NEGOCIACIÓN CON EL PP

Vox presionará para gobernar en la Comunidad Valenciana, Extremadura y Baleares aunque los pactos lleguen tras el 23-J

El partido de Abascal avanza que no dará su abstención gratis en las islas | Asumen que los acuerdos podrían dilatarse hasta después de generales, pero se inclinan por exigir entrar en los gobiernos

El líder de VOX, Santiago Abascal, durante una rueda de prensa en la sede de su partido

El líder de VOX, Santiago Abascal, durante una rueda de prensa en la sede de su partido / EP

Paloma Esteban

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Vox no tiene prisa, pero mantendrá la presión hasta el final. En sus intervenciones más recientes, Santiago Abascal ha repetido el mismo mensaje sin elevar el tono: “Mano tendida” al PP para abrir negociaciones y cerrar pactos que permitan la gobernabilidad en las comunidades donde el partido de Alberto Núñez Feijóo les necesita. A los casos de Comunidad Valenciana y Extremadura (donde el sí de los diputados de Vox es absolutamente necesario para sacar una investidura adelante) se suma Baleares, según fuentes de la dirección nacional. En las islas, la candidata del PP, Marga Prohens, suma más escaños que toda la izquierda junta. Igual que ocurrió en la Comunidad de Madrid en 2021.

Pero el partido ultra insiste en que no dará su abstención gratis y que esa fórmula, “que se inventó Isabel Díaz Ayuso” hace dos años en plena ola de popularidad, “no es aplicable a todos los casos”. De hecho, en Vox asumen la fortaleza que para sus propios electores tiene la presidenta madrileña y consideran “que nada tiene que ver con Prohens u otros candidatos”. En la Región de Murcia no irán tan lejos porque Fernando López Miras se quedó a dos de la mayoría absoluta. Pero en Baleares, todo apunta a que el partido de Abascal apostará fuerte hasta el final.

Y dirigentes de la cúpula insisten en la idea de que “para cambiar las cosas” e “influir realmente en los programas de gobierno” la experiencia ha demostrado que deben formar parte de él. “En Castilla y León, incluso estando en el Consejo de Gobierno, el PP ha evitado por todos los medios cumplir con los acuerdos firmados”. “Y eso va a cambiar”, zanjan. En Vox han aprendido de ese ensayo, como también de lo que ha supuesto dar su visto bueno a gobiernos del PP “gratis”. Y son errores que no pretenden volver a cometer.

Lo que sí asumen, explican a este diario, es que esos acuerdos podrían llegar después de las generales del 23 de julio. Los plazos no tendrían por qué ser un impedimento. La estrategia del PP pasa en todo momento por adormecer esas negociaciones e incluso se plantean ir a investiduras fallidas en las comunidades más conflictivas para no cerrar pactos de gobierno con Vox antes de las elecciones. En todo momento el PP mantiene que busca gobernar en solitario.

Abascal está midiendo mucho sus palabras. Hasta el punto de que ha dicho que evitará por todos los medios hacer declaraciones que pongan en peligro esas conversaciones con el PP que antes o después tendrán que producirse. En la dirección nacional ultra aseguran que en la campaña del 23J los principales mensajes estarán centrados en ataques al PSOE, aunque como ocurrió en la del 28 de mayo, también habrá advertencias de los “bandazos” del PP si Vox no está en la ecuación.

Se referirán, como ya hacen, a otros acuerdos que Feijóo ha cerrado para no depender de ellos. En Cantabria, por ejemplo, los regionalistas de Miguel Ángel Revilla, pondrán a disposición sus votos para que la popular María José Sáenz de Buruaga sea presidenta sin necesitar a Vox. En Canarias, el PP ya ha cerrado un ejecutivo compartido con Coalición Canaria sin necesidad de los ultras. Como publicó este diario, el objetivo pasa por diluir los futuros acuerdos que habrá con Vox y que pase a ser “un actor más” y “no un único socio ni prioritario” como trata de señalar la izquierda.

Lo que está claro es que en Comunidad Valenciana y Extremadura (ahora Vox añade en este paquete a Baleares) no habrá gobiernos del PP sin el visto bueno de Vox. Y los ultra consideran que el peor mensaje posible para sus electores sería demostrar que “sus votos no valen nada” y que no exigen contrapartidas claras que justifiquen el peso del partido en autonomías y ayuntamientos.

De hecho, y a pesar de la rotunda victoria del PP, los de Abascal recuerdan que su partido se ha consolidado como tercera fuerza municipal en toda España prácticamente, por detrás del PSOE en la mayoría de lugares o del PP en algunos. Insisten en la “satisfacción” que hay en sus filas por los resultados logrados, incluidos los de comunidades como Madrid, donde a pesar de la mayoría absoluta de Ayuso, Vox logró resistir con 11 diputados (perdió dos con respecto a 2021).

Los ayuntamientos, primera prueba

Más allá de las comunidades, donde en efecto los pactos podrían cerrarse una vez pasen las generales, el día 17 de junio habrá una primera prueba de fuego en la constitución de los ayuntamientos. Donde el PP es la lista más votada y no hay alternativa a la izquierda, su fuerza es prácticamente nula porque el alcalde sale elegido igualmente. Pero en otras ciudades importantes como Toledo, Guadalajara, Burgos y Valladolid, donde el PSOE aguantó primero pero hay una suma alternativa de la derecha, está por ver lo que hacen PP y Vox.

Los ultra mantienen esa “mano tendida”, pero vuelven a repetir que las alcaldías tampoco serán gratis. Y mantienen el órdago hasta el final, convencidos de que Feijóo tendrá “que mojarse” dentro de dos semanas y dejar ver si realmente está dispuesto a llegar a acuerdos con Vox o pierde bastones de mando en favor de la lista más votada como ha defendido en tantas ocasiones.