Viaje institucional
Illa se estrena como president en Bruselas para ganar influencia y defender el catalán en la UE
El president de la Generalitat se reúne este miércoles con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, e intervendrá en el Comité de las Regiones
Illa se reúne este miércoles con la presidenta de la Eurocámara para reivindicar el uso del catalán
Illa cumple 100 días con la oposición a raya, pero sin los presupuestos garantizados
150 actos y 80 reuniones: así han sido los primeros 100 días de Illa como president

El president de la Generalitat, Salvador Illa, en un acto / Alejandro Martínez Vélez / Europa Press


Sara González
Sara GonzálezPeriodista
Periodista especializada en Política. Autora de 'Per raó d'Estat' (Ara Llibres), 'Cas Mercuri. La galàxia Bustos' (Saldonar) y 'El part dels comuns. Relat del naixement de Catalunya en Comú' (Saldonar)
Hace poco más de un año, Salvador Illa destinaba el día de la Hispanidad a ejercer de embajador en Bruselas del pacto plural que entonces buscaba Pedro Sánchez para volver a ser investido como presidente a la vez que, como jefe de la oposición en Catalunya, criticaba que la acción exterior del Govern era "mejorable". No preveía entonces que el otoño siguiente volvería a pisar el Parlamento Europeo, pero que esta vez lo haría como jefe de la Generalitat y, por ende, con las relaciones internacionales a su cargo.
Tras 100 días de proclamar a bombo y platillo que "Catalunya ha vuelto" para que su voz sea influyente a nivel estatal, el president estrena su 'plan Bruselas', con el que pretende también ganar autoridad a escala europea en la etapa del 'post-procés'. Su agenda en este primer viaje institucional, de dos días, es intensa e incluye desde una reunión con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, con la oficialidad del catalán como principal asunto a tratar, hasta una intervención en el Comité Europeo de las Regiones, que celebra su 30 aniversario y en el que no ha participado un president de la Generalitat desde el mandato de José Montilla.
Una Catalunya "fiable"
El diagnóstico de Illa es que la Generalitat tiene que recuperar terreno y ascendencia en los espacios de decisión comunitarios tras una década de gobiernos independentistas durante los que, a su juicio, se han debilitado los vínculos internacionales. "Ha habido vacíos y una relación que ha sido complicada en algunos momentos", sostienen fuentes del Govern. Así que, después de tres años entrando en competencia directa con el entonces president Pere Aragonès por ver cuál de los dos era recibido por más comisarios, Illa ha decidido encargarse personalmente de dotar del máximo rango institucional la presencia de su ejecutivo en la capital europea.
Su objetivo es que, de la mano del conseller encargado de la política exterior, Jaume Duch, cuaje que con su mandato se ha abierto una nueva etapa que da carpetazo a la inestabilidad del 'procés' y proyectar una Catalunya "fiable" más centrada en ejercer de motor económico que en el conflicto territorial que acabó zarandeando también la Eurocámara. Especialmente durante el anterior mandato con Carles Puigdemont como eurodiputado, con quien Illa no piensa reunirse pese a estar muy cerca de Waterloo estos dos días. En Palau no quieren que nada eclipse su vocación de exprimir todos los espacios posibles para influir en la toma de decisiones que tengan que ver con el destino de los fondos europeos, el impulso a la vivienda pública, la política agraria común o la reforma de la administración.
La piedra del catalán
Sin embargo, bajo el brazo Illa llevará también una plúmbea carpeta que tiene que ver, precisamente, con el pacto con Junts que permitió que Sánchez continuara en la Moncloa con una mayoría que hoy se tambalea: la oficialidad del catalán. Este continúa siendo un compromiso pendiente del Gobierno de Sánchez con Puigdemont, una promesa que ha topado con la cruda realidad de necesitar la unanimidad de los 27 países miembro del Consejo de la UE. El Govern ve más alcanzable a corto plazo, y como estadio intermedio, lograr que el catalán se pueda utilizar en los plenos, cosa que depende de que haya una mayoría en la mesa de la Eurocámara. Illa urgirá a Metsola a abordar esta cuestión que cuenta con el apoyo de los socialistas, los Verdes y del Grupo de la Izquierda, pero que estaría a expensas del voto favorable de los liberales. "Diálogo y consenso", recetan en el Govern para lograr este hito.
No obstante, no corren buenos tiempos para los pactos en Bruselas. Si antaño era la disputa con el independentismo, la concesión de la amnistía y la situación judicial de Puigdemont lo que acababa teniendo eco en el Parlamento Europeo, ahora es el toma y daca entre el PSOE y el PP lo que impacta de lleno hasta el punto de poner en jaque la formación del gobierno europeo. Paradigma de ello es el veto de los populares al nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, a la que hacen responsable de la gestión de la DANA en Valencia mientras Carlos Mazón se aferra al cargo de presidente.
Citas con presidentes autonómicos
Illa tratará de pasar de puntillas por este espinoso embrollo del que trata de salir el Gobierno, aunque la cuestión sobrevolará la batería de encuentros que tiene previstos. Además de la reunión con Metsola este miércoles y de su intervención en el Comité de las Regiones, el president se ha citado con presidentes autonómicos con los que coincidirá en la Eurocámara, como la de Navarra, María Chivite, o el vasco, Imanol Pradales; además de el de Canarias, Fernando Clavijo, con la compleja gestión de la inmigración en las islas encima de la mesa.
El viaje de Illa tendrá también una dimensión económica e incluye una reunión con el director ejecutivo de Chips Joint Undertaking, Jari Kinaret, que lidera una iniciativa tripartida europea entre la Comisión Europea, los estados miembro y la industria para impulsar tecnologías en el campo del chip y la nanoelectrónica. Y pondrá el broche a este primer viaje con una conferencia sobre los retos de la Unión Europea en el European Business Summit, que el Govern concibe como uno de los foros de más prestigio en Bruselas. Tras la excursión belga, el president volará directamente a Madrid, donde el viernes tiene cita con Sánchez en la Moncloa.
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