El congreso del partido
Junts trata de encajar los independientes, las nuevas generaciones y Borràs en la dirección
La nueva organización interna de Junts levanta polvareda en vísperas del congreso
Las claves de la nueva hoja de ruta de Junts: políticas migratorias, menos impuestos y otro espacio independentista

La custodia de Puigdemont al acto en el Arco del Triunfo / JORDI COTRINA


Carlota Camps
Carlota CampsRedactora especializada en Parlament y política catalana
Graduada en Periodismo y con un máster en Análisis Político, sigue la actualidad política del Parlament y el día a día de varios partidos catalanes, especialmente de Junts per Catalunya.
A una semana para la celebración del congreso de Junts, el expresident Carles Puigdemont sigue guardando silencio. Prácticamente todos los dirigentes de las filas posconvergentes dan por hecho que asumirá de nuevo la presidencia del partido, pero aún no ha querido enseñar todas sus cartas. Lo que sí ha hecho es lanzar algunas pistas y ya ha avisado de que su apuesta implica renovar "mensajes" y "liderazgos". Esto pasa por una cierta renovación generacional y también por dar espacio a nuevas sensibilidades ideológicas dentro de la dirección. Con estas dos premisas en la cabeza se está negociando la nueva cúpula, mientras se busca que todos los sectores existentes se sientan representados y que no se abran nuevas tensiones internas.
De momento, lo que se da por sentado es que el actual secretario general, Jordi Turull, seguirá en el cargo. En los últimos tiempos, Turull se ha ido ganando un espacio prominente dentro del núcleo de máxima confianza del expresident. Prueba de ello es que fue él quien le acompañó en su regreso a Catalunya y posterior fuga el pasado 8 de agosto. Además, participa de las reuniones con el PSOE en Suiza y comanda -junto a Puigdemont- todas las negociaciones con el Gobierno. Esta ascendencia del secretario general contrasta con la situación de la actual presidenta, Laura Borràs, que ha ido perdiendo poder y que ha quedado al margen de la relación con los socialistas, como se demostró esta semana con las diferencias expresadas sobre si Junys apoyaría una posible moción de censura del PP a Pedro Sánchez.
Borràs y la nueva fundación
Además, la más que probable vuelta de Puigdemont tiene un impacto directo sobre su puesto. Borràs siempre ha defendido que, si Puigdemont se lo pide, le cederá el puesto. Sin embargo, la actual presidenta no tiene intención alguna de dar un paso al lado y asegura que no da por terminada su etapa política, porque aún no se ha conseguido la independencia. El expresident tampoco pretende prescindir de su figura. Hacerlo daría una imagen de ruptura interna que a los posconvergentes no les interesa mostrar, especialmente cuando pueden contraponer su congreso al enfrentamiento total que se vive en ERC.
En un primer momento, se especuló con que Borràs se quedara como presidenta del consejo nacional, tras la renuncia del jefe del Parlament, Josep Rull, pero en estos momentos gana enteros que sea propuesta como presidenta de la fundación, un cargo de nueva creación. Esta salida permitiría a Borràs reivindicar su vertiente académica y vender que, en el momento actual del independentismo, es necesario un nuevo proyecto que debata y busque estrategias diferentes para seguir con el 'procés'. Formaría igualmente parte de la ejecutiva y de la permanente, el grupo de decisión más reducido, algo que ha buscado asegurarse desde el incio de las negociaciones.

La líder de Junts en Madrid, Míriam Nogueras, junto al secretario general, Jordi Turull / FERNANDO VILLAR / EFE
Relevo generacional y figuras en ascenso
Pero, más allá de Borràs, hay más piezas por colocar. Concretamente, hay 33 plazas: la presidencia, un máximo de cuatro vicepresidencias, secretaría general -de la que dependen la secretaría de organización y la de finanzas-, y hasta 25 vocales. Entre los nombres que pueden ganar protagonismo destaca el de la líder de Junts en Madrid, Míriam Nogueras, a quién internamente se le llama como 'capitana' y que también forma parte del equipo de negociaciones con los socialistas.
La portavoz en el Parlament, Mònica Sales, también ha ido ganando galones y salió reforzada de la última reunión que el grupo parlamentario posconvergente celebró en Waterloo. Y, en buena parte, lo han hecho los otros dos cabezas de lista de las últimas elecciones catalanas, Salvador Vergés y Jeannie Abella, que se prevé que estén en la dirección como vocales. Estos ascensos suponen un relevo generacional en Junts, pero no irán en detrimento de otros que llevan tiempos siendo pesos pesados del partido y que cuentan con la confianza de Puigdemont. Son ejemplo de ello Josep Rius, actualmente vicepresidente del partido y portavoz, o Albert Batet, presidente del grupo parlamentario. También seguirá quién han sido la mano derecha de Turull, David Saldoni.
Las corrientes ideológicas: Giró, Castellà y Colomines
Asimismo, se prevé que el exconseller Jaume Giró siga dentro la dirección como vocal, para dar espacio al sector más 'pragmático' del partido, y que se dé entrada a los independientes, siguiendo con la estrategia de ampliarse ideológicamente y dar voz a todas las sensibilidades. Este punto, sin embargo, está a expensas de que se apruebe la nueva ponencia organizativa del partido, que sacará la obligación de llevar seis meses como militante para optar a cualquier cargo, y que ha recibido varias enmiendas durante las asambleas territoriales. El cambio permitiría la entrada de Toni Castellà, líder de Demócrates -partido surgido de la desaparecida Unió-, que tendría un puesto significativo en la organización. También daría cabida a la corriente de izquierdas, liderada por Agustí Colomines, y que aspira a conseguir cuatro sillas de las 25 posibles. Colomines, como Anna Navarro o Ennatu Domingo, ya han ganado peso dentro del grupo parlamentario.
Por contra, quién si perderá poder en este congreso es el sector próximo a la actual presidenta. Hace dos años, Borràs y Turull llegaron a un acuerdo para evitar un enfrentamiento y repartirse las plazas de la ejecutiva de forma equitativa. Sin embargo, durante este tiempo su círculo de confianza ha ido disminuyendo. Francesc de Dalmases tuvo que dimitir como vicepresidente por abroncar e intimidar a una periodista y Aurora Madaula, que denunció machismo en las filas posconvergentes, no repetirá. David Torrents, también afín a la presidenta del partido, tampoco seguriá como secretario de organización.
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