TRIBUNALES

Contracrónica de un juicio con momentos delirantes: Cascos ve "de perogrullo" todo lo que cargó al partido (menos un pedido de sushi y un test psicotécnico)

Álvarez-Cascos sorprendió al tribunal queriendo contestar a "todas las preguntas" y no tuvo pelos en la lengua para reconocer, por ser "normal", que había pasado a Foro facturas como las de unos zapatos Callaghan 

Eso sí, el expresidente dijo que nunca pidió sushi a domicilio: "Ni a Glovo ni a Glova"

Francisco Álvarez-Cascos, ayer, sentado ante el tribunal que le juzga, presidido por Javier Domínguez Begega, en la Audiencia Provincial.

Francisco Álvarez-Cascos, ayer, sentado ante el tribunal que le juzga, presidido por Javier Domínguez Begega, en la Audiencia Provincial. / | LUISMA MURIAS

Mónica G. Salas

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Pedido realizado a Telepizza el 28 de enero de 2017 a las 22.21 horas desde el barrio madrileño de Las Tablas.

Francisco Álvarez-Cascos: "Pues fíjese, llegué a Madrid a las 22.21 horas y todo el gasto que hice fue comer una pura pizza".

Enrique Valdés-Solís, fiscal: "Bueno, pero es que mire, el cliente es Elena Álvarez Álvarez".

Cascos: "No sé quién es".

Valdés-Solís: "Edificio calle Valcarlos... No sé si puede dar usted algún tipo de explicación".

Cascos: "Pues fíjese, he pedido para mí una pura pizza".

Momentos así de delirantes tuvo ayer la primera de las seis sesiones del juicio que se celebró en la Audiencia contra el ex presidente del Principado por apropiación indebida (181.648 euros, según el cálculo de la Fiscalía) de Foro Asturias. Contra todo pronóstico, Francisco Álvarez-Cascos quiso contestar "a todas las preguntas", empezando por las del fiscal, que le interrogó por todos los gastos personales que presuntamente cargó al partido. El expolítico no tuvo pelos en la lengua para reconocer que efectivamente había pasado a Foro los tíquets correspondientes a comidas con sus hijos, partidos de tenis de la Copa Davis para familiares, unos zapatos Callaghan o entradas para el Museo del Prado.

Todo ello es "normal", "elemental" e incluso de "perogrullo" desde la óptica de Cascos, por el "compromiso" que había adquirido con quienes le auparon para liderar el proyecto de Foro y por una cuestión de "imagen política". "La función de un dirigente no es aislarse, es relacionarse", dijo. Durante tres horas, el que fuera vicepresidente del Gobierno de España demostró vivir en una realidad paralela. Todo lo que no quiso contar fuera –guardó silencio ante los medios de comunicación tanto a la entrada como a la salida– lo habló ante el tribunal.

El juicio empezó con media hora de retraso. Durante esos treinta minutos, Álvarez-Cascos y Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón y actual presidenta de Foro, que está citada como testigo, no se cruzaron la mirada. Cascos aguardó en una esquina junto a su abogado y Moriyón se sentó justo delante de la puerta de la sala. Ya en marcha el juicio, el exfundador de Foro hizo un largo alegato, en el que pareció emocionarse por momentos con la voz quebrada y en la que se adelantó incluso a algunas preguntas del fiscal.

Metiéndose en harina, Cascos defendió que su criterio era el de la "austeridad" y "administrar unos bienes escasos (los de Foro) que eran de todos". Sin embargo, minutos después reconocía cargar comidas con sus hijos en Marbella o Estepona. Algunas de esas facturas superaron los 250 euros. "Estarían mis hijos de vacaciones en Estepona y yo me desplazaba a donde estaban ellos. No traía a mis hijos de paquetes a donde yo estaba", manifestó. "No, pero la pregunta es por qué no pagaba eso con su salario en vez de pasárselo a Foro, estando ellos de vacaciones", replicó el fiscal. "Yo no pasaba mis vacaciones ni pasaba horas extras. Yo no tenía descansos y cuando no había conductor, conducía yo", contestó de nuevo Cascos. En definitiva, un diálogo de besugos.

Las entrada de la Copa Davis. "Qué gran ejemplo ha escogido para preguntarme", reaccionó Cascos a la petición de información del fiscal. "Yo no soy aficionado al tenis, soy aficionado a otros deportes, pero el presidente de la Federación Española tuvo la deferencia de invitarme. Yo era el presidente del Principado y la imagen del presidente es muy importante", justificó. El representante del Ministerio Público le preguntó entonces por los hijos: "¿Por qué le tenía que pagar Foro sus entradas?". Y con la mayor naturalidad del mundo, Cascos respondió: "Porque creo que tener una imagen de familia forma parte del activo de una persona".

Otros cargos supuestamente indebidos: las entradas al Museo Thyssen y al Museo del Prado de Madrid. "Buen ejemplo. Yo procuraba transmitir imagen de prestigio, de mi y de mis acompañantes. Y creo que estar en la exposición del Bosco o en el Prado da prestigio". Salió también en el juicio unos zapatos de 55 euros de Callaghan. "Mire, en Navidades, en Foro, teníamos un pequeño detalle con los trabajadores. Y había una persona, que era colaboradora pero no estaba en la estructura, que era mi amigo desde la niñez, Parrondo (ya fallecido), y ese año Foro le regaló unos Callahgan. Yo soy cliente de Callaghan desde hace 30 años y he abonado decenas de pares de zapatos. Hay uno, uno solo ahí: eso ya tiene que llamarle la atención a cualquiera coque tenga un mínimo de sentido común", declaró.

En la primera sesión del juicio también quedó claro que Cascos recorría muchos kilómetros en coche. Tantos como "un millón trescientos mil kilómetros", según precisó. "Algunos pasaban 0,19 euros por kilómetro. Si usted aplica 0,19 por los que yo hice, verá lo que supone de costes eso para Foro. Y en cambio, yo solo pasaba el consumo de gasolina y el mantenimiento de los vehículos". "Y cuando los conductores tenían vacaciones, usaba los coches particulares de mi familia. Yo no tuve vacaciones jamás. Llevaba una oficina en el coche, con el ordenador y comunicando desde las siete de la mañana hasta las doce de la noche", argumentó.

Pero no todo fue reconocer cargos "normales" a Foro, Cascos también fue tajante con algunos "errores", como el psicotécnico para una licencia de armas o la licencia de pesca. "No vengo aquí a acusar a terceros, pero si hacen una análisis caligráfico verán de quién es la letra", dijo. Y lo mismo con un pedido de sushi a domicilio hecho en Madrid. "En mi vida pedí nada por teléfono a un catering. Ni a Glovo ni a Glova".

Después de todo lo anterior, la segunda sesión del juicio, prevista para mañana mismo, promete.

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