Los primeros pasos de Illa
El Govern trata de imprimir su sello a la agenda heredada de ERC
Las primeras leyes que echan a andar, como la del Estatut de Municipis Rurals, la de memoria democrática y la de erradicación del amianto son legado del ejecutivo de Aragonès
El Govern aprobará la semana que viene la ley de memoria del mandato de Aragonès
El Govern confía en el 'sí' de ERC a los presupuestos "gane quien gane" el pulso
El Govern tramita la primera ley del amianto con certificados en inmuebles y multas

El president de la Generalitat, Salvador Illa, y el expresident Pere Aragonès, en el Palau de la Generalitat. / Zowy Voeten


Sara González
Sara GonzálezPeriodista
Periodista especializada en Política. Autora de 'Per raó d'Estat' (Ara Llibres), 'Cas Mercuri. La galàxia Bustos' (Saldonar) y 'El part dels comuns. Relat del naixement de Catalunya en Comú' (Saldonar)
El miércoles se puso al frente del plan de choque para combatir la multirreincidencia, el jueves presidió la reunión de la Junta de Seguretat de Catalunya y el viernes festejó el Día de la Constitución en Madrid. El president Salvador Illa trata de imprimir sello propio a una agenda del Govern que él mismo ha reconocido que, en buena parte, es heredada de ERC. Prueba de ello es que, pese a su apuesta por la "normalización" institucional y de los vínculos con el Estado y la priorización de carpetas que habían quedado en un segundo plano, la estabilidad está ligada a la financiación singular y la senda legislativa en el Parlament bebe de la que dejó a medias el ejecutivo de Pere Aragonès.
Si antes Illa fue desde la oposición quien condicionaba al Govern en minoría de ERC, ahora son los republicanos y los Comuns los que intentan marcar el paso en la Cámara catalana al Executiu monocolor del PSC. Es el peaje del pacto de investidura, que Illa se ha propuesto asumir con naturalidad bajo el argumento de la "generosidad" y la "flexibilidad" ante la necesidad de alcanzar acuerdos con sus socios prioritarios. Paradigma de ello será que la semana que viene el ejecutivo de Illa aprobará sin tocar ni una coma la ley de memoria que quedó pendiente en la pasada legislatura y que se comprometió con ERC a repescar antes de que acabara el año.
El vaivén del Hard Rock
Pero es que además, en el pleno de esta próxima semana se votará en el Parlament la tramitación de la ley para eliminar los privilegios fiscales del Hard Rock. Se trata del macroproyecto de ocio por el que los socialistas batallaron para dar su 'sí' a los presupuestos de 2023 provocando un quebradero de cabeza a los republicanos, y su defensa fue después el motivo por el que los Comuns rechazaron apoyar los de este año hasta el punto de precipitarse una convocatoria de elecciones que puso fin al mandato de Aragonès. La pista de aterrizaje que no fue posible entonces para dar la puntilla al polémico complejo puede cuajar ahora por la necesidad aritmética de Illa.
No es este el único ejemplo de cómo el compás de la legislatura lo marca el legado de la anterior. La primera ley que ha echado andar con su tramitación en esta nueva etapa es el Estatut de Municipis Rurals. "Es uno de los mejores trabajos que hizo Aragonès", reconoció sin ambages el actual president. Justo el martes pasado ERC registró otra proposición de ley por lectura única que anunció el mandato pasado, el de la creación de un cuerpo de acción catalán, que habrá que ver si recaba apoyo suficiente. Y, en paralelo, ese mismo día el Govern daba luz verde al proyecto de ley para la erradicación del amianto antes de 2032, norma diseñada y aprobada el pasado mayo por sus predecesores en la Generalitat.

El presidente del grupo de ERC en el Parlament, Josep Maria Jové / FERRAN NADEU
En medio de la crisis por el pulso por la presidencia del partido, ERC trata de sacar pecho de la influencia de sus 20 diputados y pone en valor la agenda de su paso por la plaza de Sant Jaume. En el Executiu, sin embargo, consideran que hay que dar margen a quien busca afianzar como socio a sabiendas de que necesita darles oxígeno para contar después con su apoyo a los presupuestos. "Llegaremos a buen puerto", ha pronosticado la portavoz, Sílvia Paneque, que confía en el 'sí' de ERC gane Oriol Junqueras o Xavier Godàs. Aunque también existe la convicción en Palau de que, heredado o no, al final es el Govern de turno quien acaba por rentabilizar lo que se aprueba y no quien acuñó originalmente la medida en cuestión.
La hipoteca de la financiación singular
Con esta realidad encima de la mesa, en el ejecutivo creen haber logrado durante los 100 primeros días dar una vuelta de tuerca al debate público poniendo en el ránking de prioridades asuntos como la vivienda, la seguridad y los servicios públicos y dejando atrás otros como el del referéndum, que ni está ni se le espera desde que el independentismo perdió la mayoría en las pasadas elecciones. Para nada tienen la sensación de ir a remolque. Eso sí, el modelo de financiación singular por el que batalla ahora Illa es también el que rechazó cuando era líder de la oposición y Aragonès lo presentó a bombo y platillo sin ningún apoyo más que el de su propio partido.
ERC ya ha advertido de que, sin concreciones, no habrá nuevas cuentas. Y esas concreciones dependen también del Gobierno de Pedro Sánchez. De la misma manera que Junqueras ya ha dejado caer que, si recupera la presidencia del partido, tampoco habrá presupuestos si no se saldan facturas pendientes acordadas con anterioridad, como la condonación de la deuda del FLA.
A su vez, los Comuns estiran la cuerda en materia de vivienda reclamando regulación para poner coto al negocio con los precios de alquileres. En el arranque de la legislatura, Illa ha presumido de tener una autopista por delante pese a su minoría mientras la oposición se reorganizaba, pero pasados los congresos de todos el camino puede hacerse un poco más cuesta arriba.
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