El drama de la inmigración en Ceuta

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Gendarmes marroquís conducen a un detenido la noche del 15 de septiembre.

Gendarmes marroquís conducen a un detenido la noche del 15 de septiembre. / Jalal Morchidi EFE

Juan José Fernández

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Ceuta
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El último intento de entrada masiva de migrantes en Ceuta, el 15 de septiembre, provocó un despliegue policial sin precedentes de las autoridades marroquís, pero también se saldó con una afluencia muy notable de gente de distintas zonas de Marruecos y de fuera del país, que ha sorprendido a los expertos policiales. Y no solo por multitudinaria, también por la insistencia en los choques con gendarmes y auxiliares mekhaznis militarizados, hasta convertirse en algarada callejera.

Ocho días después del llamamiento en redes sociales a los jóvenes magrebís para saltar a Ceuta a nado, frustrado a palos en el lado marroquí de la frontera, en la ciudad española no han sido retirados del todo los refuerzos enviados por la Guardia Civil. Siguen en Ceuta parte de las unidades especiales antidisturbios de los GRS, sobrevuela el helicóptero de la Policía y los agentes se ayudan con drones en la vigilancia, en previsión de una repetición de los hechos.

Tensión migratoria en Ceuta: temor a nuevas oleadas

VÍDEO: José Luis Roca / FOTO: Jalal Morchidi - EFE

Las autoridades policiales españolas no solo evaluan cómo fueron acción y reacción en el intento de salto; queda por saberse cuánto tuvo el 15/9 de oleada migratoria y cuánto de estallido social juvenil. Ninguna de las fuentes consultadas en la Seguridad del Estado desestima una creciente inestabilidad en el norte de Marruecos, severa en la provincia de Tetuán, que pudiera agravar futuras oleadas migratorias.

También atrae su interés por qué, pese al férreo bloqueo por los gendarmes de rutas de migrantes hacia el norte, la convocatoria atrajo a miles de jóvenes -la mayoría eran marroquís, pero también había argelinos, tunecinos… e incluso sirios- en Castillejos, a las puertas de Ceuta.

Entre tanto, una nueva convocatoria trata de hacerse popular en TikTok animando a una nueva “entrada” en Ceuta -en algunas versiones dicen “ataque”- el próximo 30 de septiembre. Tanto en esta convocatoria como en la del 15, los mensajes mezclan referencias a Alá con las perspectivas de una vida mejor en Europa y con visiones nacionalistas que consideran a Ceuta y Melilla territorio usurpado.

Correr ante las porras

“Muchos chavales que corrían ante los gendarmes en la madrugada del 15 no pretendían cruzar a nado -explica Abdesalam Mohamed, veterano voluntario de la ayuda humanitaria en la asociación Alas Protectoras de Ceuta-. No hay tantos ‘chicos de la calle’, como los llaman. Muchos son jóvenes con familia y casa, muy pobres pero sin planes de emigrar, que salieron a la calle atraídos por el follón, a retar a las autoridades”.

A falta de confirmaciones oficiales, 3.500 detenidos e identificados, de los que 170 serían menores, es el saldo más extendido de las batallas campales entre migrantes y gendarmes. Manejan la estimación diversas entidades de defensa de los Derechos Humanos.

Van goteando detalles de cómo la gendarmería desarrolló la represión del movimiento. Por un lado, blindando con furgones y vallas la playa de Fnideq de Castillejos. De los intentos por llegar a esa playa proceden las imágenes que ha difundido, entre otras, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH): jóvenes con moratones en la espalda, con los torsos desnudos, agrupados en el suelo y genuflexos, a la espera de transporte hacia otros centros de detención.

Por otro, colocando filas de contenedores de barco y barracones de obra en el camino a la frontera. En esas cajas se improvisaron recintos donde retener a los muchachos que iban atrapando los gendarmes. En las carreras, otro grupo policial, la emprendía a pedradas con los migrantes cuando ya no estaban al alcance de su material antidisturbios. Cuando a los intentos de entrar se sumaron medio millar de subsaharianos, se hizo más enconada aún la algarada.

