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Mapas | Aquí se la juegan los partidos catalanes en las elecciones municipales

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¿Quién ganará las elecciones? Estas son las predicciones más allá de las encuestas

La encuesta prohibida de las elecciones municipales en Barcelona

Las elecciones municipales suponen el primer gran examen a la gestión de Pere Aragonès como 'president'

claves elecciones municipales catalunya

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Sara González, Xabi Barrena, Fidel Masreal, Toni Sust, Carlota Camps

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Las elecciones municipales suponen el primer gran examen a la gestión de Pere Aragonès como 'president' de un Govern en minoría y en solitario tras la ruptura con Junts. Pero el examen de ERC es doble y le ha obligado a conjugar su mensaje social y económico con el discurso independentista. Y es que tiene que pelear con el PSC en el área metropolitana de Barcelona y con Junts en el resto de Catalunya. En 2019, los republicanos ganaron a los socialistas por solo 1,5 puntos y 53.629 votos, pero les arrebataron dos capitales de provincia (Lleida y Tarragona). Pero, sobre el mapa, ¿en qué feudos se la juega cada partido este domingo?

PSC

Para Salvador Illa, alcanzar la Generalitat pasa primero por ganar el 28 de mayo, un propósito que implica mantener su robustez en el gran vivero metropolitano -con la victoria en Barcelona como colofón- pero también recuperar musculatura fuera de él, especialmente en las capitales de provincia. Los socialistas catalanes buscan repetir la gesta de las catalanas y volver a ser el partido más votado en Catalunya. En 2019 se quedaron a tan solo 54.000 votos de ERC y ahora que la marca del PSC y el liderazgo de Illa cotizan al alza, creen estar en disposición de subirse a lo más alto del podio.

De las 19 ciudades de más de 20.000 habitantes que orbitan alrededor de Barcelona, 15 están gobernadas por el PSC y en ocho de ellas lo hace con mayoría absoluta: L'Hospitalet de Llobregat, Cornellà, Santa Coloma de Gramenet, Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavà, Esplugues y Sant Joan Despí, donde se concentran sus alcaldes más emblemáticos. También gobiernan con mayorías holgadas en Badia del Vallès, Sant Adrià de Besòs o Sant Andreu de la Barca, y emblemáticas son para el PSC SabadellMataróGranollers. Más difícil es Terrassa y especialmente compleja es Badalona, donde los socialistas gobiernan ahora gracias a la siempre compleja suma de las izquierdas.

Pero fuera de su tradicional área de influencia, las grandes espinas clavadas que tiene el PSC -Barcelona a parte- son Tarragona y LleidaDos grandes alcaldías que ERC se metió en el bolsillo en las pasadas municipales tras años de reinado socialista y que tienen entre ceja y ceja volver a tener bajo sus dominios. Ganar en la ciudad de Girona, donde Carles Puigdemont fue alcalde, lo ven más difícil.

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ERC

De los tres grandes partidos catalanes, junto con PSC y Junts, es la fuerza republicana la que más homogéneamente está presente en todo el territorio, tanto en la región metropolitana como en el 'rere-país'. Y yace, también, su debilidad. Un discurso que sirva para toda Catalunya a la vez supone un techo en cada una de las dos subpartes. En esencia, el esquema es el mismo que en 2019 y 2015. Junts contra ERC en el 'rere-país'; PSC contra ERC en lo metropolitano. Solo varía el progresivo crecimiento de los republicanos que ya se atreven a decir en voz alta que van camino de romper la hegemonía socialista en el entorno de Barcelona. Aunque no será, ciertamente, en estas elecciones.

Dejando Barcelona a un lado, ERC tiene la alcaldía de Lleida, de Tarragona y está en el gobierno municipal de Girona. La de Tarragona será una batalla sin cuartel con los socialistas, que son los que vencieron en votos, en 2019. Ahora se aspira al 'sorpasso' en votos y, por supuesto, a la suma de fuerzas que les dé de nuevo la alcaldía. Más allá de la capital, hay muchas esperanzas depositadas en Noemí Llauradó en Reus y en Joan Reig, en Constantí. Las Terres de l'Ebre volverán a ser republicanas, algo que ya se ha convertido en norma desde que la polémica sobre el trasvase del Ebro, en la época Aznar, subvirtió el orden establecido en esas comarcas. En cuanto a Lleida, "tras unas malas encuestas hace un año, estamos en remontada", admite el partido que lo fiaba todo al transcurso de la campaña electoral.

En el otro gran partido, el metropolitano, ERC confía en un gran crecimiento de votos que, si bien no proporcione aun ninguna alcaldía o, siquiera, entrada en el gobierno municipal de los principales feudos socialistas, si despejen toda duda de que el referente independentista en la región es única y exclusivamente ERC.

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Junts

Con Xavier Trias, Junts ha pasado de tener encuestas que situaban al partido en una posición irrelevante, cuando la candidata era Elsa Artadi, a optar a la victoria. Pero ha sido Trias quien no sólo ha afirmado que puede ganar, sino que sostiene rotundamente que ganará con amplio margen, con 14 concejales o más (ahora tienen cinco). Esta convicción del candidato hace que todo lo que no sea ganar y gobernar se convierta en un rotundo fracaso.

