Congreso republicano

Junqueras mide su apoyo interno en ERC para reordenar la política de pactos y reflotar el partido

El líder republicano deberá lidiar con cuatro corrientes internas en su segunda etapa al frente de la formación

Los críticos de ERC retiran las enmiendas que querían limitar el poder de Junqueras

Junqueras encarrila el congreso de ERC, pero no logra desactivar las corrientes críticas

La Comisión de la Verdad de ERC no identificará a los responsables de los carteles contra los Maragall

Oriol Junqueras y Elisenda Alamany en un acto de ERC.

Oriol Junqueras y Elisenda Alamany en un acto de ERC. / Quique García / EFE

Quim Bertomeu

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Barcelona
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Esta semana se ha cumplido un año desde que el entonces president de la Generalitat, Pere Aragonès, decidió adelantar las elecciones catalanas por falta de presupuestos. Parecía la decisión más razonable para intentar retener el poder y rearmarse, pero nada salió como ERC hubiera querido. El partido se derrumbó electoralmente y esto abrió una crisis profunda en la organización con facciones enfrentadas en una guerra sin cuartel. Una crisis que la formación de Oriol Junqueras intentará empezar a dejar atrás este fin de semana en su trigésimo congreso. El cónclave, que se celebrará este sábado y domingo en Martorell, servirá fundamentalmente para medir el grado de convulsión interna de un partido que acaba de pasar por su período más complicado de la última década.

Entre 2011 y 2024, el primer ciclo 'junquerista', ERC vivió su etapa más dorada desde la restauración de la democracia. Ganó elecciones como nunca -dos generales, unas europeas y unas municipales- y logró situar a Aragonès al frente de la Generalitat, el primer presidente republicano desde la Segunda República. Sin embargo, también empezó a acumular el desgaste del poder y del declive del 'procés' y todo se vino abajo la fatídica noche electoral de las elecciones catalanas del 12 de mayo de 2024. Ahora el partido, de nuevo en manos de Junqueras, busca la fórmula para intentar remontar. Este segundo ciclo 'junquerista', sin embargo, tendrá un enfoque diferente al primero: deberá liderar la organización con un parte enfrentada a él.

La hoja de ruta

En el congreso, los 1.524 militantes de ERC que se han inscrito deberán votar tres documentos: una ponencia política con la estrategia de la formación para los próximos cuatro años; una ponencia para reformar los estatutos del partido y un tercer texto con un esbozo de plan para llegar a la independencia. En el porcentaje de apoyo que reciban estos tres documentos estratégicos se podrá medir el estado de ánimo de la organización.

De las tres ponencias, la votación más esperada tenía que ser la relativa a los estatutos del partido. El motivo es que la corriente crítica Nova Esquerra Nacional había promovido varias propuestas para limitar el poder de Junqueras e impedir que volviera a presentar a otro mandato como presidente del partido. Estas propuestas tenían que ser votadas por todos los militantes y convertirse en una especie de plebiscito sobre Junqueras, pero finalmente no será sí. Nova Esquerra Nacional ha llegado a un acuerdo con la dirección y ha retirado sus enmiendas más punzantes. Esto garantiza a Junqueras un cónclave mucho más tranquilo de lo que se podía prever hace pocas semanas.

Godàs i la seva candidatura durant el congrés del novembre. | JORDI COTRINA

Jordà, Godàs y Camps, de Nova Esquerra Nacional. / Jordi Cotrina

Pese a la tranquilidad prevista, la ERC de los próximos cuatro años deberá enfrentarse a una nueva realidad: ya no es un partido granítico y tendrá al menos cuatro corrientes internas activas -Nova Esquerra Nacional, Foc Nou, Col·lectiu 1 d'Octubre y Àgora Republicana-. Las tres primeras son abiertamente críticas con la dirección. El congreso también servirá para constatar hasta que punto tienen tirón entre los militantes. En los últimos días ha habido un acercamiento entre Junqueras y los críticos hasta el punto que, como avanzó EL PERIÓDICO, han pactado que los estatutos del partido reconozcan la existencia de estas corrientes.

El PSC y la polémica de los carteles

Aparte de las votaciones de los tres documentos estratégicos, el congreso tendrá otros dos platos fuertes. El primero es que la nueva dirección deberá presentar el primer informe que analizará el grado de cumplimiento de los pactos que ERC tiene firmados con el PSC y con el PSOE. Si el informe es satisfactorio, los republicanos abrirán la puerta a llegar a nuevos acuerdos con los socialistas, como por ejemplo de cara a los presupuestos de 2026. Si el resultado es pesimista, complicará la legislatura de Illa en Catalunya y la de Sánchez en el conjunto del Estado. Y es que ese es el gran consuelo que le queda a la ERC actual: pasa por un bache electoral, pero sus votos siguen siendo decisivos tanto en el Parlament como en el Congreso. En la medida que sepa jugar bien esta carta, podrá enderezar el rumbo.

Imagen de la sede de ERC.

Imagen de la sede de ERC. / Zowy Voeten

El último foco de atención del cónclave será otro informe, el de la Comisión de la Verdad. Fue impulsada por el propio Junqueras para intentar aclarar el turbio asunto de los carteles difamatorios contras los hermanos Maragall. Unos carteles que salieron de dentro de ERC y que han supuesto una crisis reputacional para el partido, pero de los que nadie se hace responsable. La Comisión no podrá señalar a los culpables -eso es responsabilidad de otros órganos internos-, pero sí deberá ofrecer un relato de lo ocurrido. Básicamente, si Esquerra tenía una estructura paralela que realizaba campañas de contra propaganda al margen de la estructura formal de la organización. Este es un tema delicado porque enfrenta a las facciones del partido. Siempre que se remueve se dispara la tensión.