El PSC se impone a ERC en Catalunya

El PSC se impuso y barrió a Esquerra y Junts en unas elecciones que certificaron la vuelta de página al 'procés'. Las urnas afianzaron a los socialistas como primer partido en Catalunya (23,7% de los votos), ERC sufrió un duro revés en las urnas (17,2%) -con 'sorpasso' de sus exsocios en el Govern incluido (18,3%)- y la posconvergencia saboreó los frutos de un regreso a sus esencias con la victoria de Xavier Trias en Barcelona.

Catalunya se tiñó de rojo, pese al golpe que supuso para Jaume Collboni no haber logrado acariciar el trofeo más preciado: la capital. Triple lectura: PSC ganó en votos, Junts logró el primer puesto en cuanto a número de municipios y ERC venció en el cómputo total de ediles. Eso sí, las plazas más cotizadas quedaron bajo mando socialista, a no ser que un pacto desbanque a los ganadores. Todo esto, en una dura noche electoral para los republicanos tras haber ganado en 2019 y haber retrocedido a marchas forzadas.

El 'president' Pere Aragonès sale debilitado de este 28 de mayo ante un PSC arrollador que ya se prepara para hacer tambalear, todavía más, su Govern en minoría blandiendo esta segunda victoria consecutiva de Salvador Illa.

Pero Esquerra sí libró batalla en el área metropolitana, aunque el dominio socialista fue incontestable, por mucho que los socialistas perdieran las mayorías absolutas de L'Hospitalet de Llobregat y Gavà. Los republicanos se consolidaron en segundo puesto, en un mapa en el que el PP lució la mayoría absolutísima de su 'sheriff' Xavier García Albiol en Badalona y la nítida victoria en Castelldefels, al tiempo que Cs desapareció al pasar de 245 a tan solo 10 ediles, y los Comuns se conformaran con la retención de nueve alcaldías y la pérdida de Barcelona.

El 'postprocés'

Las urnas certificaron que el 'postprocés' es un regreso al pasado. El diálogo, tras el convulso otoño de 2017, llevó a la normalización institucional y premió al socialismo, forzó un giro a la esencia convergente de Junts y dejó a Esquerra el castigo electoral.

El triunfo de Trias es también una victoria por y ante Junts. Desatado de las siglas, sumergido en una sopa de partidos nostálgicos de CiU, su resultado aplaca al sector afín a la presidenta Laura Borràs (cuyo escudero y secretario de organización no logra representación en Badalona), y demuestra que el giro al centro, en lo independentista, da frutos.

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Todavía más si se tiene en cuenta la mayoría absoluta nítidamente convergente de Xavier Fonollosa en Martorell y la cómoda victoria de Marc Castells en Igualada ante la pérdida de poder en Girona, donde Sílvia Paneque (PSC) ganó sin complejos a la 'exconsellera' Gemma Geis, adelantada también por Guanyem (CUP), y recuperó así el puesto que el partido perdió en 2011 víctima del 'procés'. Los socialistas arrinconaron al alcalde de ERC en Lleida, Miquel Pueyo, hasta el tercer puesto y cosecharon una victoria indiscutible en Tarragona con el tirón del exalcaldable de Cs, Rubén Viñuales.

La extrema derecha

En la Catalunya interior, hubo juego de contrapesos entre Junts y ERC, con la entrada de la extrema derecha en Manresa y Vic, además de su victoria en Ripoll, donde previsiblemente una pinza de los rivales evitará que los ultras tomen la vara de mando. La baja participación -nueve puntos menos que en 2019, dato que convierte Catalunya en la comunidad más abstencionista- allanó el auge de Vox, que por primera vez estará presente en el Ayuntamiento de Barcelona y que multiplica su representación en toda Catalunya con más de 125 ediles.