EN CCAA Y AYUNTAMIENTOS
Vox pondrá a prueba el endurecimiento de la agenda migratoria del PP tras verse con sus aliados
Abascal desconfía de Feijóo y exigirá políticas más restrictivas en las comunidades o se plantea romper las corporaciones municipales

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i) conversa con el presidente de Vox, Santiago Abascal (c), al terminar el pleno. / Jesus Hellin


Paloma Esteban
Paloma EstebanRedactora
Tras casi diez años en El Confidencial, di el salto al grupo Prensa Ibérica. Me ocupo de la información política de la oposición, especialmente Partido Popular. También participo en análisis políticos en distintos programas de TVE y Cadena Cope.
Santiago Abascal encajó con ironía la reunión de Alberto Núñez Feijóo y Giorgia Meloni en Roma. Al líder del PP le dijo en los pasillos del Congreso que le diera recuerdos de su parte. En Vox algunos dirigentes siguen recordando las críticas feroces que la ahora primera ministra italiana recibía no hace tanto, cuando acudía a mítines en las campañas de su partido y lanzaba consignas muy duras contra la inmigración irregular, el colectivo LGTBI, la agenda 2030 y las políticas verdes, y otras muchas que ya estando en el Palacio Chigi -sede del gobierno italiano- repite bastante menos a menudo.
Meloni representa un modelo contra la inmigración irregular que cada vez genera más interés. Esta semana, además de Feijóo, estuvo en Roma el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer. La mano dura de la italiana con las oenegés y los acuerdos con los países del norte de África para detener los flujos migratorios se llevan implementando desde hace tiempo, pero Italia parece estar ahora en otra fase. Quizá la medida más polémica es la externalización de las fronteras instalando centros de identificación y expulsión en países vecinos como Albania. Este modelo fue el que Feijóo quiso escuchar de primera mano. La foto de los dos dirigentes también es un paso más lleno de simbolismo.
En Vox siguen mirando con desconfianza el endurecimiento en la hoja de ruta del PP. Génova lleva tiempo trabajando en una propuesta firme que Feijóo llama “combinación entre firmeza, seguridad y humanidad”, pero la realidad es que han ido asumiendo algunas iniciativas que antes no estaban en los documentos del PP. Sí las venía defendiendo Vox.
En el entorno del líder popular aseguran que la situación migratoria en Canarias y Ceuta se ha descontrolado y que "España no puede permanecer quieta" mientras el resto de países europeos siguen tomando medidas. Además, llevan meses testando que la inmigración es una cuestión que preocupa mucho a la ciudadanía. Esta semana el CIS por primera vez lo situó como primer problema en la percepción de los españoles, aunque en el ranking también queda claro que no piensan que sea un problema que les afecte personalmente.
Lo que sí evidencia el estudio es que es un tema que importa en la conversación pública. Vox considera que el PP tendrá que demostrar ese endurecimiento en sus posiciones cuando llegue la hora de la verdad. Y mirarán con lupa cada detalle del acuerdo -si es que llega- con el Gobierno central para reformar la Ley de Extranjería o acabar con la crisis de los menores migrantes no acompañados.
Los populares cerraron un acuerdo de nueve puntos con el presidente de Canarias y siguen a la espera del Ejecutivo, que no parece satisfecho con el texto y la alianza reforzada de los nacionalistas canarios con Feijóo.
Pero en Vox insisten en que serán esos pasos y los que den las comunidades autónomas -de las que ya salieron- y los ayuntamientos a la hora de aplicar sus competencias, los que pongan a prueba la postura del PP. Abascal, de hecho, sigue planteándose abandonar las corporaciones municipales y tumbar los Presupuestos regionales donde los votos de Vox sean necesarios si los conservadores no cambian su política migratoria. En este momento el partido de extrema derecha tiene presencia en gobiernos de más de un centenar de ayuntamientos, algunos muy grandes como la ciudad de Valencia, Castellón, Elche, Valladolid, Burgos o municipios madrileños como Móstoles o Alcalá de Henares.
Y en la Comunidad Valenciana, Aragón, Murcia y Castilla y León sus votos -aunque sea desde fuera de los gobiernos- también son necesarios para sacar adelante Presupuestos y el resto de iniciativas legislativas.
El PP cree que ha desactivado a Vox en la que es su principal bandera política al arrebatar parte de su agenda, reunirse con aliados esenciales como Meloni e incluso haber tomado la iniciativa ante la inacción del Ejecutivo. En el núcleo duro de Abascal, sin embargo, piensan que los populares están “normalizando” su discurso tras mucho tiempo habiéndolo demonizado, y piensan que en el fondo lo que hacen es “legitimar” a su formación.
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