Junqueras lanza guiños a los críticos de ERC para conseguir un congreso tranquilo

El quinto mandato de Oriol Junqueras al frente de ERC tiene una gran novedad respecto a los cuatro anteriores: por primera vez liderará el partido teniendo que lidiar con varios sectores críticos activos y dispuestos a plantarle cara. Consciente de la novedad, la dirección de ERC presentó este lunes el borrador de hoja de ruta para los próximos cuatro años y en él ha incluido algunos guiños hacía estos sectores. El objetivo, intentar apaciguar los ánimos de cara el congreso que los republicanos celebrarán el 15 y 16 de marzo. En ese cónclave los militantes votarán la hoja de ruta definitiva y será un termómetro de hasta qué punto las facciones críticas tienen incidencia dentro de la organización.

La principal facción que se enfrentó a Junqueras por el control de ERC fue Nova Esquerra Nacional, la candidatura liderada por Xavier Godàs y Alba Camps. Una de sus propuestas estrella fue "celebrar una conferencia de las izquierdas soberanistas" para actualizar el ideario de Esquerra Republicana, un partido que querían que fuera la piedra angular de la "izquierda nacional" en Catalunya. Pues bien, en la hoja de ruta presentada por la nueva dirección este lunes se proyecta la celebración de una "conferencia nacional soberanista" en 2026 y se sitúa ERC como "el eje vertebrador de la izquierda nacional". No es una casualidad.

Fuentes de la dirección de ERC consultadas por EL PERIÓDICO confirman que es una propuesta de hoja de ruta para que "todas las sensibilidades se sientan cómodas". No quieren hablar ni de la existencia de candidaturas ni de facciones críticas, porque consideran que ya es un marco superado, pero sí admiten que existen varias "sensibilidades" a las que hay que atender. "Sí, es evidente que las hay, y hemos tratado de recogerlas todas y que todas se sientan bien representadas", exponen las mismas fuentes. El objetivo final, señalan, no es solo tener en marzo un congreso con el tono más positivo posible, sino que este tono se extienda en los cuatro años que la nueva ejecutiva tiene por delante. "Nos hace falta la implicación de todos y que todo el mundo encuentre su sitio en el partido", concluyen.

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Otra de las facciones que le disputó el poder a Junqueras fue Foc Nou, la candidatura liderada por Helena Solà y Alfred Bosch. Una de sus propuestas capitales fue que el partido elaborara un plan para la independencia fijando un horizonte máximo para el año 2030. La dirección de Junqueras recogió el guante y este lunes presentó un documento específico con este plan asumiendo el reto de volver a armar una "mayoría sólida" independentista en la calle y en las instituciones situando el horizonte en el año 2031. Esta similitud tampoco es una casualidad.

La reacción de los sectores críticos

La pregunta es si estos guiños serán suficientes para que haya un acercamiento entre la dirección y las facciones críticas y si esto será suficiente para volver a cohesionar el partido. La repuesta, con toda probabilidad, será que no. El turbulento proceso interno que se vivió para elegir nuevo líder -y que ganó Junqueras- dejó demasiadas heridas abiertas como para que la guerra interna acabe de un día para otro sin más. Ahora la pelota está en el tejado de los críticos, que deben explicar qué enmiendas presentarán al borrador de hoja de ruta. No han recibido el documento con entusiasmo, pero tampoco con una hostilidad manifiesta. "Estamos analizando detalladamente los textos", explica uno de ellos. Tienen hasta el 18 de febrero para presentar esta enmiendas con sus propuestas.

La nueva hoja de ruta de ERC para los próximos cuatro años está compuesta de tres documentos, entre ellos, una propuesta para renovar los estatutos del partido que son los que definen su funcionamiento interno. Aquí estará una de las batallas de las próximas semanas. Nova Esquerra Nacional ya ha anunciado que querrá enmendar estos estatutos para que se deje por escrito que el presidente del partido y la secretaria general "no puedan concurrir en procesos electorales". Es decir, frenar las ambiciones de Junqueras de ser algún día candidato a la presidencia de la Generalitat y las ambiciones de Elisenda Alamany de ser candidata al Ayuntamiento. Si estas u otras enmiendas prosperan se verá en el congreso de marzo.

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