Elecciones al Consell de la República
Perfil de Toni Comín: la caída del "hermano de exilio" de Puigdemont que comparte casa con Asens
El declive del Consell de la República: de la pérdida de poder al conflicto con los trabajadores y los gastos irregulares
Auge y caída de Toni Comín: la mano derecha de Puigdemont se la juega en el Consell de la República
Los escuderos de Puigdemont en Bélgica se baten en las urnas del Consell de la República

El dirigente de Junts, Toni Comín. / Zowy Voeten


Carlota Camps
Carlota CampsRedactora especializada en Parlament y política catalana
Graduada en Periodismo y con un máster en Análisis Político, sigue la actualidad política del Parlament y el día a día de varios partidos catalanes, especialmente de Junts per Catalunya.
"Hermanos de exilio". Así es como Toni Comín (Barcelona, 1971) define su relación con el expresident Carles Puigdemont. Hijo de Alfonso Comín, empezó a militar bajo el paraguas de Ciutadans pel Canvi, una plataforma nacida para apoyar a Pasqual Maragall como presidente de la Generalitat, y fue diputado del Parlament con los socialistas durante los dos tripartitos. En 2011 se afilió al PSC y tres años después rompió el carnet por discrepancias con su líder, Pere Navarro, a raíz de la consulta del 9-N. En 2015 llegó a Junts pel Sí de la mano de ERC y asumió la Conselleria de Salut. Ya entonces, durante las horas más convulsas del 'procés', se fue acercando a Puigdemont. Fue en la Casa del Canonges donde empezaron a compartir momentos de distensión e intimidad bajo el compás del piano, actividad que les mantuvo unidos en Waterloo cuando abandonaron Catalunya tras la declaración de independencia fallida.
Estar lejos de casa hizo que afianzaran su vínculo y que estrecharan lazos personales y políticos. Tanto, que en 2019, Comín abandonó ERC y concurrió como número dos de Puigdemont a las elecciones europeas. En su día, el fichaje del entonces republicano sirvió al expresident para mantener viva la llama de la supuesta unidad independentista y para erigir lo que después fue Junts per Catalunya como un partido de fronteras ideológicas más amplias de lo que era hasta entonces la posconvergencia.

Puigdemont y Comín llegan al Parlamento Europeo / .
Pero los vínculos entre "hermanos" no son inquebrantables. Siete años después de llegar a Bélgica, el tándem Puigdemont-Comín se ha roto. Lejos queda aquel 31 de enero de 2018 en que Puigdemont confesaba su frustración a Comín por no haber sido investido president de la Generalitat a distancia. "Esto se ha acabado, los nuestros nos han sacrificado", se pudo leer en la pantalla del exconseller de Salut después de que el entonces jefe de la Cámara, Roger Torrent, suspendiera el pleno.
Puigdemont le deja caer
Puigdemont no solo no ha apoyado a Comín en su carrera por la presidencia del Consell de la República, sino que llegó a pedirle que no se presentara a las elecciones. Tampoco le ha defendido en las causas que le asedian. Y Comín ha perdido ante Jordi Domingo, el excónsul mayor del Consolat de Mar de Barcelona que contaba con el espaldarazo de buena parte de la dirección saliente. De hecho, ha quedado tercero en los comicios con solo un 9% de los votos.
El que fuera la mano derecha de Puigdemont, tanto en el Consell de la República como en el Parlamento Europeo, ha acabado considerado por los suyos como un activo amortizado políticamente después de recibir múltiples acusaciones. Desde ser señalado por mala praxis económica -al haber pasado 15.530,35 euros de gastos personales a la cuenta del organismo-, hasta ser denunciado por acoso sexual y psicológico realizada por un exasesor de Junts en la Eurocámara.
Comín siempre ha defendido que eran gastos debidamente acreditados que le correspondían por su papel en el Consell y su situación judicial, y ha negado el resto de acusaciones. A su juicio, todo se enmarca en una campaña orquestada para torpedear su futuro político.
La relación con Asens
La trayectoria de Comín en política es amplia y alcanza hasta los movimientos antiglobalización. Fue allí donde conoció a uno de sus mejores amigos: Jaume Asens. Aunque después sus carreras políticas se separaron, les mantuvo unidos un fuerte afecto y siguieron pasando las vacaciones de verano juntos. De hecho, Asens, que en 2017 era concejal del ayuntamiento de Barcelona con Ada Colau, fue clave en la huida de Comín a Bélgica: le proporcionó quien a día de hoy sigue siendo su abogado y el de Puigdemont, Gonzalo Boye. Y también fue el enlace que propició la primera fotografía del expresident con la vicepresidenta Yolanda Díaz.

Jaume Asens, Yolanda Díaz, Carles Puigdemont y Toni Comín, antes de su reunión en Bruselas. / Sumar
Las vueltas de la política llevaron a los dos amigos a competir en las últimas elecciones europeas, uno representando la lista de Junts y el otro, la de los Comuns. Aún no han llegado a ser compañeros de hemiciclo, ya que Comín sigue en una batalla judicial para poder acceder al escaño sin tener que cumplir con el requisito de volver a España para prometer la Constitución. Lo que sí comparten es casa. Las semanas que Asens tiene compromisos en Bruselas como eurodiputado y debe pernoctar allí, se queda en la casa de Comín en Lovaina.
Desde esta ciudad estudiantil, ubicada a menos de 30 kilómetros de Bruselas, el hasta ahora vicepresidente de la entidad seguirá esperando el veredicto de la justicia sobre la amnistía y sobre su escaño en el Parlamento Europeo. Ya no cuenta con la misma protección de Puigdemont, pero sí con la amistad de Asens.
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