El Govern se propone ahora aprobar los presupuestos en el primer trimestre de 2025

Si una cosa quiere proyectar el president Salvador Illa es estabilidad pese a gobernar en minoría, y no hay mayor herramienta para ello que la aprobación de los presupuestos. Sin embargo, sus socios prioritarios están, especialmente ERC, abiertos en canal en pleno pulso por el liderazgo del partido. Así que el Govern tiene ya asumido que, más por causas exógenas que endógenas, no va a ser posible impulsar las cuentas en esta primera quincena de noviembre y aprobarlas antes de comerse las uvas, situación que le ha obligado a rehacer su calendario: el objetivo es ahora que entren en vigor durante el primer trimestre de 2025, por lo que a final de año tocará de nuevo prorrogar las vigentes, que son las de 2023.

El Govern de Illa asume que Catalunya no tendrá nuevos presupuestos antes de final de año

El retraso, no obstante, ha sido encajado con sosiego en la Generalitat. Primero, porque los socialistas dan por descontado que atarán el 'sí' de Comuns y republicanos. "Para que se cumpla lo pactado en la investidura no queda otra", sostienen en el Executiu. Y, segundo, porque la legislatura transcurre con serenidad. Mientras la oposición se reordena en sus congresos, Illa trata de aprovechar para lucir gestión -especialmente satisfecho está de la cadena de mando durante el paso de la DANA por Catalunya- y una intensa agenda de encuentros institucionales de todo tipo.

Una negociación ralentizada

A la espera de si el 30 de noviembre se aclara quién lidera ERC, la consellera de Economia, Alícia Romero, acompasa el ritmo de las reuniones para la negociación de las cuentas, que arrancaron muy temprano pero que se han ido ralentizando a medida que sus socios de investidura echaban el freno. "El escenario no nos sorprende, sabíamos que podía pasar porque hay factores que no dependen de nosotros", aseguran fuentes del departamento. Sin embargo, aseguran, los contactos continúan tanto con los Comuns como con los republicanos y su lectura es que, lentamente, se va avanzando.

El partido de Jéssica Albiach, con menos convulsión interna que en la sede de Calàbria, actualiza su dirección y hoja de ruta en su congreso de la semana que viene, pero este proceso interno no ha impedido que casi semanalmente se hayan producido encuentros o conversaciones con Economia. El último fue el jueves y en él se apalabró que la mesa específica sobre vivienda que han pactado se reúna durante este mes. Y es que los Comuns consideran que el Govern está siendo "poco ambicioso" para que los recursos propios que destina la Generalitat para promover el techo público supere los 734 millones que preveían las cuentas fallidas de Pere Aragonès para el 2024.

A la espera del gasto definitivo

En una entrevista con EL PERIÓDICO, Albiach aseguraba la semana pasada que están "encallados" en este punto. La respuesta del Govern, que trata de esquivar el choque, es que hasta que no se apruebe el techo de gasto de los presupuestos estatales -si es que se aprueba- las cifras no estarán del todo claras. Junts continúa planteando al PSOE que un tercio del margen de déficit debe ser para las comunidades autónomas, cosa que supondría para la Generalitat disponer de más recursos. El ejecutivo catalán no lo reivindica públicamente para que no se lea como una presión a Pedro Sánchez, pero daría la bienvenida a ese incremento de la capacidad de gasto. Además, falta por ver si se produce en los próximos meses la condonación a las autonomías de la deuda del fondo de liquidez autonómico (FLA).

Jéssica Albiach: "La negociación de presupuestos está encallada por falta de recursos en vivienda"

Así que a Economia tampoco le viene mal esperar que se despejen todas estas incógnitas para saber con exactitud qué margen de maniobra tiene para pactar con ERC y Comuns. Inicialmente, PSC y ERC tenían previsto que la reunión del comité de seguimiento del pacto de investidura celebrara el primer encuentro esta semana, pero con la gestión de la DANA se desplazó la cita. "Somos conscientes de las demandas que nos hacen unos y otros", insisten fuentes del departamento, que tienen asumido que, esté quien esté al mando en Calàbria, hará falta una pista de aterrizaje en materia de financiación singular para amarrar el 'sí' de los republicanos, probablemente en forma de incremento de la partida para la Agència Tributària de Catalunya.

En Palau no conciben otro escenario que no sea salirse con la suya en un arranque de año que tienen previsto que sea eminentemente económico, ya que a los presupuestos y a la concreción de la financiación se sumarán carpetas de calado como la definición del proyecto para ampliar el aeropuerto de El Prat. Pese a que Illa insiste por activa y por pasiva que sus socios prioritarios son ERC y los Comuns, el president ha dado la orden de sentarse también con Junts y el PP. "Tiene el recorrido que tiene", admiten desde el Govern, pero el "por si acaso" -y más en un momento en que los posconvergentes tratan de hacer equilibrios desde la oposición- consideran que no está de más y alimenta la centralidad que presumen representar.