Acuerdo de investidura

El Parlament se prepara para dejar caer el Hard Rock

El PSC votará, junto a ERC y los Comuns, la retirada de los beneficios fiscales al casino

El PSC se abre a eliminar los beneficios fiscales al Hard Rock antes de terminar el año

Comuns y ERC se alían para eliminar los beneficios fiscales del Hard Rock antes de 2025

Manifestación contra el Hard Rock, la B-40 y la ampliación del aeropuerto el pasado mes de marzo

Manifestación contra el Hard Rock, la B-40 y la ampliación del aeropuerto el pasado mes de marzo / JORDI OTIX

Sara González
Gisela Boada
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En tan solo nueve meses, el Hard Rock habrá pasado de hacer descarrilar una legislatura por su defensa a compactar una mayoría en el Parlament para dejarlo caer. Todo, con los mismos tres actores -PSC, ERC y los Comuns-, pero con los roles entre socialistas y republicanos intercambiados al frente del Govern, que continúa en minoría obligado a hacer de la necesidad virtud. Los tres partidos que hicieron posible la investidura de Salvador Illa tramitarán este miércoles una proposición de ley en el Parlament para revertir las rebajas fiscales que en su día se aprobaron para los promotores del casino, la pista de aterrizaje que han pactado para desincentivar a los promotores del proyecto.

Este es el peaje que se ha visto obligado a pagar el Govern de Illa para mantener el apoyo de los republicanos y los Comuns, que se han aliado para lograr que la medida eche a andar antes de final de año y al margen de lo que pase después con los presupuestos de 2025. La intención de los socialistas era reservarse esta carta como una palanca más para la negociación de las cuentas, ya que la previsión era incorporar ese cambio impositivo a la ley de acompañamiento, pero los socios de investidura exigen que se empiecen a saldar ya algunas deudas.

Posibles enmiendas

Los socialistas no quieren hacer un 'casus belli' del asunto, pero de momento solo garantizan la tramitación del texto y se guardan el derecho a estudiar con detenimiento el articulado concreto y a enmendarlo si hace falta de cara a la votación definitiva de la semana que viene. Tienen tiempo para hacerlo hasta este viernes.

ERC y Comuns presentaron, por separado, dos propuestas. La de los Comuns calcaba la literalidad del acuerdo de investidura y buscaba solo deshacerse de las rebajas fiscales, algo que ya contaba con el visto bueno de los socialistas. En cambio, la de los republicanos iba más allá, con la intención de incluir algunos aspectos más en favor de desincentivar el proyecto, y de paso, anotarse alguna medalla y diferenciarse de los Comuns. Entre ellos, el texto pedía eliminar el permiso para que el casino ofrezca dinero a crédito a los clientes para apostar y la tributación a medida sobre la tasa turística.

Finalmente, Comuns y ERC han pactado que el articulado que se someta a votación sea el propuesto por los republicanos, por lo que el PSC aún no garantiza el apoyo completo a la propuesta. Sin embargo, fuentes socialistas descartan que esta circunstancia pueda hacer caer la proposición.

Una condición del PSC a Aragonès

Sea como sea, este es el gesto definitivo con el que, a la espera de cómo reaccionan los promotores, se pretende dar la puntilla al Hard Rock, que lleva más de una década en la agenda política catalana pero que no ha sido hasta estos últimos dos años cuando ha impactado sobre la estabilidad del Govern. En el año 2023, Pere Aragonès se vio obligado a defender el proyecto, junto a la ampliación de la B-40 y el aumento de la capacidad del aeropuerto de El Prat, a petición del PSC de Illa, que como jefe de la oposición puso estas tres condiciones para aprobar los presupuestos después de la salida de Junts del Govern. Los republicanos acabaron aceptando para poder continuar la legislatura pese a que se trata de proyectos que generan debate entre sus filas.

Reunión del president de la Generalitat, Salvador Illa, con el expresident Pere Aragonès

Reunión del president de la Generalitat, Salvador Illa, con el expresident Pere Aragonès / Eric Renom / Lapresse

Y a principios de este año, después de que ERC y los socialistas reeditaran el acuerdo por las cuentas, fueron los Comuns los que plantearon un pulso a Aragonès para se rechazara el macroproyecto para dar su sí a las cuentas de 2024 pese a que el Hard Rock no había sido antes un choque insalvable. No hubo marcha atrás del grupo de Jéssica Albiach, molesto también por las negociaciones entre el PSC y ERC para gobernar juntos en Barcelona dejando fuera a Ada Colau. Aragonès acabó convocando elecciones, pero no fueron como esperaba y el Govern dio un vuelco. En manos ahora de Illa, una pinza entre republicanos y Comuns llevan ahora las riendas para hacerlo renunciar al Hard Rock.