Año electoral 2023

Ley d’Hont: Qué es y cómo funciona en las elecciones generales en España 2023

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Eduardo López Alonso

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La ley d'Hont es un sistema electoral de cálculo proporcional que divide el número de votos emitidos para cada partido entre el número de cargos electos con los que cuenta cada circunscripción.

El sistema inventado por el matemático y abogado belga Victor d'Hondt pretendía ofrecer un mecanismo proporcional entre los votos y el reparto de la representación parlamentaria. La principal crítica es que está pensado para sistemas bipartidistas y que en un marco político de múltiples opciones de voto tiende a beneficiar a los de mayor representación. Otros sistemas de recuento de voto (como el de Sainte-Laguë que se utiliza en países del norte de Europa como Suecia o Dinamarca) tienden a beneficiar a los partidos medianos y perjudicar más a los pequeños y a los más votados, lo que obliga a más alianzas poselectorales.

La mecánica del sistema d'Hont

Si en las próximas elecciones en una de las circunscripciones cuatro partidos políticos luchasen por conseguir los cinco cargos de diputados disponibles y el número de votos total (sólo cuentan los votos válidos y los votos en blanco, no el censo) fuese de 13.500, esta sería la manera de hacer el recuento:

Hay que dividir el número total de votos que ha recibido un partido por 1,2, 3, 4 y 5, es decir, los cargos electos que se disputan en cada circunscripción. En este caso, los 5.000 votos del partido A se dividirían por 1, 2, 3, 4 y 5; lo mismo con los 4.000 votos del partido B (1,2, 3, 4, 5), etcétera. De todos los resultados obtenidos, los cinco diputados se asignan a las cinco cifras más altas, independientemente del partido que sean. Eso sí, para poder aspirar a obtener representación, hay que lograr un mínimo del 3% del total de los votos (mínimo que varía dependiendo de si las elecciones son generales, autonómicas, de en qué comunidad autónoma tengan lugar, etc.).

En este caso, el partido A tendría el primer diputado gracias al resultado de 5.000; el segundo diputado correspondería al Partido B por el cociente de 4.000; el Partido C se llevaría el tercer diputado con la cifra de 3.500; el Partido A se quedaría con el cuarto diputado por el resultado 2.500; y el quinto y último diputado sería para el Partido B, con la cifra de 2.000, más alto que todos los cocientes del Partido D. Por lo tanto, el Partido D no tendría representación, el Partido C alcanzaría un único diputado, y los partidos A y B se quedarían con dos diputados cada uno.

En caso de empate, el escaño se le otorga a la formación con mayor número de votos, aunque esa posibilidad es muy remota ya que las cifras no suelen ser redondas como en este caso. En la práctica se elaboran dos tablas. Una, de los partidos y los votos obtenidos por cada uno, y otra compuesta por las divisiones de los votos totales de cada partido por los escaños en juego.

Proporcionalidad por el número de habitantes

El número de diputados que se asignan a cada circunscripción también es proporcional según el número de habitantes. El objetivo es sobreponderar el peso de las zonas menos pobladas en las decisiones colectivas. Por ejemplo, en las elecciones generales hay 350 diputados para 52 circunscripciones (las provincias españolas), con un mínimo de dos diputados por provincia (excepto en Ceuta y Melilla que tienen uno).

Con este reparto, en Soria (la provincia menos poblada) votan por la elección de dos diputados mientras que en Madrid (la más poblada) lo hacen por 36. La consecuencia es que en Madrid, para lograr un diputado cada partido, se necesitan 100.595 votos, y en Soria sólo 26.105, lo que implica que en Soria el valor de un voto sea mucho mayor. Esto provoca que si un partido tiene repartidos sus votos en varias circunscripciones pueda obtener menos escaños que un partido con mucho apoyo en una sola provincia, como suele ocurrir entre un partido nacional como IU y otro autonómico como PNV.

El efecto d'Hont en España

Este reparto proporcional basado en la ley d'Hont beneficia tanto a los grandes partidos políticos como a los partidos nacionalistas, aunque permite un acceso más sencillo a las formaciones más pequeñas, al contrario que con otros sistemas de proporcionalidad como el directo (que utilizan por ejemplo EEUU y Reino Unido), en el que la fuerza más votada en cada circunscripción se lleva todos los escaños. La ley d'Hondt, creada a finales del siglo XIX, está vigente en países como Francia, Argentina, Finlandia, Paraguay, Portugal o Suiza, entre otros.