La legislatura catalana

Illa hace concesiones a ERC y Comuns en Mossos y vivienda para abonar la negociación de presupuestos

Illa anuncia que los Mossos asumirán la seguridad en puertos y aeropuertos en 2025

Illa anuncia que Catalunya sancionará ya en 2025 a quien incumpla con el tope de los alquileres

El Govern deja que ERC marque el ritmo de la negociación de presupuestos

El Govern prorroga los presupuestos de 2023 ¿Qué supone para las cuentas públicas?

El president de la Generalitat, Salvador Illa, este miércoles en el Parlament

El president de la Generalitat, Salvador Illa, este miércoles en el Parlament / David Zorrakino / Europa Press

Sara González

Sara González

Barcelona
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Govern se prepara para una larga y compleja negociación de presupuestos. Una cuesta de enero en la que asume que, tras casi cinco meses plácidos de estreno del mandato con la oposición sumida en procesos internos, se avecina un cambio de rasante en la legislatura. ERC, con Oriol Junqueras al frente, encarecerá el precio de su apoyo a los socialistas. Pero también los Comuns quieren deshacerse del sambenito de ser la muleta del PSC y exhibir triunfos propios. Consciente de ello, el president de la Generalitat, Salvador Illa, ha empezado ya a abonar el terreno en asuntos que tiene a su alcance, como lograr más competencias para los Mossos en puertos y aeropuertos y poner coto al negocio que se hacen los que incumplen con el tope a los alquileres fijados en la ley de vivienda.

El objetivo es claro y meridiano: mimar a los dos socios de la investidura para amarrar el apoyo a las cuentas de 2025 "tan pronto como sea posible" y dejar atrás la pórroga de las de 2023. El primer objetivo que se fijaron en Palau, el de aprobar los presupuestos antes de comerse las uvas este año, pronto se dio de bruces con la guerra en ERC, que ha cortocircuitado hasta ahora la posibilidad de definir unos interlocutores con quien negociar. Con los Comuns los vínculos están más engrasados, pero el ritmo se ha ralentizado ante la constatación que este no sería un proceso corto. Ahora el reto es lograr un pacto en el primer trimestre del año, aunque no son pocos los implicados que no descartan que se supere también este plazo y se llegue a las puertas del verano.

Seducir y no presionar

Por ahora, la estrategia de Illa ha sido la de no presionar, dejar que los republicanos sean los que marquen el ritmo y tratar de seducir con gestos. Lo contrario, apresurar día sí y el otro también a reunirse, consideran que sería contraproducente. Eso explica por qué la primera reacción tras el regreso de Junqueras al liderazgo de ERC ha sido la de contemporizar, conceder tiempo y, mientras tanto, lanzar un anuncio que allane la relación con la nueva cúpula de la calle Calàbria tras semanas de espiral discursiva 'antiPSC', aunque eso suponga una suerte de enmienda del Govern en materia de Mossos.

El president anunció este miércoles que asumirán la seguridad de puertos y aeropuertos a principios del año que viene después de que en la Junta del pasado 5 de diciembre con el Ministerio del Interior la consellera Núria Parlon disuadiera esa posibilidad de forma inminente con el argumento de que no se tenían suficientes agentes de la policía catalana. Se trata, dijo Illa sin ambages, de "dar continuidad" a una negociación que prácticamente culminó el exconseller Joan Ignasi Elena, uno de los dirigentes de confianza de Junqueras y que militó durante 30 años en el PSC.

También aclaró, para tratar de aplacar las críticas de ERC y de Junts, que la integración de Policía Nacional y Guardia Civil en el sistema de emergencias del 112 no supondrá que los cuerpos estatales ganen competencias en detrimento de los Mossos porque no recibirán avisos que "no les correspondan". Los republicanos, recelosos, esperarán a la reunión de la Junta de Seguridad de enero para comprobar si el ministro Marlaska, a su juicio, "mintió" tras la reunión de hace dos semanas o si, por contra, Illa está "rectificando", aunque en el Govern consideran que tanto ERC como Junts se han metido en un jardín delicado porque se trata de un asunto que busca "agilizar" la respuesta en casos de emergencias.

Mimos a los dos socios

El ejecutivo de Illa no se ha encargado solo de agasajar a los republicanos antes del parón navideño, sino que también ha otorgado protagonismo a los Comuns anunciando que también a principios de año estará listo el régimen sancionador contra quienes incumplen el tope de los alquileres fijados por ley, una medida que hasta ahora el Govern había vinculado a los presupuestos. El grupo de Jéssica Albiach, se atribuye la medalla de haber logrado que el president asegure públicamente que hay que lanzar "un mensaje claro a los que quieran especular" con la vivienda.

Sin embargo, exigen que esté en vigor ya en enero sin esperar a que haya un acuerdo para las cuentas, también negociar cómo serán estas sanciones, cómo se definirá cuáles son "graves o muy graves" y, subrayan, cuántos inspectores habrá para que esa fiscalización pueda llevarse a cabo. Para los Comuns, debería haber por lo menos un centenar. A la espera de las concreciones, el partido de Albiach se felicita por ese compromiso verbalizado por Illa la misma semana en la que el Congreso ha tramitado la proposición para regular los alquileres de temporada.

El plan del Govern

Para el Govern, que este viernes presentará una hoja de ruta de la legislatura, se trata de sembrar para ganarse a pulso la estabilidad por más que tenga que sudar la gota gorda con materias como la financiación singular, cuya concreción será determinante para que ERC apoye o no los presupuestos. "Por nosotros no quedará", insisten en Palau, que plenamente conscientes de que Junqueras lo va a poner difícil, se preparan para intentar romperle los esquemas con concesiones. Illa cierra el año satisfecho porque Catalunya, definen en su entorno, "ha pasado del Carnaval a la Cuaresma". Es decir, de la montaña rusa del 'procés' a una etapa de gestión sin sobresaltos a merced de un 2025 que arranca en la oposición con el mismo tándem, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, que llevó las riendas en el otoño de 2017.