Operaciones antiterroristas de la Guardia Civil
Expulsado un combatiente de ISIS que entró en Ceuta nadando y capturado un yihadista radicalizado en Valencia
Uno de los detenidos, veterano de la guerra en Siria, había pedido asilo en España tras entrar irregularmente por la playa del Tarajal

Un momento de las operaciones antiterroristas desarrolladas en Valencia y Ceuta / IGAT


Juan José Fernández
Juan José FernándezRedactor Jefe
Reportero.
Profesor en el Master de Periodismo Avanzado – Reporterismo de la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna (Universitat Ramon Llull).
Diplomado por el CESEDEN en Altos Estudios de la Defensa Nacional.
Fue jefe de Información y Reportajes y jefe de Redacción de la revista Interviú durante 19 años.
La Guardia Civil ha difundido este martes la neutralización de dos varones adultos bajo acusación de actividades relacionadas con el yihadismo, en dos operaciones que muestran el abanico de actividades del terrorismo en España en este arranque de año. Una de ellas, de Ceuta, se ha saldado con la expulsión del detenido y la otra, en Valencia, con un envío a prisión por orden de la Audiencia Nacional.
Un veterano de las guerras de ISIS en Oriente Próximo protagoniza el caso más severo. Se trata de un nadador de Ceuta, camuflado entre los migrantes magrebís que tratan de entrar en la ciudad española lanzándose al mar desde la vecina localidad marroquí de Castillejos. W. Z., tunecino de 38 años, llegó nadando a territorio español sorteando el espigón fronterizo en la playa del Tarajal, en una de los madrugadas de nieblas marítimas del pasado mes de julio.
Agentes de fronteras de la Guardia Civil lo detectaron y retuvieron en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta. La Jefatura de Información del instituto armado confirmó que se trataba de un excombatiente del Estado Islámico en Siria, país al que había viajado para enrolarse en la yihad en 2016. La Guardia Civil le atribuyó un entrenamiento guerrillero y el suficiente conocimiento sobre armas y explosivos como para no quitarle el ojo de encima.
El tunecino estuvo en el CETI hasta que logró pasar a la península, en noviembre, mientras era objeto de la tramitación, primero, de un expediente de protección. Después ha estado en Málaga, en un alojamiento proporcionado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), pendiente de una solicitud formal de asilo en España. El trámite ha durado hasta este mes, cuando ha pesado la advertencia de la Guardia Civil sobre la "amenaza muy identificable" que representaba, relatan fuentes conocedoras del proceso.
La pasada semana, agentes del Grupo Central de Expulsiones de la Policía Nacional acompañaron a W. Z. en un vuelo de expulsión a Túnez.
Radical en Valencia
La otra operación, llevada a cabo también la pasada semana, entra más en los parámetros de las que se han venido sucediendo durante el pasado año en suelo español. Esta vez ha supuesto la interceptación en la provincia de Valencia de un hombre al que se detectó ya en pleno proceso de radicalización profunda.
El detenido en Valencia. M. L.C., de 42 años, con permiso de residencia en España y origen marroquí, llevaba mucho tiempo consumiendo online contenidos violentos y propaganda del terrorismo islamista de factura propia del Estado Islámico y sus cadenas de producción y repique de propaganda.
Según fuentes cercanas al operativo, desarrollado también por el Servicio de Información de la Guardia Civil, muchos de los contenidos que estaba consumiendo el detenido provenían de plataformas eliminadas recientemente en la Operación Almuasasa, de dimensión internacional, que en julio pasado culminó con el cierre de varios espacios web que difundían propaganda de la yihad y animaban a atentar en Europa.
M. L. C. no era un simple aficionado. Además de consumir profusamente noticias sobre atentados y muertes difundidas por productoras y blogs digitales de ISIS, difundía también los contenidos y estaba creándose una pequeña comunidad de seguidores.
Potencial terrorista
Se da la circunstancia en el caso de Valencia de que el detenido tenía antecedentes por delincuencia común. Y, entre ellos, algunos que acreditan que sabe manejar identidades falsas. Estos dos detalles, a ojos de la Guardia Civil, aumentaban la peligrosidad del radical.
La valoración del peligro, del potencial del yihadista, incide en estos dos casos. El de Ceuta se une al goteo de retornos que inquieta en la lucha antiterrorista. Después de que, en 2018, el Estado Islámico comenzara a perder terreno en Siria, las fuerzas de seguridad europeas temían una vuelta masiva de combatientes. Ese retorno no se ha producido así, sino en un goteo que, como se demuestra en el caso de Ceuta, pervive en el tiempo.
Los combatientes retornados son uno de los peligros más agudos del terrorismo islamista en Europa, por su dominio de técnicas con armamento de guerra y su alto grado de fanatismo, además de una dependencia con sus organizaciones terroristas que no termina de romperse, según ha reiterado los expertos policiales en yihadismo en todo tipo de foros.
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