Apuntes políticos de la semana

El arriesgado cálculo que lleva a Feijóo a seguir defendiendo a Mazón

El líder del PP, según fuentes próximas al 'president', abordó con su núcleo duro qué consecuencias podía acarrear pedir la dimisión del político alicantino y concluyó que, si lo hacían, no podrían volver a gobernar la Comunitat Valenciana en años

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Pilar Santos

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La semana política ha discurrido con varias ciudades bajo los focos: Bruselas, donde Carles Puigdemont ha hecho valer sus siete diputados de esta legislatura; Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso está pasando apuros por los negocios de su pareja, Alberto González Amador; y Valencia, donde Carlos Mazón ha hecho comparaciones fuera de lugar entre Gaza y la DANA y se ha vuelto a poner de manifiesto el riesgo que está corriendo Alberto Núñez Feijóo al mantenerle su apoyo.

Puigdemont ha estado estos últimos días en el centro del campo de juego, con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo pidiéndole la pelota. El primero porque querría aprobar unos Presupuestos Generales del Estado para este año; el segundo, porque desearía sumar los siete diputados de Junts a los de Vox y el PP y tumbar al presidente del Gobierno en una moción de censura. Ambas opciones parecen en estos momentos bastante difíciles, sobre todo la segunda. En el entorno de Sánchez se dan de margen hasta el mes de abril para presentar las Cuentas mientras que, en el PP, la opción de la moción de censura sube o baja enteros según qué dirigente conservador hable. La posibilidad de que Feijóo se alíe a la vez con el “prófugo” Puigdemont y Vox para semejante empresa no parece fácil.

La jueza que lleva el caso del novio de Ayuso decidió en octubre investigarle para saber si González Amador usó una empresa pantalla para ocultar pagos del Grupo Quirón. Y la fiscalía, esta semana, ha decidido respaldar ese paso en contra del intento de la pareja de Ayuso de cerrar esas nuevas pesquisas. Sobre la mesa, según el ministerio fiscal, la falta de explicaciones de “lo que parece ser el pago de una comisión encubierta de medio millón de euros”. Eso fue lo que costó supuestamente una empresa que solo tenía en su poder un ordenador y tres aparatos de depilación viejos. 

La resonancia de este caso ha aumentado estas últimas semanas en las que Óscar Lopez, ministro de Transformación Digital, se ha convertido en nuevo líder de los socialistas madrileños. López se ha puesto a devolver a Ayuso todos los golpes que salen de la Puerta del Sol. Antes, Juan Lobato, el exlíder del partido socialista en Madrid, no abría los informativos nacionales con sus pullas a la presidenta. Ahora, con López, sí. Esta circunstancia está poniendo más foco en la “relación triangular Ayuso-González Amador-Quirón”, que el PSOE considera que puede acorralar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, una circunstancia de la que están muy pendientes también en la sede de Génova…

Mazón dejó el jueves un episodio para la hemeroteca, cuando ironizó sobre las ayudas que ha recibido la Comunitat Valenciana. El 'president' comparó la situación con Gaza, un territorio en el que Israel ha arrasado las infraestructuras y ha cometido genocidio, según relatores de la ONU. Han muerto más de 46.600 palestinos. El lamentable comentario no fue censurado por la dirección nacional. Al contrario. En X (antes Twitter), el PP fue todavía a más, añadiendo un matiz xenófobo. “Si pides la ayuda en árabe llega antes”, se podía leer. 

¿Por qué ese apoyo cerrado a Mazón incluso en este tipo de cosas? Pese a que justo después de la DANA pareció que Feijóo quería romper con Mazón, cambió y decidió respaldarle. Según fuentes próximas a Mazón, el jefe de los populares debatió aquellos días con su núcleo duro los pros y los contras de apoyar al ‘president’ y concluyeron que era peor para los intereses nacionales del PP retirarle la confianza. “Pensaron que, si le presionaban para que dimitiera, perdían sí o sí la Comunitat Valenciana para años. La vía que escogieron, de darle la oportunidad de tener éxito en la reconstrucción, les deja alguna opción de mantenerla”, explica una fuente conocedora del compromiso adquirido por Feijóo.

Debancar a un presidente autonómico desde Génova es imposible. Mazón y su jefe de filas lo saben y por eso ambos han tenido que llegar a un mínimo entendimiento. Si el malestar social creciera, el 'president' cometiera demasiados fallos y Feijóo pensara que esa alianza le perjudica más que le beneficia, solo podría hacer gestos para evidenciar el divorcio: retirarle la confianza públicamente y, a nivel de partido, montarle una gestora para que no contara con el apoyo de la organización.  

Por ahora, sin embargo, el plan es ganar tiempo para que el repetido lema de que "el PP sabe gestionar" se recupere un poco y diseñar bien el plan para relevarle si fuera necesario. Por el camino, Génova sigue mimando a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Ella siempre fue de Esteban González Pons (muy cercano a Feijóo) y, ahora, más.

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