En el Parlament

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El president de la Generalitat, Salvador Illa, con el presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet

El president de la Generalitat, Salvador Illa, con el presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet / ACN

Carlota Camps

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Barcelona
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"Si tiene la tentación de gobernar de espaldas al poder legislativo, se equivocará. Desde nuestra función de líderes de la alternativa, le ayudaremos a no equivocarse". Así arrancó la réplica del presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, al discurso president Salvador Illa en el debate de política general celebrado esta semana en el Parlament. Un alegato que, sin embargo, prosiguió con una coletilla: "cuando persista en el error, cuando se empeñe en seguir las directrices de Madrid, cuando calle ante las injusticias que sufrimos, nos tendrá de cara". No fue una frase más del discurso de los posconvergentes, más bien fue una declaración de intenciones de la actitud que quieren adoptar en la Cámara catalana.

El partido liderado por el expresident Carles Puigdemont quiere presentarse como la alternativa al Govern de Illa, a pesar de haber renunciado al cargo formal de jefe de la oposición. Su intención es marcar perfil político a lo largo de la legislatura, tratar de desgastar al PSC y a ERC -presentándole como socio del ejecutivo- y hacer calar la idea de que son la única opción que puede sustituir a los socialistas en unas nuevas elecciones catalanas, ya que el PP nunca ha contado con los votos suficientes en Catalunya para optar a esta plaza.

Sin embargo, los posconvergentes son conscientes de que negarse a pactar es sinónimo de aislarse y perder influencia política. Es algo que ya experimentaron en la anterior legislatura en el Congreso de los Diputados, cuando sus votos no eran necesarios para el Gobierno de Pedro Sánchez. Conscientes de ello, tratarán de buscar un equilibrio entre no dar oxígeno a Illa y evitar quedar en el córner.

Las votaciones

La primera prueba de esta actitud se plasmó en las votaciones del debate de esta semana. Junts votó a favor en 18 propuestas de los socialistas, dos de ellas después de llegar a un acuerdo para transaccionar el texto. Se abstuvieron en otras 10 y votaron en contra de 12 más. Sin embargo, muchas de las que votaron afirmativamente salieron adelante con una amplia mayoría como el plan contra el antigitanismo, el pacto contra la violencia machista, la creación del Memorial LGTBI+ de Catalunya, la reducción de las listas de espera o ampliar las plazas de Mossos.

En cambio, se posicionaron en contra de propuestas de más calado como el traspaso de Rodalies en los términos pactados entre ERC y el PSOE o del modelo de financiación singular. Además, rechazaron el texto del PSC que apostaba por seguir negociando a nivel europeo para la "oficialidad" del catalán en Europa y para "extender" el uso de esta lengua, así como una propuesta para negociar con el Gobierno que la comisaria de la Policía Nacional en Via Laietana sea reconvertida en un espacio de memoria. En ambos casos, consideraron que quedaban cortas y que eran un retroceso frente a los postulados iniciales.

La relación con Sánchez

El PSC apoyó menos propuestas de Junts en términos cuantitativos, pero no cualitativos. El voto a favor de los socialistas permitió que prosperara una iniciativa para revisar los impuestos que dependen de la Generalitat o a favor de crear un salario mínimo de referencia catalán. Y también algunas sobre política española, como tramitar de "urgencia" la iniciativa para combatir la multirreincidencia.

Además, se abstuvieron en la que pedía la "gestión integral de competencias en inmigración", con el "control sobre flujos migratorios" incluido. Una abstención de los socialistas trascendente, ya que sucedió en paralelo a las negociaciones que mantienen el PSOE y Junts a cerca de esta cuestión. Los dos partidos llegaron a un pacto en enero para delegar la gestión del fenómeno migratorio a la Generalitat, pero, a pesar de haber habido avances, aún no se ha puesto negro sobre blanco.

En cambio, los socialistas tumbaron la propuesta de los posconvergentes para reclamar al Gobierno que las autonomías dispongan de un tercio del objetivo de déficit, algo que los de Puigdemont también han reclamado en el Congreso y que impidió que prosperara el primer trámite para los presupuestos. Dos votaciones que demuestran que, a pesar de querer presentarse como alternativa, la negociación abierta con el PSOE en el Congreso también tendrá impacto en el Parlament.

El presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, durante un debate de Política General en el Parlament de Cataluña, a 10 de octubre de 2024, en Barcelona, Cataluña (España). Este jueves continúa en el Parlament de Cataluña el Pleno en el que el presidente de la Generalitat, presenta las líneas generales de la política de su Govern para los próximos años reivindicando los acuerdos firmados con ERC y los Comunes. 10 OCTUBRE 2024;PARLAMENT;TERCERA SESIÓN;DEBATE;POLÍTICA GENERAL;BARCELONA;CATALUNYA David Zorrakino / Europa Press 10/10/2024

El president de la Generalitat, Salvador Illa, con el asiento de Carles Puigdemont de fondo / EUROPA PRESS

El papel de Puigdemont

Sin embargo, más allá de poder encontrar una cierta sintonía en las votaciones, Junts no piensa dejar de comprometer a Illa con la situación de Puigdemont. El propio expresident le reprochó públicamente este viernes que le haya excluido de la ronda de contactos con sus antecesores. De hecho, la formación lo considera una falta de lealtad institucional y desde su dirección ponen de manifiesto que Puigdemont, tal y como avanzó este diario, sí llamó al dirigente socialista cuando tomó posesión del cargo.

Así mismo lo puso de manifiesto durante el pleno Batet, que también reprochó a Illa que se "empeñe en decir que hay normalidad política" cuando el escaño del expresident -igual que el del diputado Lluís Puig- sigue vacío por la no aplicación de la ley de Amnistía. El PSC, que se queja de este reproche por la contribución del PSOE en la aprobación de esta norma, votó a favor de una propuesta de los Comuns para exigir a los jueces la exoneración a los líderes del 'procés'