Cita con las urnas

Análisis electoral | Un 28-M agitado en Barcelona y suave en Madrid

Ada Colau, Ernest Maragall, Jaume Collboni, Xavier Trias, Daniel Sirera

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Alberto López

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En Madrid y Barcelona, las elecciones tienen un sabor distinto al resto de municipios. Tienen un cierto gusto a 'midterms', elecciones de medio ciclo que dan pistas de lo que podrá ocurrir en el futuro político español y catalán. Importa quién se lleva el bastón de mando, quién gana, pero también cuál es la fuerza de cada bloque, y cómo queda cada partido. Sea quien salga como alcalde en Barcelona, importa cuál es la fuerza relativa de ERC con respecto a Junts, y del PSC con respecto a los Comuns. En Madrid, gobierne o no el PP, importa la potencia que demuestre Vox, y si Más Madrid sigue estando por delante del PSOE. Figuras como Yolanda Díaz, Pedro Sánchez, Aragonès, Borràs, Feijóo, o Abascal, a pesar de no participar en las elecciones, se la juegan de cara a lo que pueda ocurrir en 2024.

Desde hace semanas, desde Predilect arrojamos predicciones diarias sobre cuál será el gobierno municipal resultante en todas las capitales de Catalunya, además de las ciudades más pobladas de la comunidad y Madrid. En próximas entregas diversificaremos nuestra mirada, pero en este primer análisis dirigimos la atención a los dos calientes del 28 de mayo: Barcelona y Madrid.

¿Quién gobernará Barcelona?

Barcelona es es una plaza electoral clave no solo por su capitalidad, que implica una gestión de recursos comparable a algunas comunidades autónomas, si no por en nivel de competición electoral al que asistimos. Hasta tres fuerzas se juegan por la mínima la primera posición en votos y concejales. Los protagonistas son conocidos. A la vigente alcaldesa Ada Colau, que lucha por segunda reelección, se le suman dos competidores fuertes, Jaume Collboni del PSC y Xavier Trias de Junts. ¿Tienen los tres candidatos la misma probabilidad de empuñar el bastón de mando? No realmente: según los números de Predilect, Barcelona en Comú y PSC tienen probabilidades significativamente superiores de de ganar sobre Junts. Todo esto a pesar de que la candidatura de Trias sea la que más haya crecido en los últimos meses según las encuestas y algunas de estas lo sitúen en primera posición. Este fenómeno se debe al potencial coalicional de cada fuerza. El PSC y, sobre todo, BeC tienen mayor capacidad de tejer alianzas que Junts.

A pesar de las desavenencias, todo parece apuntar a que tanto PSC como BeC están forzados a entenderse tras las elecciones. En caso de que los socialistas se descolgaran de la primera posición, el coste de provocar un cambio de color en el gobierno anzando a Trias es más alto que apoyar la reelección de Colau. En el caso de los comunes, el apoyo a Trias es electoralmente implanteable. El tercer actor importante en esta ecuación es ERC. El coste de desbancar a BeC en favor de un gobierno de derechas es alto. Además, la fuerza relativa de ERC es insuficiente como para sostener un gobierno de Trias. De verse tentados a apoyar al candidato de Junts se necesitaría el apoyo de otras fuerzas como el PP, escenario que por vetos mutuos es descartable.

Este mosaico compuesto de más vetos que filias explica el acuerdo de gobierno barcelonés más probable según Predilect: el de PSC, BeC y ERC (57%), que se sitúa bastante por delante del siguiente acuerdo más probable, el que integraría a Junts, PSC y PP (20%). ¿Pueden cambiar estos números durante la campaña electoral?

Un patrón que se puede avanzar es que se refuerce la atención sobre las tres primeras fuerzas. En este tipo de elecciones tan competidas, suele generarse un clima de carrera de caballos, lo que ahoga a los siguientes partidos del pelotón. Una tendencia que se refuerza en las municipales donde quedar primero es más importante que en autonómicas o generales. Si no se llega a un acuerdo de mayoría, ocupa la alcaldía el candidato con más concejales a favor. Esto provoca que los votantes estratégicos del resto de partidos terminen escogiendo su segunda opción.

Por lo tanto, no será de extrañar que peligre la entrada de las formaciones políticas más cercanas al 5% como es el caso de Vox, CUP e incluso el PP. Si Trias despega gracias a este efecto y da la suma con ERC, puede aumentar su probabilidad de erigirse como alcalde. En caso contrario, conviene prestar mucha atención a quien tenga mayor potencial de arrastre de aquí al día de las elecciones, Collboni o Colau, porque de ello dependerá quién ocupe el ayuntamiento de Barcelona en los siguientes cuatro años.

¿Repetirá Ayuso?

La primera pregunta tiene una respuesta bastante segura: sí. Ayuso cuenta con un 95% de probabilidades de repetir como presidenta de la Comunidad de Madrid. Un porcentaje que apenas ha variado desde hace un mes y que es muy improbable que cambie. La otra pregunta determinante es si lo hará en solitario como hasta ahora o si gobernará en coalición con Vox. Las estimaciones de Predilect son coherente con los datos de las encuestas que otorgan al PP una mayoría muy amplia. Si necesita a Vox será por la mínima, como ya ocurrió en 2021 cuando los populares se quedaron a 3 escaños de la mayoría absoluta.

Y como en aquella ocasión, con tal ventaja de apoyo, todo apunta a que a Vox no le quedaría otra que ceder sus escaños y dejar gobernar a Ayuso. Predilect predice un gobierno en solitario del PP con un porcentaje del 75% de probabilidad. La comodidad de la candidatura de Ayuso contrasta con el escenario a su izquierda, con un Ciudadanos desaparecido, un PSOE que presenta a un segundo espada y Más Madrid, cuya candidata ya no tiene el filón de competir sobre su tema estrella, la sanidad pública, como fue el caso hace dos años en medio de una pandemia.

¿Y Almeida?

La situación de José Luis Martínez-Almeida es ligeramente más inestable. Del 95% de probabilidad de reelección de Ayuso, bajamos en su caso al 73%. Primero porque como es por todos conocido la fuerza de la izquierda en la capital es superior a la de la región. En segundo lugar, ni Almeida tiene la capacidad movilizadora de Ayuso en el campo de la derecha, ni las candidaturas de izquierda son tan inefectivas en la capital en comparación con sus compañeros de cartel autonómicos. Rita Maestre, de Más Madrid, no reporta el mismo desgaste que demuestra su compañera Mónica García, y el PSOE presenta a una exministra, Reyes Maroto. El margen de Almeida es igualmente aún alto, 47 puntos por encima de la probabilidad de que Rita Maestre vuelva a Cibeles, la alternativa más viable en Madrid. Esto tiene una razón fundamental: es probable que un porcentaje importante de votos de izquierdas se pierda.

El escenario ligeramente más probable es que Podemos no supere la barrera electoral del 5% (37% de probabilidad según Predilect) y que tampoco lo haga Ciudadanos. De aquí al 28 de mayo es improbable que estas formaciones al borde de la barrera electoral mejoren sus perspectivas. Muchos de los votantes de Podemos y Ciudadanos pueden desmotivarse y quedarse en casa o votar a otra formación con la lógica del voto útil.

De este baile de votos entre formaciones pequeñas y grandes dependerá en buena medida cómo se repartan los escaños del consistorio madrileño. La campaña electoral ha comenzado y los partidos que menos tienen que perder, pero también los que rozan la mayoría, jugarán todas sus cartas.

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