Pero si Trias no logra gobernar, entonces Junts deberá maquillar el resultado global. Y se la juega en especial en la principal ciudad que hoy gobierna: Girona. Allí los malos pronósticos de la actual alcaldesa, Marta Madrenas, han hecho optar por un cambio en favor de la 'exconsellera' Gemma Geis, recolocada tras salir del Govern. Todo lo que no sea revalidar el poder municipal en el municipio, feudo del 'expresident' y líder del partido, Carles Puigdemont, será otro sonoro fracaso. Este fiasco se puede producir también en forma de pacto entre otros partidos para desbancar a Junts, algo nada descartable.

Donde las expectativas no son nada optimistas para Junts es en el área metropolitana de Barcelona, donde confían en el llamado 'efecto Trias' para tratar de lograr representación en una zona en la que hace cuatro años a penas se superaba en votos a Vox o al PP en determinados municipios, donde la posconvergencia no tiene ninguna representación local. Junts no sólo se la juega en las ciudades y pueblos sino en las diputaciones. En la de Barcelona, especialmente, donde espera poder seguir gobernando con el PSC.

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En Comú Podem

Para Ada Colau estas elecciones son un todo o nada. O logra ser alcaldesa un tercer mandato o se producirá un punto de inflexión en su trayectoria municipal. Y es tan crucial lo que suceda en Barcelona, que para los Comuns es también el termómetro de su éxito o de una fuerte estocada de la que será difícil remontar en Catalunya. Sin la capital, su proyecto entraría en crisis porque supondría perder su principal cuota de poder, por mucho empeño que pongan en retener la quincena de ayuntamientos que ahora están bajo sus dominios y aumentar su representación territorial.

Por lo tanto, más que cualquier otro partido, En Comú Podem se la juega en Barcelona. Entra dentro de sus prioridades retener las alcaldías que consideran que son las más emblemáticas y que mayoritariamente provienen de la herencia de ICV. En concreto, la de los cinco municipios más poblados en los que gobiernan. Dan por descontado que Lluís Mijoler seguirá gobernando el Prat de Llobregat, plaza que no conoce otra batuta que no sea ecosocialista. También son prioridades Santa Perpètua de Mogoda, Montcada i Reixac, Sant Feliu de Llobregat y Montornès del Vallès.

Más allá de consolidar estos feudos, si una cosa buscan los Comuns es aumentar su representación y revertir las consecuencias negativas que supuso la fragmentación con la que concurrieron en 2019. Ahora que han sellado una coalición sólida con Podem para no rivalizar entre ellos, creen estar en disposición de superar los 264 concejales que ahora tienen y lograr dos hitos: convertirse en la cuarta fuerza en Catalunya en porcentaje de votos y volver a ser, como lo fueron en 2015, segundos en el Baix Llobregat.

Ciutadans

Ciutadans se juega directamente su existencia, con unas encuestas que les dejan fuera del Ayuntamiento de Barcelona. Pero más allá de la capital, los naranjas también tienen otros puntos calientes, a pesar de presentar menos de la mitad de listas que hace cuatro años. Uno de los principales focos es el Área Metropolitana, con especial atención en el Hospitalet de Llobregat -en 2019 quedaron terceros con cuatro concejales- y Santa Coloma de Gramenet -son segunda fuerza con también cuatro representantes-. En los dos municipios, el PSC tiene actualmente mayoría absoluta, pero fuentes del partido naranja prevén que la puedan perder y consideran prioritario tener representación en el ayuntamiento para condicionar el gobierno.

Fuera del radio de Barcelona, las mismas fuentes señalan un especial interés por las otras tres capitales de provincia, a pesar de que en todas ellas parten del 'handicap' de haber tenido que cambiar de candidato. En Tarragona, quien fue candidato del partido naranja en 2019, Rubén Viñuales, es ahora el alcaldable del PSC. Mientras que en Lleida, Ángeles Elisa Ribes es ahora la cabeza de lista de Valents.

PP

El principal objetivo del PP obtener "presencia" en los municipios donde la perdieron y también "influencia", si la aritmética lo permite, dentro de los gobiernos locales. Geográficamente hay cinco puntos clave: Barcelona -por la importancia de la capital-, Badalona Castelldefels -donde pueden recuperar la alcaldía- y también los pequeños municipios de Gimenells Pontons -que aspiran retener-.

De los 36 municipios del área metropolitana, actualmente los populares solo tienen representación en seis. A parte de Barcelona, Badalona y Castelldefels, tienen un concejal en Hospitalet, otro en Gavà y uno más en Esplugues de Llobregat. Una situación muy diferente de la de 2015, cuando sacaron representantes en hasta 27 de los municipios del Área Metropolitana. Los populares vieron lastrado su poder en estas ciudades -y también en Barcelona-, básicamente, por la fuerza de Ciutadans.