Elecciones 28-M

De Xavier García Albiol a Xavier Trias: los candidatos que borran las siglas del partido para ampliar su base

¿Quién ganará las elecciones en Barcelona 2023?

Así están las encuestas de las elecciones municipales

Casi todos los partidos tienen ejemplos en municipios en los que se presentan con marcas distintas

Albiol antes de la campaña

Albiol antes de la campaña

Carlota Camps
Fidel Masreal
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"No hay ningún logo. Vengo a hablar de Badalona". Así es como Xavier García Albiol presentó su candidatura para las elecciones municipales hace un año. El mismo día en que fue desalojado de la alcaldía tras una moción de censura actualizó su descripción en Twitter para poner "Trabajando por la Badalona del 2023". Sin mención al PP, su partido, algo que ha continuado durante esta campaña para las elecciones del 28 de mayo. No hay siglas, solo el lema 'Badalonisme', copiando los colores de sus oponentes políticos para llamar a todos sus votantes. Tampoco tiene previsto celebrar un acto de partido con Alberto Nuñez Feijóo en la ciudad, a pesar de ser el cuarto municipio de Catalunya. Su estrategia es clara: esconder la formación para ampliar la base, ahora ya sin complejos y con una aceptación velada por parte del PP, que tampoco está dispuesto a implicarse ante el temor de que eso le perjudique en las urnas.

Los populares tienen claro que su candidato tira mucho más que la marca del partido. De hecho, solo hay que mirar las cifras de 2019 para corroborarlo. Albiol ganó las elecciones con 37.506 votos y le sacó más de 10.000 papeletas de ventaja a la siguiente candidatura. Pero aquel mismo día, las urnas municipales compartían espacio con las europeas. Y los datos son evidentes. La candidata al Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, quedó en cuarta posición con 11.775 votos en la misma localidad. Así que hubo más de 25.000 badaloneses que depositaron la papeleta de Albiol en una urna y la de otro partido en la otra. Por eso, Albiol apuesta claramente por una "campaña 100% local, que trascienda fronteras ideológicas".

Trias esconde Junts y suma al PDECat

Pero el de Albiol no es un caso aislado. También Junts ha optado este 28 de mayo por la misma estrategia en enclaves tan emblemáticos como Barcelona. Desde que Xavier Trias fijó claramente sus condiciones para ser candidato, de nuevo, de la posconvergencia, el exalcalde tuvo claro que prescindiría de las siglas para trasmitir la imagen de una candidatura más transversal con un mínimo común denominador: arrebatar a Ada Colau la vara.

La candidatura ha contado con el apoyo del partido que sí se reclama heredero de CDC: el PDECat. Pero también de Demòcrates -surgido de los críticos de Duran Lleida en Unió- y MES (Moviment d’Esquerres) que acoge a sectores del PSC catalanista. Esta combinación se agrupa bajo el paraguas Trias per Barcelona. Esa es la candidatura y esas serán las papeletas en las urnas, con la imagen del candidato. Una apuesta personalista que busca evitar los anticuerpos que pueda generar en parte de sus votantes la visión radical de un sector de Junts por lo que respecta a la confrontación unilateral con el Estado, liderada por la presidenta de la formación, Laura Borràs.

De hecho, Trias se ha dedicado explícitamente a buscar una lista que huya de esta imagen, con 'exconsellers' de CiU e incluso con la que fue mano derecha de Duran Lleida en Unió, Joana Ortega, que está a las antípodas de las tesis de los afines a Borràs. Por todo ello, se guarda la marca Junts en Barcelona con el objetivo de lograr lo que hace pocos meses se intuía quimérico: recuperar la alcaldía. Justamente, cuando Colau en 2015 puso su cara en la papeleta electoral y no la marca de su partido, fue criticada por otras fuerzas por personalista y por seguir la estela de Pablo Iglesias. Pero funcionó, algo que acredita con su victoria.

En Junts, Trias no es el único caso. Otros candidatos de la órbita posconvergente también optan por una campaña personalista, no tanto prescindiendo de la marca, sino centrándose en su imagen. Sin ir mas lejos, el alcalde de Martorell, Xavier Fonollosa, en busca de la reelección, cuyo ADN es netamente convergente. Fonollosa prioriza la gestión municipal y se aleja de las siglas para volver a obtener una mayoría absoluta como la de 2019, cuando supero el 50,32% de los votos.

En cuanto al PDECat, su nombre electoral es Ara Pacte Local y cada candidato decide si la marca está o no en primer plano. Y es que la posconvergencia lleva varios años sometiendo a sus bases a cambios de nomenclatura y en los comicios locales es donde más se prioriza el estilo y la manera de hacer de cada alcaldable.

Más allá de las grandes ciudades

Los casos de Trias y Albiol son los más clamorosos, pero casi todos los partidos tienen ejemplos en municipios más pequeños donde se presentan con coaliciones o marcas locales distintas. ERC, por ejemplo, lleva años apostando por la marca Junts per Pineda en este municipio del Maresme, en cuya lista electoral figura como primera suplente Janina Juli, esposa del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, aunque ahora ha tenido que prescindir de la marca por orden de la Junta Electoral. También en Sant Vicens dels Horts, el municipio de Oriol Junqueras, los republicanos se presentan bajo la marca Junts per Sant Vicenç.

Y hay otros ejemplos. El PSC se presenta como Compromís per Tremp (CxT) en la capital del Pallars Jussà y los Comuns -que esta vez han conseguido ordenar las siglas a diferencia de la macedonia de 2019- mantienen algunas listas como Totes fem Badia. También la CUP opta por la marca Guanyem en feudos donde la marca de los anticapitalistas resulta más hostil como es el caso de Girona.

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