PACTO MIGRATORIO, SUSPENDIDO

El PP exige que haya una “petición de ayuda” expresa a Von der Leyen para volver a la mesa de negociación

En Génova no se plantean dar marcha atrás y aparcan cualquier conversación sobre la crisis canaria hasta que el Ejecutivo se dirija a Bruselas y pida ayuda para el archipiélago. El PP, convencido del apoyo social mayoritario a una agenda restrictiva

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. / Tarek/PP

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Madrid
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Si el Gobierno no se dirige a la Comisión Europea y formaliza una petición de ayuda concreta para afrontar la crisis migratoria en Canarias, el PP no volverá a sentarse en la mesa de negociación a pesar de la situación límite que existe en las islas y en la ciudad autónoma de Ceuta. Aunque en Génova insisten en repetir que las conversaciones están suspendidas y no rotas, en este momento reconocen que es muy complicado volver a un punto en común.

Las negociaciones se habían intensificado la semana pasada, aunque dirigentes de la cúpula repetían una y otra vez que el acuerdo estaba “muy lejos”. Había reuniones, intercambio de mensajes y contactos constantes. Pero los avances eran insuficientes para los conservadores, que decidieron precipitar el sábado por la mañana la ruptura -al menos por ahora- con el objetivo de que quedara claro que este lunes -ayer- no se celebraría el siguiente encuentro previsto.

La presión también es muy fuerte desde hace días por varios motivos. La tragedia en la costa de El Hierro, la crisis humanitaria en la que se encuentra el archipiélago y la comparecencia de Pedro Sánchez este miércoles en el Congreso hacía pensar que podía haber algún acercamiento. Incluso algunos dirigentes como el presidente de Murcia, Fernando López Miras, deslizaban públicamente que había posibilidad de acuerdo. En privado, el núcleo duro de Alberto Núñez Feijóo -que realmente pilota la negociación- lo enfriaba.

Como adelantó este diario, los populares pusieron encima de la mesa que la implicación de la Unión Europea tenía que ser decisiva, pidiendo incluso que algunos países del continente sean receptores de los migrantes -también menores- que llegan a Canarias. El PP defiende que lo hacen como frontera sur de Europa y no meramente española. En el Gobierno reiteran que antes de implicar a las instituciones europeas debe haber un mínimo consenso entre las comunidades autónomas españolas y ser capaces de resolver la acogida de un número concreto de menores no acompañados. 

Sin embargo, el PP insiste en que no se debe abordar desde una óptica solo nacional. Y el propio portavoz, Borja Sémper, aseguró ayer que necesitan constatar que el Gobierno “ha hecho alguna gestión en Bruselas” para retomar el diálogo. Fuentes de Génova reconocen que o hay una petición expresa -sea por un canal oficial o de forma más informal, pero clara- para involucrar a la Comisión Europea que encabeza Ursula von der Leyen o directamente no volverán a hablar.

En el PP siguen reprochando duramente al Gobierno que no haya solicitado ayuda europea después de que la propia Comisión haya explicado estar dispuesta a actuar en Canarias siempre y cuando España lo solicite. Es un trámite necesario de cualquier Estado miembro. “No entendemos que no lo hayamos hecho aún. Es incomprensible”, repiten en el entorno de Feijóo, que no darán marcha atrás en el órdago.

Para el PP esa implicación directa de países en la acogida, la intensificación de Frontex y el trabajo en los países de origen para cortar el flujo migratorio constituyen requisitos indispensables para reiniciar las conversaciones. 

El PP no se mueve de su posición

La firmeza en la posición del PP -a pesar de que la situación de Canarias, una comunidad que cogobiernan con Coalición Canaria- es absolutamente límite tiene mucho que ver con la constatación de que una amplia mayoría de la sociedad, según los estudios que manejan en Génova, son partidarios de endurecer el control migratorio.

Desde hace meses el partido conservador maneja estudios en esa dirección, que indican incluso que una parte importante del electorado del PSOE comparte esa posición. Prueba de ello, repiten desde hace tiempo, es que casi todos los países europeos -de distinto signo- estén aplicando una agenda bastante más restrictiva en lo que tiene que ver con la seguridad de las fronteras: desde Italia a Alemania, Francia o el Reino Unido.

El PP sigue pensando que la política migratoria estatal debe combinar el trato humanitario con la defensa de la legalidad y que la inmigración irregular debe ser cortada de raíz. Hasta el punto de que Feijóo, que hace unas semanas se desplazó a Roma para reunirse con Giorgia Meloni, alaba el modelo italiano de lucha contra la inmigración. Entre otras medidas está la de los acuerdos bilaterales con otros países para derivar migrantes que llegan a las costas italianas.

Feijóo está convencido de que su posición en el debate migratorio está siendo valorado a nivel internacional y, sobre todo, entre la ciudadanía de nuestro país. Y después de viajar a Grecia e Italia, esta misma semana -el viernes- se desplazará a Polonia para conocer de primera mano las medidas puestas en marcha allí. La semana que viene también estará en Bélgica y Alemania para continuar su gira europea.

El PP pretendía elevar la negociación migratoria con el Gobierno a un asunto bastante más global y no solo al reparto de menores migrantes no acompañados, como quiere el Ejecutivo, a través de una reforma en la Ley de Extranjería. Mientras que los ministerios implicados recalcan que ese es el asunto verdaderamente urgente que hay que resolver ya, el PP pretende que la crisis de los menores sirva para forzar políticas más generales que en este momento creen “inexistentes”.

Por ahora en Génova aseguran que la unidad de acción con el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, prevalece. Pero el dirigente canario se mostraba hace unos días optimista de cara a un acuerdo inminente. Una visión muy distinta a la demostrada por el PP.