Dinámicas parlamentarias
La cuestión de confianza de Puigdemont, clave para que el Gobierno evite nuevas derrotas en el Congreso
PSOE y Sumar ya han aplazado en dos ocasiones la decisión sobre la iniciativa, provocando el enfado de los posconvergentes

El president de Junts, Carles Puigdemont / Junts / Nùria Martínez


Miguel Ángel Rodríguez
Miguel Ángel RodríguezPeriodista político, especializado en la información parlamentaria del Congreso y el Senado
"Para aprobar los decretos, que no nos busquen", dijo Carles Puigdemont la pasada semana. Y cumplió. El líder de Junts dejó en la estacada al Gobierno en el primer pleno de 2025, votando 'no' a tres reales decretos, lo que provocó que cayera la subida de las pensiones o las ayudas al transporte. Ahora, el Ejecutivo de PSOE y Sumar tiene por delante dos semanas para reconducir la situación y una fecha clave, el 4 de febrero, cuando previsiblemente la Mesa del Congreso se reunirá para volver a analizar la petición del expresident de la Generalitat de una cuestión de confianza, el origen de este último capítulo de las fricciones entre el Gobierno y los posconvergentes.
El próximo pleno en el Congreso no se celebrará hasta el 11 de febrero. Dos semanas sin riesgo de sufrir una nueva derrota parlamentaria. Así, fuentes socialistas en la Cámara Baja apelan a la "calma" y aseguran que hay tiempo hasta entonces para reconstruir los puentes con Junts. La vista está puesta, sobre todo, en la próxima reunión de la Mesa del Congreso. Será un punto de inflexión, admiten.
A comienzos de diciembre, Puigdemont ya advirtió de que las cosas no iban bien y los posconvergentes registraron en el Congreso una proposición no de ley en la que instaban a Pedro Sánchez a someterse a una cuestión de confianza. La iniciativa carece de valor jurídico y el líder del PSOE no estaría obligado a hacer nada. Sin embargo, su debate podría escenificar la pérdida del respaldo de la Cámara. Para evitar ese escenario, PSOE y Sumar, con mayoría en la Mesa del Congreso, han ido postergando la aceptación a trámite de esta iniciativa.
El jueves 16 de enero, fue la última vez que la Mesa pospuso esta decisión. Al día siguiente, Puigdemont dio por rotas las negociaciones con el Gobierno. Y cinco días después votó ‘no’ a todo. En diciembre, Puigdemont ya anunció que, si no se permitía este debate, habría "consecuencias irreversibles".
Decisión importante
La Mesa aún no está convocada, pero distintas fuentes parlamentarias apuntan a que volverá a reunirse el 4 de febrero, aunque no descartan una convocatoria previa si resulta necesario. Será entonces cuando debatan nuevamente el asunto. El secretario primero del Congreso y diputado de Sumar, Gerardo Pisarello, aseguró que están buscando acomodo a la iniciativa de los posconvergentes en el reglamento, dado que la proposición no de ley alude a una figura -la cuestión de confianza- que solo puede activar el presidente del Gobierno y que su votación será una cuestión de confianza "encubierta".
La relevancia de esta iniciativa en las relaciones con Junts fue visible la pasada semana. El martes, durante el Consejo de Ministros, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, aseguró que estaban en contra de que se debatiera y, después, fuentes de la Moncloa dejaron aún más claro que rechazarían la proposición no de ley. Sin embargo, 48 horas después, la Mesa no tomó esa decisión, sino que la aplazó para dar más margen a la negociación con Junts.
Todos los escenarios
En su próxima reunión, la Mesa tendrá varios caminos para elegir: rechazar la iniciativa, lo que supondría una ruptura total con Junts; pedir a los posconvergentes que reformulen el texto, algo que los de Puigdemont ya han dicho que no harán; aplazar la decisión una semana más, alegando que Junts no tiene cupo hasta finales de febrero; o aceptarla a trámite, lo que también les daría margen de negociación para que los posconvergentes no lleven la proposición no de ley a debate en pleno.
Además, si la relación con Junts no se reconduce en estas dos semanas, el Gobierno tiene cierto margen para ralentizar la actividad parlamentaria y evitar derrotas significativas. Fuentes socialistas explican que no hay ninguna ley cuyos trabajos estén tan avanzados como para que sea inminente su llegada al pleno. No obstante, sí sería posible que los posconvergentes se oponga a aceptar a trámite nuevas proposiciones de ley que traigan los socialistas o que apoyen iniciativas del PP que puedan perjudicar al Gobierno.
Aun así, fuentes socialistas aseguran que en las próximas semanas su intención es renegociar el decreto ‘ómnibus’ con Junts, con quienes dicen que ya pactaron todas las medidas que incluía, para aprobar otro real decreto y dejar atrás este episodio. Sea como sea, la vista seguirá puesta en la Mesa del Congreso y la cuestión de confianza.
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