ESTABA EN VITORIA

Camas en el altillo y estancias insonorizadas: así funcionaba la mayor fábrica ilegal de tabaco de España

Una operación de la Agencia Tributaria desmanteló en 2014 una organización que llegaba a producir en una nave de Vitoria 1,5 millones de cajetillas a la semana | El juicio a sus cuatro líderes, condenados ahora a hasta cuatro años de cárcel, desvela la meticulosidad de su operativa

Un fotógrafo toma una instantánea de una de las máquinas usadas para fabricar el tabac.

Un fotógrafo toma una instantánea de una de las máquinas usadas para fabricar el tabac. / EPE

Roberto Bécares

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En periódicos de Lituania y Letonia publicaban anuncios ofreciendo empleo en una fábrica de tabaco de España. Tras ser seleccionados por una persona que hablaba ruso viajaban hasta el aeropuerto de El Prat de Barcelona, donde un enlace de la organización les recogía y les trasladaba en un vehículo con los cristales tintados a un piso franco en Vitoria o a una enorme nave del polígono industrial Ali Gobeo de la citada localidad, donde no solo trabajarían, sino que dormirían en la planta de arriba de la nave, donde se trajinaba las 24 horas del día.  

En el interior del pabellón, totalmente aislado hermética y acústicamente y que estaba a nombre de la empresa de Transportes Transarbe, para dar la mayor sensación de normalidad, llegó a haber diez trabajadores a la vez. El ritmo de producción llegó a ser tal que llegaban a elaborar 1,5 millones de cajetillas a la semana, convirtiéndose en la mayor fábrica de tabaco ilegal de España hasta la fecha. Fabricaban marcas como Austin o American Legend, cuyos troqueles habían conseguido previamente.  

El juicio a la organización desmantelada en 2014 en la operación Unicornio de la Agencia Tributaria, que ha acabado con la condena por contrabando a penas de hasta cuatro años de cárcel para los cuatro miembros de la banda, ha desvelado los delicados procederes de la organización que, tal y como estima la sentencia de la Audiencia Provincial de Álava, “ideó de manera concertada una estructura para desarrollar de manera prolongada en el tiempo labores de fabricación y comercialización de tabaco sin someterse a las cargas impositivas legales”.  

Según recoge el auto, del pasado 10 de enero y al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, la banda arrendó un pabellón en el citado polígono industrial, dividiéndolo en tres partes: una la zona de producción industrial, “aislada de cara al exterior, con tabiques para amortiguar en ruido”; otra para almacenar los materiales usados la producción; y una tercera donde vivían los trabajadores. 

De igual forma, tenían otra nave en Gojain (Álava) donde recepcionaban el gasóleo usado para el generador que daba energía a la planta principal para evitar “llamar la atención”; uno en Lesaka, donde se recibía el tabaco en rama y otros en Andoain y en Sevilla que también servían para la logística y el transporte.

Durante la intervención de los agentes, comprobaron que su ‘modus operandi’ era muy profesional, ya que las llamadas telefónicas que realizaban eran “cortas y usaban suedónimos como cabezón o jesuita”, nunca los nombres reales, según relató el jefe de la unidad operativa de Vigilancia Auduanera de San Sebastian. 

A pleno rendimiento

Cuando el operativo policial liderado de la Agencia Tributaria entró en la nave en septiembre de 2014 las máquinas estaban funcionando a pleno rendimiento en la fábrica, donde se cubrían los tres procesos de elaboración, producción y distribución. “De hecho los funcionarios”, según relató el jefe de la Unidad Operativa de Vigilancia Aduanera de Vizcaya, “hallaron hojas de tabaco (picadura), tabaco manofacturado (cigarrillos), cajetillas con cigarros dentro y cartones con cajetillas dentro”. La organización producía el tabaco ilegal con una tecnología "sensiblemente más avanzada" que la utilizada en operaciones anteriores a esa. 

En el primer piso los agentes descubrieron unas dependencias que los operarios utilizaban para dormir y comer, con camas, cocina y baño, es decir, "todo lo necesario para vivir durante largos períodos de tiempo sin tener que abandonar las instalaciones", de acuerdo a la autoridad. 

Pese a que la Fiscalía pedía 89 años de cárcel a la cúpula de la fábrica por pertenencia a organización criminal, delito continuado contra el derecho de los trabajadores o detención ilegal, finalmente la Audiencia Provincial de Álava sólo condenó a los cuatro integrantes por contrabando, a penas que oscilan entre un año y 6 meses y cuatro años, además de a pagar multas entre 1 millones y 2,1 millones de euros.