El PSOE busca hueco en la batalla entre PNV y Bildu con la baza de ser llave para girar a la izquierda
La necesidad de hacer equilibrios es una complicación añadida para PSE, defendiendo al mismo tiempo estabilidad y cambio o apostando por desmarcarse del PNV mientras se garantiza su alianza de gobierno tras los comicios
Ferraz aspira en las elecciones vascas a obtener el primer aval a la estrategia de pactos tras la investidura y revertir el desgaste de cara a las europeas

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un acto el pasado mes de marzo con el candidato del PSE, Eneko Andueza. / Europa Press


Iván Gil
Iván GilPeriodista
Me encargo de cubrir la información política sobre el PSOE y el Gobierno en EL PERIÓDICO. Antes estuve doce años en El Confidencial y comencé haciendo información local en Galicia, en los diarios Faro de Vigo y La Región. Como analista político he participado en diversos medios y actualmente lo hago de forma habitual en la TVG.
Ferraz asume que las elecciones vascas tienen una dinámica propia y rehúye de cualquier intento de nacionalizar la campaña, como sí hizo en las gallegas y volverá a hacer en las próximas catalanas. Cambian los actores políticos, pero también la agenda, el tono y los escenarios postelectorales. Sin mayorías absolutas a la vista, las encuestas garantizan la continuidad de la coalición de gobierno entre PNV y PSE que lideran los jeltzales. La principal incógnita es si EH Bildu se impone sobre los nacionalistas vascos, aunque no contaría con los votos para gobernar. Ambas fuerzas coinciden en enfocar sus campañas en una batalla a dos. Frente a ello, el PSE busca su hueco tratando de poner en valor la baza de ser la llave de gobierno. Su papel para arrastrar al PNV a la izquierda, si logra mejorar el respaldo de las urnas, y empujar “una agenda de transformación, no de mera gestión”.
“Estamos en un momento que requiere ambición, que necesita atrevimiento, que demanda políticas progresistas y en el que no vale con hacer lo de siempre”, defienden desde la candidatura del socialista Eneko Andueza. Conteniendo el tono de confrontación con los nacionalistas vascos, desde el PSE se resisten al simple continuismo tras los comicios del próximo 21 de abril para erigirse en la garantía de mejorar los servicios públicos. Principalmente, Osakidetza, con un fuerte protagonismo esta campaña por la percepción social de deterioro, pero también para “responder con eficacia a los retos que tenemos por delante”.
Las encuestas antes del arranque oficial de la campaña la madrugada de este jueves sitúan al PSE con unos resultados similares a los que obtuvieron en las pasadas elecciones. Entre 10 y 11 escaños con el 13,1% de los votos, manteniéndose así en la situación de la que parten y siendo claves para la gobernabilidad. El PNV, con entre 30 y 31 diputados, necesitaría al PSE para alcanzar los 38 escaños en los que se sitúa la mayoría. Se impondría también en su particular batalla con EH Bildu, que obtendría entre 28 y 29 escaños tras ganar seis puntos con respecto a los últimos comicios.
Para ensanchar apoyos, y con ello aumentar su capacidad de influencia en las políticas de una coalición que aspiran a reeditar con los jeltzales, en el PSE depositan buena parte de sus expectativas en la bolsa de indecisos. Un 40%, según las encuestas que manejan. “Esta liga no se juega entre dos equipos”, concluyen echando mano de estas cifras para confiar en salir reforzados de estas elecciones y jugar así “un papel decisivo”.
Conscientes de que el PNV no está en su mejor momento, arrastrando cierto hartazgo como demostraron las últimas municipales y forales, Andueza viene asociando a las siglas del PSE la bandera de la “ambición”. De que “no nos vale con lo de siempre” para diferenciarse en la carrera electoral y superar la etiqueta de muleta. Tanto en Ferraz como en la dirección del PSE coinciden en señalar que el lema de campaña ‘Vota al que decide’ “lo dice todo” respecto a su estrategia de campaña. Durante la precampaña, su lema fue el de “Cambia el guion” para presentarse como una fuerza inconformista.
Presencia testimonial de Sánchez
Encontrar hueco en una campaña polarizada entre PNV y EH Bildu no es la única dificultad que afrontan los socialistas en esta campaña. La necesidad de hacer equilibrios es una complicación añadida, defendiendo al mismo tiempo estabilidad y cambio o apostando por desmarcarse del PNV mientras se garantiza su alianza de gobierno tras los comicios.
Los mismos equilibrios que se hacen desde Ferraz, con una presencia casi testimonial en la campaña del presidente del Gobierno y líder de los socialistas. Sánchez pretende volcarse durante la campaña y precampaña con el candidato del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, como ya hizo en las gallegas, mientras que su presencia en Euskadi se reducirá a dos actos. Este sábado acudirá a un mitin en Vitoria y solo tiene previsto volver a desplazarse en una ocasión más durante la campaña. Previsiblemente, el sábado de la segunda semana de campaña a San Sebastián. La encargada de respaldar a Eneko Andueza durante el arranque de la campaña ha sido la vicesecretaria del PSOE y vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero. El expresidente José Luis Zapatero, por su parte, respaldará al candidato socialista en otros dos mítines. Este viernes y en la última semana de campaña.
Aval a la estrategia de pactos
Ferraz reservará su maquinaria electoral al servicio del PSC con el objetivo de alcanzar la Generalitat y romper la mayoría independentista. Un objetivo que en las elecciones vascas se reduce a mantener la estabilidad institucional. Cambio frente a continuidad, aun con la aspiración de ser más determinantes para condicionar las políticas de un futuro ejecutivo liderado por Imanol Pradales, el relevo en el PNV de Iñigo Urkullu para la Lehendakaritza.
El objetivo más ambicioso de Ferraz es el “cambio de ciclo” en la Generalitat tras los comicios catalanes. Aunque para emprender este camino necesitan un primer aval en las urnas a la hoja de ruta de Sánchez tras la investidura. Un balón de oxígeno para frenar el desgaste acumulado en las elecciones gallegas y que vienen señalando las encuestas, con la sombra de la amnistía. El aval de las urnas en Euskadi y Cataluña, donde precisamente se concentre el mayor respaldo a la medida de gracia para dar carpetazo judicial al ‘procés’, justificaría la cuestionada hoja de ruta del Ejecutivo tras los pactos de investidura. Con ello, los socialistas esperan un “efecto moral” de cara a las europeas para frenar las expectativas del PP.
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