Nuevo organigrama

Los Mossos acogen con frialdad los cambios en la estructura del cuerpo

El decreto de reestructuración de la Policia de Catalunya cifra en 109 los mandos que faltan para desplegarlo, un objetivo que los miembros del colectivo policial no ven realista

El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena (al fondo), acompañado por el comisario jefe de los Mossos d´Escuadra, Eduard Sallent.

El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena (al fondo), acompañado por el comisario jefe de los Mossos d´Escuadra, Eduard Sallent. / ALEJANDRO GARCÍA / EFE

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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En el acto interno de presentación del decreto de reestructuración de la Direcció General de la Policia se ha evidenciado otra vez la distancia que existe entre la Conselleria de Interior y los Mossos d'Esquadra, un desencanto que se fraguó con la destitución del mayor Josep Lluís Trapero a finales de 2021 y que se agravó con el despido del elegido para reemplazarlo, el comisario Josep Maria Estela, en octubre de 2022.

El decreto de reestructuración es un documento que deja por escrito cómo debe reorganizarse la policía catalana en los próximos años. Es una hoja de ruta que debería haber sido acogida con optimismo por parte de los mandos de los Mossos que deberán desarrollarla. Pero los policías que este lunes por la tarde acudieron al complejo Egara para ser informados de su contenido la recibieron con frialdad, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO.

La mayoría de sindicatos de los Mossos, además, decidieron plantar a la Conselleria d'Interior en el Consell de la Policia en una reunión de carácter extraordinario que debía celebrarse en el departamento y a continuación de la presentación interna de Egara. Los representantes de los policías de las formaciones de USPAC, CAT, SME, SPC, SEGCAT y SEI emitieron un comunicado asegurando que Interior los ha ninguneado en la elaboración de un decreto que será decisivo para su labor.

Silencio

Este lunes por la tarde estaban convocados en el complejo Egara, sede de la policía catalana, todos los mandos del cuerpo. El director general Pere Ferrer, el comisario jefe Eduard Sallent, y los comisarios Emili Quevedo y Rosa Bosch, desgranaron por turno y durante dos horas cómo será el nuevo organigrama. Al terminar, Ferrer exclamó un efusivo "¡Visca els Mossos¡" que fue acogido con un "incómodo" silencio "sepulcral" por parte de los asistentes, según subrayaron varios de los asistentes.

"El problema es que la gente ya no cree nada", resumía uno de los mandos al salir del acto. "Han hecho un elefante con pies de barro", ilustró otro para tratar de explicar que la nueva estructura aguanta sobre el papel pero no sobre la realidad. "Me parece bien, pero dudo de que pueda hacerse", concluyó un tercero. La memoria que acompaña a este decreto, al cual también ha tenido acceso este diario, detalla que para poder desplegarlo se requieren crear 109 nuevas plazas de comisario, intendente, inspector y subinspector. Es decir, actualmente el cuerpo dispone solo de dos terceras partes de los mandos necesarios para poder implantar el nuevo organigrama.

Un decreto histórico

El decreto que el Govern prevé aprobar este martes en el Palau de la Generalitat comenzó a gestarse por parte de la Conselleria de Interior de Joan Ignasi Elena tras la destitución del mayor Trapero. El elegido para reemplazarle, el comisario Estela, se reunió con los mandos del territorio para atender sus propuestas. La parte del extenso documento –consta de más de 130 páginas– que pretende devolver poder a la regiones policiales procede de aquellos primeros contactos. 

Estela, sin embargo, también fue destituido nueve meses más tarde, en octubre del 2022, al solicitar al 'conseller' Elena que apartara de la prefectura a su número dos, el comisario Sallent, en quien no confiaba al constatar que despachaba asuntos con el director Ferrer que entendía deberían concernir al número uno del cuerpo. 

Tras la polémica salida de Estela, la crisis abierta por la destitución de una figura tan simbólica como Trapero para el cuerpo se agudizó, y medio año más tarde ha aflorado de nuevo la distancia existente entre la cúpula y el resto de responsables policiales –jefes de regiones, divisiones y áreas–. Sallent y Ferrer son quienes recogieron el trabajo de Estela, quienes lo han modificado y terminado y también quienes lo defendieron ayer ante los mandos en Egara.

La nueva prefectura

La nueva prefectura del cuerpo estará formada por un número 1, un número 2 y dos coordinadores adjuntos. Los cuatro serán comisarios y, salvo Sallent, que será el número uno, aún no han sido designados los nombres de los otros tres que la integrarán. Los coordinadores adjuntos no están por encima jerárquicamente del resto de comisarios. Es decir, en realidad, solo obedecen a Sallent y su número 2, que debería ser Bosch. La Dirección General, con el nuevo decreto, aumentará considerablemente su envergadura sumando áreas que ahora ostentarán rango de comisarías directamente bajo su tutela, entre ellas la de asuntos internos y la de evaluación

El decreto prevé que las áreas regionales tengan más potestad sobre las investigaciones criminales, una forma de operar que para algunos es positiva porque los comisarios de territorio deben conocer qué investigaciones se llevan a cabo sobre su jurisdicción pero que para otros implica debilitar la comisaría más potente del cuerpo catalán, la Comissaria General de Investigació Criminal, que también cederá la persecución de ciberdelitos a los investigadores asignados a la región virtual, que recibirá en el futuro la misma consideración que las regiones territoriales.

Esta última comisaría, la de Investigación Criminal, entrega asimismo a otra comisaría de nueva creación, la Comissaria General de les Tecnologies de la Informació i la Comunicació, el Siltec, el sistema de escuchas –los 'pinchazos' telefónicos–. La decisión preocupa a algunos investigadores que consideran que lejos de la comisaría de investigación los datos confidenciales de pesquisas judiciales estarán más expuestos.

Los detractores del nuevo decreto, además de mantener que no es realista con los recursos disponibles actualmente, temen que haya sido elaborado para proporcionar un mayor control político del cuerpo policial.

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