Encuesta CEO: La vivienda se convierte en el primer problema de los catalanes y el no a la independencia de Catalunya bate récords

El primer barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat tras la salida del independentismo del Govern mantiene la tendencia al alza del rechazo a la secesión entre la ciudadanía de Catalunya. Un rechazo que vuelve a romper su techo y que consigue la mayor ventaja sobre el apoyo a la independencia desde que esta encuesta pregunta por esta cuestión. El 54% de los catalanes votarían hoy en contra de la ruptura con España en un hipotético referéndum de autodeterminación, un punto más que en el sondeo de julio (cuando todavía estaba en funciones el Govern de ERC), mientras que el 40% votaría a favor, el mismo porcentaje que hace cuatro meses.

El no en un eventual referéndum se ha impuesto al sí en todos los barómetros desde hace cinco años, cuya distancia nunca había superado los 11 puntos hasta el pasado julio, y siempre moviéndose entre el 47% y el 52% desde 2019. En cambio, el sí había sido la opción mayoritaria en algunos barómetros en los cuatro años anteriores, llegando en octubre de 2017 al 49%, pero desde hace cinco años no pasa del 45%. Según el director del CEO, Joan Rodríguez Teruel, los datos demuestran que el apoyo a la independencia está experimentando "un lento declive" que "está llegando a su suelo".

En paralelo, el 34% de los catalanes tienen como modelo territorial preferido para Catalunya la comunidad autónoma, mientras que el 30% apuesta por un estado independiente. No obstante, dentro de la bolsa de independentistas, un 23% estaría a favor de un Estado federal dentro de España o de una comunidad autónoma. Casi ocho de cada diez catalanes no han variado su posicionamiento con respecto a la independencia (77%), mientras que un 21 % sí que ha cambiado su opinión. En concreto, un 46% de los catalanes que han cambiado su opinión con respecto a la independencia lo han hecho a partir del año 2017, mientra que un 38% lo hizo antes.

La vivienda

El trabajo de campo, realizado por el GESOP, se elaboró a partir de 2.000 entrevistas del 11 de octubre al 14 de noviembre, por lo que coincidió con los procesos congresuales de Junts y ERC tras haber perdido la mayoría independentista en las elecciones de mayo y empezó justo después del primer debate de política general de Illa como president, en el que anunció su plan para construir 50.000 viviendas públicas en ocho años. Precisamente, el barómetro refleja que el acceso a la vivienda se ha convertido en el principal problema de los catalanes por primera vez desde 2007, y en los últimos nueve meses ha pasado de ser la novena preocupación a la primera.

Un 20% de la ciudadanía lo señala como primera inquietud, una cifra que, en los 60 barómetros publicados durante las últimas dos décadas, solo se superaba en el de octubre de 2007 (21,2%), cuando la burbuja inmobiliaria empezó a colapsar. Las dificultades para encontrar un hogar son el principal problema de todas las franjas de edad menores de 64 años. Sin embargo, en especial lo es por un 36% de los catalanes entre 25 y 34 años y los simpatizantes de todos los partidos excepto Vox y Aliança Catalana.

Según el director del CEO, la preocupación por la vivienda no es algo que aparezca repentinamente, sino que viene "gestándose durante años", y, concretamente, entre 2023 y 2024 ha experimentado un crecimiento paulatino hasta situarse en la primera posición actual. Para encontrar un porcentaje de inquietud por la vivienda equiparable al actual, hay que remontarse hasta el año 2007, cuando un 21% de los catalanes situó el acceso a la vivienda como su principal problema.

Aun así, entre 2009 y 2018 la preocupación por la vivienda cayó a plomo y se situó en el 2 % de los catalanes, si bien ha tenido un crecimiento a partir de 2022. Así, para el 43% de los catalanes, la reducción de la pobreza y la desigualdad deberían ser prioritarios para el Govern, mientras que un 23% considera que debe serlo el impulso del crecimiento económico.

Diálogo y estabilidad parlamentaria

El barómetro del CEO también ha preguntado por la actitud que deben tener los partidos a la hora de defender los intereses de los catalanes: un 85% está de acuerdo en que prioricen la negociación y el diálogo, mientras que un 51% está de acuerdo en que ejerzan la "máxima presión".

Por simpatía de partidos, los votantes de la CUP (91%), JxCat (89%) y Aliança Catalana (88%) son los que expresan un apoyo mayor a la estrategia de presión fuera de Catalunya, mientras que los de PSC (60%), PPC (64%) y Vox (69%) registran un mayor rechazo a la presión.

Por otro lado, el 94% de los votantes de Comuns-Sumar, el 93% de los de Esquerra y el 89% de los del PSC expresan su apoyo a la estrategia de diálogo con el Gobierno, un porcentaje que se sitúa en el 84% en el caso de los simpatizantes de Junts.

Además, un 54 % de los catalanes creen que se debe favorecer la estabilidad parlamentaria aunque implique alguna renuncia al programa del partido, mientras que un 37% apuesta por defender la integridad del programa electoral.