Once meses después

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Laia Estrada y Laure Vega, diputadas de la CUP en el Parlament, celebran el final del Procés de Garbí

Laia Estrada y Laure Vega, diputadas de la CUP en el Parlament, celebran el final del Procés de Garbí / CUP

Gisela Boada

Gisela Boada

Sabadell
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La CUP ha dado por terminado su proceso de refundación bautizado como el 'Procés de Garbí'. Tras once meses de asambleas territoriales y locales, la celebración del cónclave final este sábado en Sabadell ha dado como resultado la nueva hoja de ruta de la formación, cuya principal apuesta es un cambio en el modelo organizativo del partido.

Un modelo organizativo más tradicional

La nueva estructura interna de la organización se acerca a la de los partidos tradicionales, ya que apuesta por una estrategia de toma de decisiones más vertical que permita ganar "eficiencia" y "capacidad de respuesta". Ejemplo de ello es que la CUP contará con cuatro nuevos cargos: dos portavoces nacionales, un coordinador y un secretario general, que serán elegidos, junto al resto de líderes electos, el próximo 6 de octubre.

Los anticapitalistas han aprobado, además, tanto ampliar el mandato del secretariado nacional de los dos a los cuatro años -que es su ejecutiva- como la creación de un nuevo órgano, la mesa nacional, que será "la dirección política de la organización", y que contará con revisiones cada dos años de "sus apuestas tácticas".

Más cuotas de poder

En cuanto a la estrategia del partido, los 'cupaires' mantienen como eje vertebrador la "ruptura democrática" con el Estado español y el "sistema capitalista", pero ahora con una nueva matriz que, sin abandonar la "lucha" en las calles, pone ahora el foco en "aspirar a las máximas cuotas de poder" desde dentro de todas las instituciones posibles.

Pese a que era una de las polémicas principales, la decisión de si la CUP debe o no tejer alianzas puntuales con otras fuerzas para lograr avances tanto en el ámbito social como independentista, o si debe entrar en gobierno de coalición como en el caso del consistorio de Girona, han sido cuestiones que ha quedado "abiertas" y que se deberán debatir en cada caso concreto, tal y como han asegurado fuentes del partido a EL PERIÓDICO.

1.600 participantes y 200 enmiendas

La CUP ha cifrado en más de 1600 los participantes que han contribuido al 'Procés de Garbí', bien en las asambleas territoriales y locales, como en el congreso final. El proceso congresual ha estado abierto a todo el mundo, no solo a los militantes, con el objetivo, señalan desde el partido, de "tomar decisiones colectivas". Sin embargo, para poder tener derecho a voto en las más de 200 enmiendas con las que llegaba el texto de la ponencia final, era necesario haber participado en alguna asamblea antes.

"Ha sido un proceso honesto, público y transparente", ha explicado Non Casadevall, portavoz del grupo motor, el equipo que ha pilotado esta refundación. Tras un último año de malos resultados electorales y con un movimiento independentista atravesando momentos críticos -que ha supuesto incluso la pérdida de mayoría en el Parlament-, Casadevall ha reconocido que "no ha faltado autocrítica" durante estos meses de trabajo.

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