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¿Hay espacio para otro partido de derechas en España?
Las encuestas detectan una deriva reaccionaria entre los hombres jóvenes, y hay rumores de movimientos en ese ámbito ideológico
Los expertos no ven fácil que la aparición de una nueva formación que pudiera rentabilizar la pulsión antipolítica
El 36% de los hombres catalanes de 18 a 24 años no rechazan de plano una dictadura
Más de la mitad de los jóvenes británicos se muestran a favor de una dictadura en el Reino Unido

Iván Espinosa de los Monteros, Estefanía Molina, Albert Rivera y Arturo Pérez-Reverte, en Sevilla. / Rocío Ruz / Europa Press


Daniel G. Sastre
Daniel G. SastrePeriodista
Periodista. Profesor asociado en la UB.
Los caprichosos vientos de la historia han querido que en esta época sea más disruptiva –y, por tanto, más atractiva a ojos de muchos jóvenes– la extrema derecha que la extrema izquierda. Lo prueba una encuesta tras otras. Por citar dos de las últimas: un sondeo del Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS) revelaba el miércoles que más de un tercio de los hombres catalanes de entre 18 y 24 años no se muestra completamente en contra de una dictadura. Y otro estudio, en este caso de Channel 4 y publicado en el Reino Unido a finales de enero, era aún más contundente: el 52% de los británicos entre 13 y 27 años está a favor de un régimen autoritario frente a una democracia, porque creen que el país sería un lugar mejor "si estuviera al mando un líder fuerte que no tuviera que molestarse con el Parlamento y las elecciones".
Esa constatación del atractivo de las opciones políticas conservadoras y liberales coincide en el tiempo con los rumores que apuntan a que en España podría surgir una nueva fuerza de derechas. La semana pasada, un acto en Sevilla reunió a dos de las personas a las que más insistentemente se relaciona con ese runrún, por su pasado reciente en la primera línea y porque ahora mismo no están sometidos a la disciplina de ningún partido: Iván Espinosa de los Monteros, exdirigente de Vox, y Albert Rivera, expresidente de Ciudadanos.
Durante el acto, los dos dejaron claro que no están por la labor de participar en ese eventual impulso de una nueva formación para hacer frente a Pedro Sánchez. Lo que sí admitió Espinosa de los Monteros es que va a articular un 'think tank' –un laboratorio de ideas– con el objetivo de desalojar a los socialistas del poder, pero mediante la vía de la acción conjunta de las opciones de oposición que ya existen ahora, quien sabe si bajo unas mismas siglas.
Más allá de PP y Vox
Pero, en cualquier caso, ¿cabe un partido más más en un panorama en el que no solo se disputan a esos votantes el PP y Vox? Hay que recordar la irrupción de Alvise Pérez en las últimas elecciones europeas, en las que encabezó una formación netamente antisistema, Se Acabó la Fiesta, con la que logró tres escaños y más de 800.000 votos. Y que en varios lugares de España han surgido partidos que ya han logrado rentabilizar los nuevos vientos que soplan en Europa y en el mundo; seguramente el más exitoso ha sido la Aliança Catalana de Sílvia Orriols, que ha alcanzado la alcaldía de Ripoll y se ha colado con dos diputados en el Parlament.
"Quizás un partido nuevo solo tendría una vía por la que crecer, que es la antipolítica", reflexiona el politólogo Oriol Bartomeus, director del ICPS. "Es un poco lo que propulsó a Alvise en las europeas. Pero para que eso pueda funcionar sería necesario que Vox acabe apareciendo como uno más: es muy difícil jugar a la antipolítica teniendo diputados en el Congreso. Muchos de los que tienen sentimientos negativos hacia la política son los que en un principio no tenían una ideología ni un interés muy definidos, y poco a poco se han ido encabronando, y ese caldo de cultivo digamos que podría vehicularse a través de una oferta que fuera eminentemente antipolítica", añade.
Así, en el caso de Alemania, la opción ultra de AfD crece sobre todo en el Este a costa de la abstención. Se ha convertido en la opción de gente que no participaba en política, en un motivo para que ese sector de la población se incorpore al sistema de esa manera, sostiene Bartomeus.
El sondeo del ICPS, que constata que los hombres jóvenes –"no las mujeres", subraya el politólogo– se han movido hacia posiciones conservadoras o directamente han entrado en "una deriva reaccionaria y autoritaria". El politólogo cree que puede explicarse en parte por el papel de las nuevas plataformas, que poco a poco ocupan un lugar cada vez más importante en el menú informativo actual. "Se puede entender como una reacción instigada por una dieta comunicativa de redes sociales en las que hay mucha presencia de opinadores machistas, de 'gimbros'...", asegura. Si alguien supiera encauzar esa pulsión antipolítica tendría mucho ganado.
Un runrún interesado
En cualquier caso, Bartomeus sospecha que esos rumores de que va a aparecer una nueva formación a la derecha del PP los instigan los propios populares, con la esperanza de que una nueva formación pudiera restar apoyos a Vox, que se ha erigido, como se vio en el acto de Patriots en Madrid de la semana pasada, en la referencia en España de dirigentes como Javier Milei o Giorgia Meloni, pero también de Donald Trump.
Eso no quiere decir que los populares no deban preocuparse. Aunque, como el PSOE, es una organización muy consolidada a nivel local, tiene los mismos problemas que el resto de opciones de derecha "normal" de Europa, señala el director del ICPS. "Hay una lógica impepinable: entre el original y la copia, la gente se queda con el original. Y cuando empiezas a legitimar según qué discursos, estás abriendo una puerta por la que se te pueden ir los simpatizantes. Ahora mismo, entre 700.000 y 800.000 de los votantes que tuvo el PP en las generales de 2023 se irían a Vox, y eso que Abascal no tiene mucho tirón. Vox, con un líder que viniera de fuera de la política y haciendo un discurso antipolítico, ojo. Lo hemos visto en Francia e Italia, y nadie dice que aquí no pueda llegar a pasar", asegura.
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