Prueba para el Govern

Illa afronta su semana más difícil en el Parlament con la pórroga de presupuestos en el aire

El president no tiene amarrados los votos para convalidar dos decretos, pero prevé fotos conjuntas con ERC y Comuns

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El president de la Generalitat, Salvador Illa, durante un pleno en el Parlament

El president de la Generalitat, Salvador Illa, durante un pleno en el Parlament / ACN

Sara González

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Salvador Illa sabía que la cuesta de enero llegaría también a su Govern tras un despegue del mandato más plácido de lo que hubiera imaginado. No había pasado ni una semana del estreno del año de 2025 que ERC ya oficializó que no aprobaría nuevos presupuestos y que ese rechazo es inamovible. Que en Palau hayan dado la orden de digerir rápido la renuncia a la principal ley para el proyecto y la estabilidad de un ejecutivo y poner el foco en el plan B de las modificaciones de crédito no le ahorra al president la semana que tiene por delante en el Parlament, la más difícil hasta ahora a la que ha tenido que hacer frente esta legislatura. 

La convalidación de dos decretos pondrán a prueba el gobierno en minoría del PSC. El primero es el de la prórroga presupuestaria de las cuentas de 2023, que incluye la subida del Índice de Renda de Suficiencia (IRSC), que marca las prestaciones sociales que se conceden en Catalunya; el mismo movimiento que hizo hace justo un año el entonces president Pere Aragonès. Los Comuns ya han anunciado que lo avalarán, pero ERC no ha aclarado si lo apoyarán o no, mientras que Junts reclama que se tramite como proposición de ley. El segundo es la derogación de las multas a los ayuntamientos por exceso de consumo de agua en sequía, con el que no comulgan ni los Comuns ni los republicanos.

A la espera de ERC

"No sufrimos excesivamente por ninguno de los dos asuntos", aseguran fuentes del grupo parlamentario del PSC, que admiten que están priorizando la negociación con los dos socios de la investidura. En cuanto de la prórroga presupuestaria, apuntan que tendría "poco sentido" bloquear un decreto más bien técnico que lo que permite es que la Generalitat pueda seguir funcionando con los presupuestos heredados de Aragonès. Otra cosa es el decreto de ampliación de crédito que el Govern tiene en mente aprobar en las próximas semanas para poder disponer de 4.000 millones de ingresos extras para las arcas de la Generalitat, y que también deberá recabar el apoyo del Parlament. 

Los republicanos fruncen el ceño y, de partida, tampoco son partidarios de negociar lo que consideran que sería aprobar las cuentas por la puerta de detrás. Si eso sucediera, el margen de maniobra económico del Executiu sería aún más estrecho y se entraría en un escenario de tener que escoger qué medidas previstas se priorizan en detrimento de otras. Pero en Palau tratan de no adelantar acontecimientos y labrar el terreno para intentar que eso no llegue a suceder. Febrero está ya concebido como el mes en que, con la reactivación de las bilaterales Estado-Generalitat, se visibilizarán traspasos cruciales en materia de Rodalies o Mossos y se dará un espaldarazo al compromiso con la financiación singular.

El voto de Junts

En cuanto al decreto para derogar las multas a los ayuntamientos por el consumo de agua, habrá que ver si aquí es Junts quien acaba salvando al Govern, puesto que ambos partidos hicieron pinza en la anterior legislatura contra las sanciones a los municipios mientras ERC y los Comuns las defendían. En la memoria del partido de Oriol Junqueras está bien fresco como socialistas y posconvergentes le hicieron morder el polvo con esta cuestión -y también con otras- en el Parlament mientras gobernaba en minoría en la Generalitat. 

Ahora, es el ejecutivo de Illa a quien le toca surfear esa debilidad con el hándicap de no poder contar con sus socios de investidura y la paradoja de que, en esta ocasión, sea Junts -a la greña en estos momentos con los socialistas tras tumbas los decretos de medidas sociales en el Congreso- o la suma con PP y Vox la que ahorre al Govern un revés. Los socialistas confían en que los alcaldes posconvergentes presionen para la convalidación del decreto para hacer decaer las sanciones.

Ases bajo la manga

Conscientes de estos escollos por superar en los próximos días, el president Illa se ha reservado algunos ases en la manga para contrarrestarlos. De entrada, tiene previsto que la semana arranque con la aprobación del régimen sancionador de la ley de vivienda pactado con los Comuns para que se pueda multar a los propietarios que se salten los topes de los precios de los alquileres o cometan fraude de ley con los de temporada. También habrá una foto conjunta con los socios de la investidura en la votación prevista en el pleno para tumbar de forma definitiva los privilegios fiscales del Hard Rock. Se trata de dos asuntos relevantes que estaban incluidos en los acuerdos de investidura con ERC y con los Comuns. 

El broche de la semana, sea cual sea el balance para el Govern tras las votaciones en el Parlament, piensa ponerlo Illa con una conferencia el viernes rodeado de la flor y nata del sector económico y empresarial catalán. El propósito es transmitir que con él al frente de la Generalitat va haber estabilidad, pese a estar en minoría y no poder aprobar presupuestos; y desplegar sus prioridades en el contexto que se le dibuja. De momento, en Palau aseguran que están lejos de que cunda el pánico e incluso celebran tener cierta 'baraka' después de que les haya caído del cielo el retorno a Catalunya del Banc Sabadell.

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