Nueva secretaria general

Alamany enfría los presupuestos catalanes y estatales: "ERC ha vuelto y se hará respetar"

Los republicanos ni tan siquiera tienen previsto nombrar por ahora a un equipo negociador

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La nueva secretaria general y portavoz de ERC, Elisenda Alamany, este lunes en rueda de prensa.

La nueva secretaria general y portavoz de ERC, Elisenda Alamany, este lunes en rueda de prensa. / Bernat Vilaró / ACN

Quim Bertomeu

Quim Bertomeu

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La nueva ERC de Oriol Junqueras y Elisenda Alamany ha empezado con un norte político muy claro: marcar distancias con el PSC y el PSOE y advertir a Salvador Illa y a Pedro Sánchez de que no pueden dar por descontados los votos republicanos ni a los presupuestos catalanes ni a los estatales. Este lunes Alamany ha estrenado en la sala de prensa su cargo de secretaria general y portavoz del partido y lo ha hecho repartiendo avisos a los socialistas. El más claro ha sido este: "ERC ha vuelto y se hará respetar".

La dureza que intenta imprimir ERC en su discurso empieza porque, de entrada, los republicanos aseguran que no solo no está claro que vayan a aprobar las cuentas, sino que ni tan siquiera está claro que vayan a sentarse a negociarlas. Cuando se le ha preguntado a Alamany por quién integraría el equipo negociador de ERC para abordar los presupuestos con el Govern de Illa -que ansía empezar las conversaciones cuanto antes-, lo ha despachado así: "No hay equipo negociador porque no hay negociación".

¿Por qué esta dureza? En primer lugar, porque durante la campaña electoral de las elecciones internas en ERC, Junqueras y el resto de candidatos interpretaron que ofrecer un discurso duro hacia el PSC tenía muchos adeptos entre los militantes. Es por esto que, ahora que Junqueras ha ganado la votación, debe mantener esa posición. Pero también hay una segunda razón y es que ERC alega que no puede llegar a nuevos pactos con los socialistas si antes no se cumplen los anteriores, como los que firmaron a cambio de investir a Sánchez (noviembre de 2023) e Illa (agosto de 2024).

Tanto Alamany como Junqueras han empezado a deslizar este lunes cuáles son los acuerdos pendientes que más les urgen que el PSC y el PSOE empiecen a cumplir o a dar señales de que lo harán. Son la condonación parcial de la deuda del FLA; el traspaso de Rodalies; la nueva financiación; la oficialidad del catalán en Europa; la regulación de los alquileres; la línea 9 del metro y la mejora en la ejecución presupuestaria de los años anteriores. En una entrevista en TV3 Junqueras ha avisado de que "no puede haber nuevas negociaciones y nuevos acuerdos hasta que no se cumplan los que ya existen". "No tendría sentido", ha concluido.

La llamada de Illa

Tras ganar las elecciones internas del sábado, Junqueras recibió varias llamadas de felicitación, entre ellas la del president de la Generalitat, Salvador Illa. Sin embargo, avisan desde ERC, esto no significa que se pueda dar por descontando que empezará una negociación de forma inminente. Los republicanos quieren primero señales de que se cumplirán los acuerdos que siguen en el tintero. Y Alamany ha recalcado que ahora "no hay excusas" porque los socialistas gobiernan "en todas partes" -Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona- y esto debería facilitar que se agilicen los temas pendientes.

Oriol Junqueras y Xavier Godàs en una imagen de la campaña electoral.

Oriol Junqueras y Xavier Godàs en una imagen de la campaña electoral. / ERC

La posición de salida de ERC es diáfana, lo que no está tan claro es cómo envejecerá. Los republicanos están en disposición de tensar la cuerda, pero para ellos tendría mucho riesgo que se llegara a romper. Por ejemplo, si no hay presupuestos estatales y Sánchez tiene la tentación de convocar elecciones, esto sería un riesgo para ERC porque está en una posición de debilidad interna poco recomendable para ir a las urnas. Además, el propio Junqueras ha admitido hoy que unas elecciones darían alas a la posibilidad de que gobiernen el PP y Vox.

Mano tendida a los críticos

Esta dureza en el discurso hacia los socialistas tiene otra virtud para ERC. Le permite desviar, a ratos, su gran problema actual: la fractura interna que vive la organización entre los partidarios y los detractores de Junqueras. El presidente de ERC ganó el congreso del sábado, pero lo hizo con el 52% de votos, lejos de las mayorías superiores al 80% que logró en anteriores cónclaves. Alamany este lunes ha vuelto a desplegar un discurso de mano tendida y reconciliación con los críticos del partido. "La campaña se ha acabado y ahora toca que todos juntos trabajemos para levantar ERC y ponerla en el lugar que se merece. Lo haremos todos juntos desde la diversidad", ha dicho.

La próxima cita importante en el calendario de los republicanos será en su próxima reunión de la ejecutiva del 23 de diciembre. Allí pondrán en marcha cinco comisiones clave para el futuro inmediato del partido. La comisión de la verdad que tiene que investigar la polémica de los carteles contra los Maragall; la comisión de seguimiento de los pactos con los socialistas y las tres comisiones que tienen que empezar a preparar el congreso del partido de marzo. En concreto, tendrán que hacer una propuesta de reforma de los estatutos del partido; de la estrategia política y del plan para la independencia que prometió Junqueras.