Infraestructuras

Choque entre el Gobierno y la Generalitat por el trazado y la financiación de la B-40

El Ministerio de Transportes acusa al Govern de "deslealtad" y de olvidar que el pacto con el PSC les obligaba a un acuerdo sobre la Ronda Nord del Vallès antes del 31 de marzo

B-40   Operaris treballant a les obres de la B-40 a Viladecavalls

B-40 Operaris treballant a les obres de la B-40 a Viladecavalls / ACN

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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El acuerdo firmado por Pere Aragonès y Salvador Illa que permitió dar curso y aprobar los presupuestos de la Generalitat para el presente 2023, en el que el Executiu aceptaba la construcción de un tramo de la B-40, el que unirá Terrassa con Sabadell y Castellar del Vallès (la Ronda Nord), incluía un plazo para que la Generalitat y el Gobierno de Pedro Sánchez firmaran un convenio para encauzar las obras. Este plazo, el primer trimestre, vence hoy 31 de marzo y de momento no hay visos de acuerdo, aunque fuentes de la Generalitat aseveran que se sigue trabajando y, en ningún caso, se han roto los puentes.

La visión de la otra parte, del Ministerio de Transportes, es diametralmente opuesta. "El ministerio no tiene ningún plazo, son ellos los que lo tenían, en virtud del acuerdo presupuestario. Y a pesar de eso, no han querido negociar. No se ha celebrado ninguna reunión, tan solo intercambio de documentos. Se han comportado de manera desleal", afirma el secretario general de Infraestructuras del ministerio de Transportes, Xavier Flores.

Dos son los obstáculos, según el Govern, que impiden el acuerdo. En los dos borradores que el Ministerio de Transportes ha hecho llegar al Govern se contextualiza la Ronda Nord como uno de los tramos de una obra de mayor envergadura, la B-40. Ello es importante para el Gobierno porque, si bien adjudica el control de este tramo a la Generalitat, se advierte de que, cuando el trazado de la B-40 esté completado por toda la vía, eso es, hasta Granollers-La Roca del Vallès (y en ella el tramo ahora en discusión) para a ser propiedad del Estado, al formar parte de la red básica de autovías.

El Govern de ERC se ha opuesto siempre a la construcción de la B-40 y, forzado por el PSC, transigió en la construcción de estos seis kilómetros del tramo de la Ronda Nord que, por otro lado, los alcaldes de los municipios afectados demandaban como solución a sus problemas de congestión viaria. Todo ello redunda en que la Generalitat no quiere mención alguna a la B-40 que pudiera dar a entender que el resto de tramos se van a acabar haciendo y que es cuestión de tiempo.

"El Govern no negocia este convenio en condiciones de igualdad, en comparación con otros muchos convenios que se firman con el ministerio. Lo hacen obligados porque querían aprobar los presupuestos. Esto se les olvida", replica Flores que insiste en que la Generalitat no puede pretender obtener algo a su entera satisfacción. Con todo, el secretario general de Infraestructuras reitera que "todo es negociable, siempre que se quiera negociar".

Mención polémica

La discusión afecta al propio enunciado del objeto del convenio, que por parte catalana debe ser "Ronda Nord de los sistemas urbanos de Terrassa, Sabadell y Castellar" y, por parte ministerial es "la financiación del tramo de autovía B-40 entre Terrassa y Sabadell que constituye la ronda norte de los sistemas urbanos de Terrassa y Sabadell".

Ha habido cinco comunicaciones entre el Gobierno y el Govern. Transportes envió un borrador de convenio, a lo que la Generalitat respondió con otro. El ministerio envió un segundo borrador que fue respondido con una carta con anotaciones por la parte catalana. El miércoles 30 de marzo, la carta catalana fue respondida con otra en la que se aseveraba que estaban de acuerdo con no "prejuzgar la presunta continuación o no de la vía". ¿Problema resuelto? "Hasta que no lo veamos escrito en el convenio no nos lo creemos", aseguran a este diario fuentes catalanas.

Este modo de proceder, exclusivamente telemático, "no es el pertinente", según Flores. Y cuando se da, se hace con documentos 'abiertos' para que la contraparte pueda objetar y proponer. No con documentos 'cerrados' a los que nada se puede añadir o quitar y, menos, con cartas, como ellos han hecho", asevera Flores.

Adicional tercera

El otro gran escollo es la financiación. El pacto sobre esta autovía era que la Generalitat fijaba el trazado, por aquella de la fuerte oposición popular a su construcción, y el Estado se hacía cargo del coste. En la propuesta del ministerio los más de 200 millones que cuesta la Ronda Nord se cargan a la disposición adicional tercera del Estatut. Esta disposición se creó en 2006 tras reconocer la infradotación presupuestaria que ha sufrido Catalunya y tenía una vigencia de siete años. El Gobierno del PP de Mariano Rajoy le hizo caso omiso.

El dinero a cuenta del Estatut, entiende la Generalitat, no es finalista, según el Govern. Es decir, es una partida que llega a Barcelona y el Govern dispone de ella a su voluntad para las obras que quiere financiar. Dicho de otro modo, si se inscriben en esta disposición, la Generalitat se quedaría con 200 millones menos para sus inversiones.

La visión de Transportes vuelve a ser distinta. A la pregunta de si el Govern, ya que se ha sentado a negociar un convenio sobre la B-40 contra su voluntad, debe atenerse a unas condiciones establecidas también contra su voluntad, por cuanto se sientan en la mesa a negociar en inferioridad (obligados a cambio de unos presupuestos), la respuesta de Flores es "puede decirse así". El secretario general eleva sus dudas, además, de que los fondos de la disposición adicional tercera no puedan ser finalistas.

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