Opinión | Análisis en tiempo real

Júlia Regué

Júlia Regué

Responsable de la sección de Política.

Tamames, Sánchez, Gamarra y López: El 1x1 de la moción de censura de Vox

PSOE y PP entran en el cuerpo a cuerpo ante un candidato a la presidencia fallido que cierra el debate comentando la jugada

Día largo en el Congreso para el candidato Tamames

Día largo en el Congreso para el candidato Tamames / José Luis Roca

La segunda sesión del debate sobre la moción de censura de Vox al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha convertido en un duelo PSOE-PP, dejando a la extrema derecha arrinconada, que ha convertido el Congreso de los Diputados en el escenario del pistoletazo de salida al multiciclo electoral de este 2023. Este es el 1x1 de los protagonistas de la jornada de este miércoles:

Cuca Gamarra: punzante

El PP se sacudió la presión de la extrema derecha clamando contra una maniobra que da aire a Sánchez -un "alivio momentáneo" a un "Gobierno agónico", resumió-, pero, a diferencia del discurso de Pablo Casado en 2020, centró sus ataques en el Ejecutivo, "el más cainita de toda la UE", en vez de denostar a los ultras. Sí les avisó de que regalan al presidente una moción de confianza gratuita, "un mitin pagado con el dinero de todos", que además pone la alfombra roja a Yolanda Díaz, que aprovechó su intervención como lanzamiento de su proyecto político, Sumar. Gamarra trató de destruir la obra del Gobierno Sánchez a nivel económico, le acusó de maniatar y manipular las instituciones (la fiscalía, el CGPJ, el Congreso...), le apretó con la comisión de investigación del 'caso Mediador', y le cargó la culpa de la aplicación de la ley del 'solo sí es sí'. Fue convincente en el ataque con un discurso calculado, y le tocó defender que la alternativa a Sánchez pasa por un Feijóo ausente en el Congreso, pero omnipresente en los discursos.

Patxi López: encendido

El PSOE dejó a López la descarga de adrenalina contra el PP. Tocaba devolver el golpe después de la intervención de Gamarra y López se desenvolvió ante el atril dispuesto a desmontar a los populares. El hemiciclo se encendió. No escapó del 'pimpampum', entró de lleno en él, para marcar perfil electoral y entrar al barro, dejando a Sánchez al margen para que luciera el perfil institucional. Dibujó con insistencia la alianza del PP con Vox, incluso certificó que el futuro de Feijóo, lo quiera o no, está atado a los ultras tras el 28 de mayo. Se afanó en dejar claro que, a su juicio, el PP sigue siendo "la derecha de siempre", arrinconándoles hasta el punto de sancionar que solo miran por su afán de poder, al precio que sea, incluso de la mano de la extrema derecha. Fue bronco, sí, y levantó a los diputados de sus escaños. Cumplió con su objetivo.

Ramón Tamames: extemporáneo

El candidato a la presidencia del Gobierno se convirtió en el comentador principal de la sesión parlamentaria. Se dedicó a actuar a modo de apuntador, afeó a los diputados haber aprovechado el hemiciclo para pronunciar un mitin para las elecciones de mayo, algo evidente teniendo en cuenta que este era el propio propósito de Vox, y llegó incluso a abroncar a la presidenta del Congreso por no evitarlo: "No me esperaba un mitin como este en la patria de la soberanía nacional [...] Estaba camino del infarto", deslizó, exhibiendo que, para él, todo esto no ha sido más que una forma de recuperar el foco mediático. Su excentricidad llegó al punto de reconocer a la CUP que le había interesado parte de su discurso, de pedir a sus señorías que sustituyan el término "fascista" por "neoconservador" cuando se refieran a la extrema derecha de Vox y de criticar a 'los vascos' por exigir un mayor autogobierno. "Me voy muy satisfecho", dijo, y cerró así un espectáculo parlamentario con el que certifica su enésimo cambio de chaqueta.

Pedro Sánchez: vencedor

El jefe del Gobierno se subió al carro de la pugna PSOE-PP, recalcando su perfil presidencial ante un líder de la oposición 'de facto' ausente. Sánchez se esforzó en atar a los populares con la ultraderecha con el fin de proteger y recoser el bloque de la investidura para pasar página a los choques de las últimas semanas por la reforma de la ley del 'solo sí es sí' y la ley 'mordaza', y para ensalzar su perfil de izquierdas, arropado por Díaz. Así, puso sobre la mesa su obra de gobierno ante una alternativa que persigue el "retroceso". Fue hábil a la hora de sacar provecho de una moción de censura que lo único que hace es afianzarle y se dio el gusto de exhibirse vencedor de una ofensiva que a quien realmente ha incomodado es al PP.

Suscríbete para seguir leyendo