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Mapa | Aquí se la juega el PSC en las elecciones municipales en Catalunya

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¿Quién ganará las elecciones? Estas son las predicciones más allá de las encuestas

El PSC se fija el reto gobernar las 4 capitales de provincia de Catalunya

Pedro Sánchez pone su agenda de gobierno al servicio de Collboni

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Sara González

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Se calza las deportivas grises y naranjas, luce el dorsal 12.949 y arranca a correr hasta la meta, donde llega con el sudor en la frente pero sonriendo. El vídeo con el lema 'En marxa' sirve de paraguas de la campaña de las municipales del PSC en Catalunya y parte de la pasión de Salvador Illa por las maratones para echar mano de la metáfora de que, en el terreno político, el líder del PSC está inmerso en una carrera de fondo. Para el jefe de la oposición, alcanzar la Generalitat pasa primero por ganar el 28 de mayo, un propósito que implica mantener su robustez en el gran vivero metropolitano -con la victoria en Barcelona como colofón- pero también recuperar musculatura fuera de él, especialmente en las capitales de provincia.

Los socialistas catalanes buscan repetir la gesta de las catalanas y volver a ser el partido más votado en Catalunya. En 2019 se quedaron a tan solo 54.000 votos de ERC y ahora que la marca del PSC y el liderazgo de Illa cotizan al alza, creen estar en disposición de subirse a lo más alto del podio. Lo que pase en Barcelona tendrá mucho que ver con que eso sea posible y la perspectiva de Jaume Collboni, que ahora tiene ocho concejales, con las encuestas en la mano es que nunca antes ha tenido tantas opciones de ganar y de ser alcalde.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene depositadas sus esperanzas en que así sea porque para él supondría una inyección de moral sumar la capital catalana en la lista de plazas propias de cara a las elecciones generales. Pero pase lo que pase en Barcelona, la gran garantía para el PSC, el territorio irredento que les ha salvado incluso en los peores años en los que el 'procés' provocó la diáspora socialista y el partido encajaba derrotas hasta entonces desconocidas en las catalanas, es el área metropolitana, el cinturón que se mantiene rojo contra viento y marea pese a que en el año 2017 se destiñó al naranja de Ciutadans.

Las grandes mayorías absolutas

De las 19 ciudades de más de 20.000 habitantes que orbitan alrededor de Barcelona, 15 -más de dos terceras partes- están gobernadas por el PSC y en ocho de ellas lo hace con mayoría absoluta. Estas son L'Hospitalet de Llobregat, Cornellà, Santa Coloma de Gramenet, Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavà, Esplugues y Sant Joan Despí, donde se concentran sus alcaldes más emblemáticos. El partido tiene asumido que su supremacía en ellas no está en duda pese a que uno de los principales objetivos de ERC es irles ganando terreno aquí, con Gabriel Rufián de candidato en Santa Coloma como principal cara de esa estrategia.

Aún así, estas ciudades son la principal válvula de seguridad para los socialistas catalanes, como también lo son otras en las que también gobiernan con mayorías holgadas, como Badia del Vallès, Sant Adrià de Besòs o Sant Andreu de la Barca. Emblemáticas son para el PSC las alcaldías de Sabadell -que recuperaron en 2019 tras el descalabro que provocó la caída de Manuel Bustos por el cas Mercuri-, Mataró -reconquistada en 2015- y Granollers -donde habrá que ver si mantienen o no la mayoría absoluta tras la jubilación del imbatible Josep Mayoral- .

Más difícil es Terrassa, donde Jordi Ballart logró el hito de imponerse tras romper el carnet del PSC y crear un partido propio. Y siempre especialmente compleja es Badalona, un enclave que les arrebató dolorosamente Xavier García Albiol en 2011 pero que los socialistas gobiernan ahora, aunque gracias a la siempre compleja suma de las izquierdas que muy probablemente volverá a enmarañarse en las negociaciones postelectorales. Sin embargo, los de Illa están poniendo especial ahínco en esta ciudad. Cerdanyola del Vallès, Rubí, Mollet del Vallès, Pineda de Mar o Sant Vicenç dels Horts -con el simbolismo de ser la plaza desde donde se catapultó Oriol Junqueras- forman parte también de su elenco territorial.

Tarragona y Lleida, en el punto de mira

Pero fuera de su tradicional área de influencia, las grandes espinas clavadas que tiene el PSC -Barcelona a parte- son Tarragona y Lleida. Dos grandes alcaldías que ERC se metió en el bolsillo en las pasadas municipales tras años de reinado socialista y que tienen entre ceja y ceja volver a tener bajo sus dominios. En el caso de Tarragona lo ven especialmente factible -de hecho, no dejaron de ser los más votados en 2019- y también creen alcanzable el regreso a la Paeria, puesto que la diferencia con los republicanos fue de menos de 100 votos. Sánchez tiene agendado pasar por las dos ciudades en el cierre de campaña para darles un espaldarazo antes de poner el broche en Barcelona.

Ganar en la ciudad de Girona, donde Carles Puigdemont fue alcalde, lo ven más difícil, aunque su candidata Sílvia Paneque tiene perspectivas de crecimiento y jugarán la partida de los pactos para intentar estar en el gobierno municipal. Ven, de hecho, en la alianza tejida en Sant Cugat del Vallès con ERC y la CUP -que podría repetirse- para desbancar a Junts una fórmula válida para replicar en el consistorio gerundense.

Cerrar la brecha territorial

Otra de las asignaturas pendientes que prevé solventar esta vez el PSC aprovechando su tendencia ascendente es la de homogeneizar su representación y resolver la brecha que el 'procés' abrió entre su presencia metropolitana y fuera de ella. Que haya presentado 615 candidaturas -un 18% más- es leído en la sede de Pallars como un síntoma de que el crecimiento va a ser generalizado, incluso en las comarcas que más hostiles han sido para ellos en los últimos años. Aspiran, por ejemplo, a dar la campanada en Reus y obtener un buen resultado en Manresa. Sus puntos más negros, admiten, están en la Catalunya interior (comarcas de Lleida) y en Terres de l'Ebre.

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