Apuntes políticos

Feijóo y Ayuso afilan su perfil más duro en la semana de la cumbre ultra

El líder del PP ha abrazado el lenguaje ayusista y se ha olvidado de las formas y los fondos moderados que usaba en Galicia

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Pilar Santos

Pilar Santos

Madrid
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La semana política ha acabado con una cumbre de dirigentes de la ultraderecha europea en Madrid. Vox, que en el Parlamento europeo forma parte de Patriots for Europe, ha organizado este viernes y sábado unas jornadas a las que han acudido los dos dirigentes radicales que más poder tienen en estos momentos en el continente: Marine Le Pen, jefa de Agrupación Nacional, que se quedó a las puertas del poder en Francia, y Viktor Orbán, primer ministro de Hungría y máximo dirigente del partido radical Fidesz. 

Patriots ha escogido como lema ‘Make Europa Great Again’ (Hagamos Europa Grande Otra Vez), imitando el de Donald Trump (‘Make America Great Again’, Hagamos América Grande Otra Vez). La vuelta del político estadounidense a la Casa Blanca ha insuflado oxígeno a las formaciones de ultraderecha de todo el mundo y Vox sigue avanzando en las encuestas aunque su labor de oposición a nivel propositivo sigue brillando por su ausencia. 

El crecimiento en los sondeos preocupa mucho en el cuartel general del PP aunque cara al exterior se le intente quitar importancia con algún argumento de dudoso valor para sus propios intereses. Alberto Núñez Feijóo dijo el martes en Antena 3 que los de Abascal solo se están recuperando y volviendo al 15% de votos que obtuvieron en las elecciones generales de noviembre de 2019, dando a entender que es normal que disfruten de nuevo de la fortaleza que llegaron a mostrar en aquel momento. 

La observación de Feijóo no tendría que ser tranquilizadora para los populares: en octubre de aquel año salió la sentencia judicial que condenaba a los dirigentes del ‘procés’ y el PP seguía medio KO por la moción de censura que le había descabalgado de la Moncloa el año anterior… 

Desde hace unas semanas, el nombre de Iván Espinosa de los Monteros, que dejó Vox en agosto de 2023, ha vuelto a las conversaciones de pasillo en Madrid. Algunos de los que, en el entorno del PP (en activo y en el banquillo), han coincidido con él comentan que está empezando a calar la idea de que “ahora sí habría hueco para un partido estilo Ciudadanos”... Y mientras se extiende ese runrún, esta semana Espinosa de los Monteros ha aparecido en Sevilla junto a Albert Rivera, exlíder del partido naranja, en una mesa redonda titulada “Políticos: ¿solución o problema?”.

Hay tensión lógica en la dirección del PP. En los tres últimos años, los populares han conseguido borrar a Ciudadanos del mapa aunque el alivio (también en Vox) duró poco. En las elecciones europeas del verano pasado, un agitador de las redes sociales, Alvise Pérez, cabeza de cartel de Se Acabó la Fiesta (SAF), se llevó 800.000 votos del espectro de la derecha y obtuvo tres escaños en las elecciones europeas del verano pasado. 

Según algunos de los que han compartido mesa y mantel con Espinosa de los Monteros, el exdirigente de Vox está pendiente de ver si el Gobierno saca o no los Presupuestos de 2025 y por dónde tira la legislatura para acabar de decidir qué hacer y cómo plasmarlo. ¿En una plataforma? ¿Un nuevo partido? ¿Sumándose a alguna de las opciones ya abiertas?

“Si cualquier ciudadano se pone en mi lugar, entenderá lo que significa que el presidente del Gobierno abiertamente diga que te va a matar”. Sin matices ni cautelas, Isabel Díaz Ayuso soltó esa barrabasada el lunes en Telecinco, donde también culpó al Ejecutivo de borrarle mensajes de su Whatsapp. “¿Qué programas informáticos estarán utilizando desde la Moncloa?”, preguntó antes de decir que no sabe si tiene “los teléfonos pinchados”. Cabe recordar que, cuando el Gobierno madrileño quiso hacer una detonación controlada sobre el caso de las comisiones del hermano de la presidenta, en 2022, también acusó a Pablo Casado de espiarla, algo que nunca se probó.

Las frases provocadoras y desmedidas, tan del gusto de Trump, han tenido también eco en Feijóo quien, al poco de llegar a Madrid, se olvidó de su promesa de hacer una oposición moderada para intentar sobrevivir en el marco mental que ya habían dispuesto Ayuso y Vox. El político gallego dijo el jueves que “hay decenas de altos cargos del Gobierno imputados en tramas de corrupción”, algo que es mentira. También leyó otra frase para referirse a la dimisión del hermano del presidente, David Sánchez Pérez-Castejón, después de que esta semana haya presentado su renuncia como jefe de la Oficina de Artes Escénicas de la Diputación de Badajoz. “Ha dimitido un Sánchez Pérez-Castejón. Por algo se empieza”, lanzó. Son dos ejemplos que muestran que ha abrazado el lenguaje ayusista y se ha olvidado de las formas y los fondos moderados que usaba en Galicia.

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