobierno. Así lo ha planteado durante el discurso de clausura del congreso de Esquerra en Martorell, donde ha intentado sentar las bases de una nueva etapa con la voluntad de que Esquerra sea "el partido del trabajo y de los trabajadores". Una organización que, sin olvidar su adn antifranquista y su horizonte independentista, asuma que el momento es complicado y que ahora toca centrarse en intentar ganar y fortalecer las competencias propias de Catalunya.
El presidente de ERC sale reforzado internamente del congreso al haber conseguido que los tres documentos estratégicos que se tenían que debatir se hayan aprobado con el aval de un 90% de los militantes. Además, ha conseguido desmovilizar a las corrientes críticas, que no han podido plantarle la batalla que hubieran deseado. Junqueras vuelve a controlar el aparato de la organización, que hasta hace poco dominaban los partidarios de la exsecretaria general Marta Rovira, que no ha acudido al cónclave. Pese a todo, Esquerra no ha conseguido la paz interna absoluta que le hubiera gustado y el partido sigue convulsionado por la estructura b -ya disuelta- que ideó los carteles difamatorios contra los hermanos Maragall. El informe sobre la investigación que se ha presentado durante el cónclave ha indignado a varios exdirigentes del partido como el expresident Pere Aragonès, que se ha ausentado de la segunda jornada como acto de protesta. El tema está lejos de estar zanjado.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, y la secretaria general de ERC, Elisenda Alamany, este domingo durante la clausura del 30º Congreso Nacional del partido. / Alberto Estevez / EFE
El nuevo orden mundial
Pero, pese a que las turbulencias no han desaparecido, Junqueras se siente de nuevo consolidado y por eso se ha permitido, fiel a su estilo, un discurso de clausura de unos 45 minutos en lo que ha desplegado sus tesis sobre el nuevo orden mundial, situando la inmigración como una oportunidad para ofrecer derechos y fomentar la inclusión, y criticando el aumento de gasto en defensa que ha planteado Europa ante el desafío de Donald Trump. Cuando ya superaba los 30 minutos de relato político dirigido principalmente a los representantes de partidos, entidades, sindicatos y patronales invitados; ha acotado su doctrina a las filas del partido, pero también se ha reservado dos mensajes para los representantes de las formaciones que le hacen frontera, pidiéndoles colaboración: PSC y Junts.
A los socialistas les ha recriminado que el servicio de Rodalies sea "tercermundista", y a los posconvergentes, les ha pedido que dejen de competir por las "medallas" en el Congreso, eso es, batallando por sacar mayores triunfos de la necesidad aritmética de Pedro Sánchez, para abrir una etapa de colaboración. "No queremos colgarnos ninguna medalla, por eso celebramos todas las conquistas de cuota de poder político para nuestro país. Ya nos pelearemos después por cómo se aplica", ha pedido al secretario general de Junts, Jordi Turull, incluso mencionándole, y refiriéndose a un intercambio de apoyos: aval a la delegación de competencias en inmigración a cambio de un espaldarazo al plan para una financiación singular de Catalunya. La tesis del líder de ERC es que, en lugar de pelear tanto, su partido y Junts tendrían que ir de la mano: "Es muy importante que celebremos cada conquista, cada cuota de poder político o económico para nuestro país".
Es muy importante que celebremos cada conquista, cada cuota de poder político y económico para nuestro país
Después de que el partido analizara el cumplimiento de los pactos con el PSOE y el PSC, y llegara a la conclusión de que los pactos "avanzan" pese a los "obstáculos", por lo que "el estado de la cuestión es moderadamente positivo", Junqueras se ha reafirmado en la nueva hoja de ruta de ERC que se propone continuar la vía de la negociación combinando "confrontación y colaboración", pero ha evitado concretar cuál será el siguiente paso.
Asumido ya el 'no' de ERC a unos nuevos presupuestos en el Estado y en Catalunya, el president Salvador Illa se prepara ya para encarrilar nuevos acuerdos, con el propósito de conseguir una inyección de 4.000 millones de euros de suplemento de crédito para ganar estabilidad sin cuentas públicas actualizadas este 2025. El mensaje lanzado por ERC da buenas perspectivas para llegar a un entendimiento.
La independencia y la Generalitat
Si Junqueras ha sido el responsable de marcar el rumbo, la secretaria general, Elisenda Alamany, ha sido la encargada de hacer el diagnóstico de la situación política actual. La 'número dos' del partido ha dibujado Catalunya como "un país que no está bien" por las crisis encadenadas, la emergencia habitacional y la debilidad de las infraestructuras, pero también por la etapa del proceso independentista. "Somos los que queremos la máxima ambición nacional y los únicos que podemos hacerlo. Los de siempre nos ofrecen lo de siempre y solo dos caminos: pasar página al 'procés' y hacer ver que somos una autonomía más del Estado [en alusión al PSC], o que hacer ver que estamos en 2017, como si no hubiera pasado nada [en referencia a Junts]". Ante esto, ha apostado por una "alternativa", la suya: "Entender el país, escuchar bien y mejor, para dar respuestas", ha rematado.

Imagen del congreso de ERC con Oriol Junqueras y Elisenda Alamany al frente. / Aina Martí / Acn
Alamany ha defendido la mesa de diálogo, los indultos y la amnistía -"estábamos solos, pero convencidos", ha afeado a Junts, con Turull, sentado en las primeras filas-, y ha criticado que haya un "retroceso" en ambición nacional desde que el PSC ostenta la Generalitat. "[Catalunya] no está preparada para dar el salto", léase la independencia, ha admitido, por lo que se ha centrado en lograr mayores competencias para Catalunya. "ERC será la ambición nacional del país para volver a ser un país competitivo, seguro, fuerte, dinámico, moderno y acogedor", ha incidido, criticando el caos de Rodalies, y reclamando todo el poder en las urnas para recuperar el control "de las estructuras de país": "Se acabaron los complejos, ERC ya no está acomplejada, hemos sido la semilla de las victorias del país, y lo volveremos a hacer", ha sentenciado, marcándose como propósito recuperar el control del Govern.
Ni Junqueras ni Alamany han mencionado los problemas internos del partido. ERC ha puesto fin así a un congreso del que la nueva dirección sale reforzada, pero en el que se ha reconocido la existencia de hasta cuatro corrientes internas (Nova Esquerra Nacional, Foc Nou, Col·lectiu Primer d'Octubre y Àgora Republicana), y encauza una nueva etapa en la que si bien no habrá grandes giros estratégicos, se intentará cuidar la paz interna. Los críticos no han logrado imponer sus tesis -el líder podrá ser también candidato a las elecciones y el partido no se anclará al independentismo de izquierdas, sino que tratará de ser un 'catch-all party'- y queda probada la existencia de una estructura b, si bien la investigación interna continuará en la comisión de garantías, con dos escuderos de la exsecretaria general, Marta Rovira, en el punto de mira: Sergi Sabrià y Marc Colomer.
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