Proposición de ley

Los letrados del Parlament ven limitable el discurso político si choca con los derechos humanos

El informe, al que se acogen ERC y CUP para intentar frenar a la extrema derecha, también pide reservar las sanciones para "situaciones especialmente graves"

La vicepresidenta en funciones de presidenta del Parlament, Alba Vergés, en un pleno

La vicepresidenta en funciones de presidenta del Parlament, Alba Vergés, en un pleno / FERRAN NADEU

Carlota Camps

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La libertad de expresión es un derecho fundamental reconocido por la Constitución. Y, además, tiene una protección reforzada en el caso del discurso parlamentario. Sin embargo, puede tener límites. Así lo apuntan los letrados del Parlament en un informe del pasado mes de enero, elaborado a petición de la Mesa, y al que se acogen ERC y CUP para reformular el reglamento del Parlament e incluir la prohibición de los discursos de odio. Su intención es frenar los postulados que la extrema derecha de Vox despliega en la Cámara catalana.

El informe de los letrados, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, apunta que la "inviolabilidad parlamentaria" no incluye los discursos que van contra los derechos humanos. En este sentido, señalan la jurisprudencia de los tribunales europeos -tanto del TEDH como del TJUE- para poner limites a los que hacen "apología del terrorismo, del discurso de odio y del discurso que fomenta la discriminación entre las personas", y también a los que usan un "lenguaje ofensivo respecto a otros miembros del Parlament o terceras personas que puede dañar la dignidad y la reputación de la Cámara".

Las sanciones

Sin embargo, avisan de que las restricciones y las eventuales sanciones se tendrían que reservar para "situaciones especialmente graves que perturben el normal funcionamiento" de la institución. "Hay que tener especial cuidado para evitar que el establecimiento de restricciones al discurso político se pueda utilizar por la mayoría parlamentaria en abuso de su posición dominante respecto de las minorías", apunta el texto.

Así, los letrados piden que las normas sobre conductas permitidas y sobre el uso del lenguaje estén establecidas "con claridad", al igual que el régimen sancionador, que piden que se elabore teniendo en cuenta el "principio de proporcionalidad". También proponen la posibilidad de externalizar la "verificación de los hechos", o que se haga con un modelo "híbrido", para "garantizar mejor los derechos de las minorías parlamentarias frente a la mayoría".

ERC y CUP proponen que el código de conducta de la Cámara catalana prohíba explícitamente los "discursos de odio o intolerantes", y que esto se incluya dentro del reglamento para que puedan ser sancionables. La normativa actual propone medidas como la retirada de la palabra, la expulsión del diputado de la sesión o incluso la exclusión temporal, pero es muy genérica en cuanto a qué discursos se pueden amonestar, ya que se refiere a "palabras ofensivas dirigidas a las instituciones públicas, a otro miembro del Parlament o a cualquier otra persona".

El informe de los letrados considera que actualmente el discurso de odio ya estaría limitado en la normativa interna, aunque reconocen que no lo está de forma explícita. Por este motivo, republicanos y 'cupaires' quieren ir más allá y prohibir que los parlamentarios puedan "incitar a la discriminación por razón de género, orientación sexual, creencias, ideología, origen, condición social, etnia, lengua o discapacidad".

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