Congreso republicano

La campaña de ERC vuelve a enfangarse con el caso de acoso en Exteriors de 2020

Bosch acusa a Junqueras de haber querido tapar el asunto, mientras que el exlíder denuncia "juego sucio" contra él

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Alfred Bosch, Alba Camps y Elisenda Alamany en un debate de ERC.

Alfred Bosch, Alba Camps y Elisenda Alamany en un debate de ERC. / MARC PUIG / ERC

Quim Bertomeu

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Tras unas semanas de cierta calma, la campaña electoral sobre el liderazgo de ERC ha vuelto a enfangarse. En esta ocasión ha ocurrido porque el partido ha desenterrado de su archivo una de sus carpetas más delicadas: el caso de acoso sexual de un miembro de la conselleria de Exteriors que transcendió en 2020 y que se cobró el cargo del entonces conseller Alfred Bosch. El caso estaba cerrado desde hacía años, pero su reapertura ha servido para que las facciones que se disputan el control de la organización vuelvan a poner las espadas en alto.

Esta nueva polémica arrancó el martes cuando la agencia ACN publicó que el expresident de ERC y aspirante a la reelección, Oriol Junqueras, ordenó en su día que no se activaran los protocolos por acoso sexual en el departamento de Exteriors pese a conocer ya los indicios sobre el caso y pese a que el conseller sí era partidario. La información sale de unas alegaciones que el propio Bosch presentó en su día cuando el partido abrió una investigación sobre lo ocurrido. Junqueras y Bosch trataron el tema en dos reuniones en la cárcel de Lledoners -el 4 y el 24 de diciembre de 2019- donde el primero estaba encarcelado por el 1-O. Este miércoles, además, Bosch lo ha ratificado en TV3: "Él me compartió la decisión de que no se tenían que activar los protocolos".

Desde el entorno de Junqueras niegan las acusaciones de Bosch. Su versión es que el entonces presidente de ERC no solo no quiso tapar el asunto, sino que fue decisivo para que el partido abriera una investigación interna sobre lo que ocurría en Exteriors. Su argumento es que la primera persona que denunció los hechos internamente y que motivó que se abriera el expediente fue Lluís Juncà, entonces la mano derecha de Junqueras. Eso es la demostración, alegan, de que Junqueras sí quiso aclarar el asunto. "Se actuó con diligencia", defienden. Además, atribuyen la versión de Bosch a que mintió en las alegaciones para defenderse como pudo de la investigación interna. También recuerdan que el exconseller está en la candidatura de Foc Nou, rival de Junqueras en la lucha por el liderazgo del partido.

La persona que protagonizó los casos de acoso en la conselleria fue Carles Garcias, mano de derecha de Bosch en el departamento. Fue cesado del cargo el 24 de enero de 2020 cuando ERC ya tenía detalles de lo que ocurría -y ya lo investigaba internamente-, pero cuando aún no había estallado públicamente el caso, que fue en marzo de 2020 por una investigación periodística. Entonces desde el partido se señaló a Bosch por resistirse al cese de Garcias y por intentar recolocarle en otro puesto de la Generalitat. Cuando Garcias se despidió del cargo a través de Twitter, Bosch le respondió que había sido un "gran placer y un aprendizaje común" haber trabajado juntos. Días después el caso estallaría y Bosch vería truncada su carrera política. Nunca fue amonestado por ello, ni por la investigación del partido ni por la que también hizo la propia Generalitat.

Partido fracturado

Este mismo miércoles, en un acto de campaña de su candidatura, Militància Decidim, Junqueras ha denunciado que la reapertura del caso de acoso en Exteriors se trata de una campaña sin fundamento con el único objetivo de desgastarle: "Estamos hartos de mentiras, calumnias, difamaciones y de gente que se llena la boca de mentiras a tres días de un congreso". Algunos miembros de su equipo han denunciado públicamente que detrás de la polémica está la candidatura rival de Nova Esquerra Nacional que lidera Xavier Godàs. Godàs, en cambio, ha replicado que Junqueras "siempre" trata de "derivar la culpa en otros" y, cuando se hace esto, se es un "irresponsable". Gane quién gane tendrá una ardua tarea para recoser el partido.

El resurgimiento de esta polémica vuelve a poner de manifiesto cómo la fractura interna que vive ERC desde el descalabro de las elecciones catalanas del mes mayo está desangrando internamente al partido. Desde que empezó la campaña electoral para escoger el nuevo líder se han sucedido varias polémicas que se utilizan como armas arrojadizas entre candidaturas. Ya ocurrió lo mismo tras el verano cuando Junqueras y su antigua número dos, Marta Rovira -que apoya a una candidatura rival-, se enfrentaron por cómo el partido había gestionado otra de sus carpetas más delicadas: la aparición de unos carteles difamatorios contra los hermanos Maragall que se hicieron desde dentro del partido. En aquella ocasión, Junqueras responsabilizó a Rovira de estar detrás del asunto, mientras que ella le acusó de filtrar información a la prensa que perjudicaba al partido.

Además, todo esto ocurre a menos de 24 horas de que los dos candidatos se enfrenten este jueves a sendos debates cara a cara. A las 10 horas están citados en Catalunya Ràdio y a las 19 volverán a debatir, en ese caso en la sede del partido. Habrá que ver si en esta contienda las carpetas delicadas de ERC tienen un papel relevante.