Elecciones municipales 2023

Elisenda Alamany, número dos de ERC al Ayuntamiento de Barcelona

La exdirigente de los Comuns repetirá en la lista republicana haciendo tándem con Ernest Maragall

Maragall y Alamany

Maragall y Alamany / Jordi Cotrina

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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La búsqueda de un ‘mirlo blanco’ de ERC en pos de un perfil de 'número dos' que pudiera suponer un golpe de efecto en la trompicada candidatura de Ernest Maragall no ha dado sus frutos y los republicanos volverán a presentar a Elisenda Alamany como acompañante del alcaldable en el ticket electoral para las municipales de 2023 en Barcelona. La delegada de la Generalitat en Madrid, y oponente de Alamany en la lucha por ser la número 2, Ester Capella será la número 3. Tal y como estaba previsto, al menos desde hace un mes, el presidente de la federación local de ERC en Barcelona, Gerard Gómez del Moral, no está en la candidatura. El partido hará pública la lista completa el próximo 25 de marzo.

Tras cuatro semanas dando vueltas, por tanto, Esquerra ha vuelto al plan inicial, a pesar de que, en determinados momentos de este mes largo de titubeos, fuentes de la dirección del partido descartaron completamente la posibilidad de que Alamany repitiera en el mismo puesto de la lista. Finalmente ha sido así, como ha avanzado 'Nació' y ha podido confirmar EL PERIÓDICO.

Alamany (Castellar del Vallès, 1983) fue, hace cuatro años, uno de los trasvases políticos más notorios en la Catalunya post1-O. De estar encuadrada en las filas de los comunes, en concreto, en el grupo parlamentario de Catalunya En Comú, pasó a 'número dos' de Maragall, precisamente por tener un perfil, mujer y joven, opuesto al del alcaldable.

El inicio errático de la campaña de Maragall, con la desbandada de presuntos apoyos a su candidatura, obligó al partido a intentar revertir la tendencia. La preocupación se instaló en la sede nacional del partido de la calle de Calabria, es decir, trascendió los límites de la federación regional de Barcelona, que tomó las riendas del asunto.

Y es que el panorama de Barcelona, en que ERC fue la lista más votada en las municipales de 2019, enturbia las perspectivas electorales del partido que, hasta hace unos meses, eran muy altas, cara a los comicios de mayo. Porque temen los republicanos que un pinchazo del partido en la capital catalana produce un efecto de arrastre, de contagio, en toda Catalunya.

La inseguridad republicana es comprobable en episodios como el de los carteles injuriosos al candidato y a su hermano, el exalcalde y 'expresident' Pasqual Maragall, donde la toma de decisiones fue tardía. Así, el partido no realizó ninguna denuncia de los hechos hasta casi cuatro días después, dando tiempo a que, incluso, se pudieran crear y solidificar teorías conspirativas no menos injuriosas, cara al partido.