Congreso de los Diputados

Junts abre el debate interno para posicionarse sobre la reducción de la jornada laboral

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La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (i) habla con el presidente de Junts, Carles Puigdemont (d), en una imagen de archivo.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (i) habla con el presidente de Junts, Carles Puigdemont (d), en una imagen de archivo. / EFE

Carlota Camps

Carlota Camps

Barcelona
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"Estamos mucho más próximos al 'no'". Con esta afirmación, el secretario general de Junts, Jordi Turull, anunció hace unas semanas que su partido rechazaba la propuesta estrella de la vicepresidenta Yolanda Díaz para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Lo hizo flanqueado por el presidente de la Cecot, Xavier Panés, tras participar en unas jornadas de trabajo con la patronal egarense. Una posición que a día de hoy se mantiene, como quedó demostrado el pasado jueves en el Congreso. El partido liderado por Carles Puigdemont se abre a negociar con Sumar y a hacer algún tipo de contrapropuesta, pero fuentes del partido aseguran que, de momento, el diálogo no ha empezado.

Lo que sí se ha abierto es el debate dentro del propio partido. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, Turull ha pedido a las corrientes ideológicas de la formación que hagan llegar a la dirección su posición respecto a la propuesta de los morados. Desde su creación, Junts estableció tres corrientes ideológicas organizadas dentro del partido: la de izquierdas, la liberal y la socialdemócrata. Cada una de ellas dispone de su propia dirección y los militantes pueden inscribirse a alguna de ellas, la que más le represente. Se trata de un mecanismo meramente consultivo, ya que la decisión final es siempre de la dirección, pero sirve para calibrar las sensibilidades de las filas.

De momento, el corriente de izquierdas ha sido el más proclive a avalar la reducción de la jornada laboral. En el texto que han hecho llegar a la dirección, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, sus miembros afirman que la medida es una "tendencia a escala global" y no solo defendida por la izquierda, al tiempo que consideran que Catalunya debe estar en la "vanguardia" europea también en esta materia. Además, consideran que dada la actual situación económica, es el momento más "propicio" para rebajar las horas sin modificar el salario, algo que ven totalmente "compatible". También avisan de que, para mantener la "transversalidad" del partido, es necesario que Junts no pierda "nunca el punto de equilibrio entre sindicatos y patronales", y aseguran que la mayoría de la población está a favor de la iniciativa. 

Turull pide a las corrientes ideológicas que hagan llegar a la dirección su posición sobre la iniciativa de Díaz

Sin embargo, reconocen que hay una diferencia entre las pequeñas y medianas empresas (pymes) y las grandes corporaciones, por lo que reclaman "medidas compensatorias" y "bonificaciones fiscales". También advierten de que, fiar la negociación sobre la jornada a la concertación social, equivale a "dejarlo en manos de la patronal", por lo que apuestan por la incorporación de Junts al debate.

Carles Puigdemont (derecha), reunido con la cúpula de Junts en Bruselas.

Carles Puigdemont (derecha), reunido con la cúpula de Junts en Bruselas. / EFE

La postura de la dirección

La de la corriente de izquierdas es una posición significativamente diferente a la expresada hasta ahora por la dirección del partido, que considera que la propuesta de la vicepresidenta Yolanda Díaz es un "tiro en el pie a la negociación colectiva". Algunas fuentes de la cúpula ven un peligro que se imponga de forma "unilateral" la posición defendida por los sindicatos y mantienen que, en caso de producirse un cambio de Gobierno, podría pasar al revés con la posición del empresariado. Por eso señalan a Díaz por haber sacado adelante la propuesta "sin calcular sus efectos" económicos.

Los otros dos corrientes de la formación posconvergente no son radicalmente contrarios a la reducción de la jornada laboral, pero abogan por la negociación entre sectores y a través de convenios colectivos. En lo que sí hay unanimidad dentro del partido es en que el tejido empresarial en Catalunya es diferente al de otras zonas del Estado -está más basado en pymes que en grandes corporaciones- y en que la nueva ley debería contemplar esta desigualdad

Visitas a Waterloo

Dada la actual aritmética en el Congreso de los Diputados, donde los votos de Junts son imprescindibles para que el Gobierno apruebe sus medidas, empresarios y patronales buscan seducir a los posconvergentes para influir en las políticas de Pedro Sánchez y tratar de rebajar su agenda progresista. Por este motivo, en los últimos meses, varios de sus representantes empresariales se han desplazado a Waterloo (Bélgica) para reunirse con Puigdemont. 

Uno de los que lo hace con más asiduidad es el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, que prácticamente cada vez que viaja a Bélgica -lo hace una vez cada dos meses- se cita con Puigdemont. Ya lo hacía cuando el expresident era eurodiputado, igual que con el resto de parlamentarios catalanes, y lo mantiene ahora a pesar de que ya no ostenta el escaño en el Parlamento Europeo. Sánchez Llibre no es el único. En los últimos meses, también han visitado al líder de Junts representantes de Pimec, Cecot y FemCat, así como de la Unión Patronal Metalúrgica (UPM) y del Consell de Gremis de Catalunya

También han acudido a la residencia del expresident de la Generalitat en Waterloo líderes sindicales. El secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, y su homólogo en Catalunya, Camil Ros, se desplazaron en diciembre hasta la residencia de Puigdemont para tratar de rehacer puentes con él, tras quedar las relaciones muy deterioradas por las malsonantes palabras que usó su presidente en Catalunya, Matías Carnero, durante la última campaña electoral autonómica. "Llorado se fue él en el maletero. Y no sé si cagado o meado, pero se fue a Bruselas. ¿Por qué no se hizo una foto en el maletero?", profirió en referencia a Puigdemont. La Intersindical también ha acudido a la casa de Puigdemont.

Miembros de Junts dan por hecho que, tras el pacto de traspaso de competencias en inmigración, Sumar reclamará como contrapartida el apoyo del partido de Puigdemont a la reducción de jornada laboral. A diferencia de Podemos, que ya ha dado portazo a la propuesta, la formación de Díaz guarda silencio.

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