En el norte de Marruecos está estos días prohibido a los menores no acompañados coger el autobús o el tren. Siguen las medidas de control de accesos hacia Ceuta, mientras el descontento juvenil rezuma por Instagram y TikTok, donde perfiles marroquís repican vídeos de escenas de la represión.

También en X, donde la AMDH se ha quejado amargamente: “Por dar gusto a Sánchez y Marlaska todo está permitido contra los menores y los jóvenes marrroquís, que no han hecho nada ilegal”, se quejaba con fotos de moratones en las espaldas el día 17. La asociación acusa a Rabat de hacer de “bon gendarme para los españoles”, y de la “humillación y tortura de nuestros chavales para complacer a los españoles”.

Despliegue sin precedentes

Guardias civiles y policías en Ceuta han asistido con alivio al gran despliegue policial marroquí. “Nos ha sorprendido gratamente -afirma Rachid Sbihi, secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC)- esa exhibición de fuerza por parte del país vecino. No recordamos en estos últimos veinte años un despliegue similar al que se ha llevado a cabo estos días”.

En su opinión, saber del “poder de difusión las redes sociales”, es lo que “ha puesto en alerta a estas fuerzas con un despliegue de estas dimensiones”.

Habrían sido 5.000 los gendarmes y mekhaznis movilizados. Su número equivale a más de un tercio del total de policías y guardias civiles que el Estado desplegó en Catalunya durante el estallido del procés.

Una multitud llena el paseo marítimo de Castillejos (Marruecos) el 15 de septiembre, en una grabación de cámara de móvil.

Una multitud llena el paseo marítimo de Castillejos (Marruecos) el 15 de septiembre, en una grabación de cámara de móvil. / El Periódico

Marruecos se ha empleado a fondo ahora en parar la inmigración ilegal que, en Ceuta, llama a las puertas de Europa, y estiman fuentes de Interior que no es nuevo, sino fruto de una nueva etapa en las relaciones con el país vecino, desde los acuerdos firmados por Pedro Sánchez con Rabat en su visita de marzo de 2023.

Guerra de información

Qué mensaje ha querido enviar Marruecos a Madrid y a Bruselas con el gran dispositivo policial que permitió grabar a la prensa sigue siendo una pregunta sin responder oficialmente. La reacción marroquí no ha obtenido comentarios públicos de miembros del Gobierno español. En Interior solo dicen que “la colaboración de Marruecos viene siendo leal, como repite el ministro Marlaska”. La pregunta es objeto de especulaciones como la que señala una fuente militar española: una semana antes de los hechos, Marruecos obtuvo un beneplácito europeo a la compra a Airbus de 12 helicópteros H225M, o Eurocopter, para sus fuerzas armadas.

Entre tanto, perfiles próximos al gobierno marroquí han estado filtrando en redes sociales una narrativa según la cual los llamamientos en internet a saltar a Ceuta el pasado día 15 eran un plan de desestabilizar a Marruecos movido por Argelia, el país con el que Rabat mantiene una tensión prebélica a cuenta del antiguo Sáhara español.

Ha observado el fenómeno Javier Valencia, ingeniero experto en ciberseguridad, miembro del Foro contra la Desinformación del Departamento de Seguridad Nacional, profesor en la Universidad Nebrija y analista para el Servicio Exterior de la UE. Valencia, que monitoriza mensajes de Marruecos desde 2016, ha contado esta vez 1.500 perfiles en X y unos 300 en TikTok acusando a Argelia. “Marruecos se ha convertido en una potencia regional en materia de guerra de información y desinformación”, explica.

Culpando a Argelia, Rabat “estaría intentando generar la desconfianza de las autoridades españolas y europeas sobre Argel, pero esa narrativa no está teniendo éxito”.

Javier Valencia también percibe en el clima en el norte de Marruecos un riesgo de estallido. “Pobreza, desesperación, ausencia de futuro… Se ve un caldo de cultivo que hace pensar que Rabat se está enfrentando a una situación de inestabilidad, parecida a la que precedió al movimiento del 20F”, reflexiona, en referencia al proceso de manifestaciones y desórdenes en Marruecos de 2011, similares a otros de la Primavera Árabe.

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