Vox vuelve a presionar al PP con el aborto y lleva el plan del latido fetal al Congreso

a semana en la que el Congreso prevé aprobar definitivamente la reforma del aborto impulsada por el Ministerio de Igualdad, en la que se recupera que las mujeres de 16 y 17 años puedan interrumpir su embarazo sin el permiso de sus padres, los partidos de la derecha se sumergen también en un debate especialmente sensible en ese espectro político. La semana pasada el PP asumió por completo la ley de plazos aprobada por José Luis Rodríguez Zapatero (coincidiendo con el aval del Tribunal Constitucional) y referentes del ala más dura se revolvieron pidiendo a Alberto Núñez Feijóo “reflexionar”. Vox, por su parte, también incrementa la presión sobre los populares con una iniciativa en el Congreso que calca el protocolo antiaborista de Castilla y León que provocó la última crisis de la coalición en la Junta.

Se trata de una Proposición No de Ley (PNL), un debate sin consecuencias en la acción del Gobierno, que lo que hace es exigir un debate en la Cámara Baja y que los partidos fijen posición. Y lejos de evitar una nueva polémica tras lo que sucedió en el Ejecutivo castellanoleonés (con Alfonso Fernández Mañueco evidenciando su malestar con el vicepresidente, de Vox, Juan García-Gallardo) los de Santiago Abascal han registrado una propuesta con las mismas peticiones que querían impulsar en esa autonomía.

En primer lugar, exigen derogar la ley del aborto de 2010 (confirmada por el TC) aunque no aclara si el partido apostaría por volver a la norma de supuestos. Vox apuesta por “sustituirla por normas y políticas públicas que protejan a la mujer embarazada y al concebido no nacido del drama del aborto”. 

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Y, después, insiste en asegurar “la correcta información a las mujeres embarazadas” con medidas de fomento a la natalidad y apoyo a la familia “con el ofrecimiento a las mujeres gestantes que lo soliciten” de asistencia psicológica gratuita, la posibilidad de escuchar el latido fetal (en el primer trimestre del embarazo a través de una eco-doppler) y ecografías 4D para mejor seguimiento del embarazo. 

Es decir, las tres medidas que anunció el partido ultra en Castilla y León, como parte de un protocolo que Mañueco dijo que no se iba a implementar. En aquella comparecencia, el vicepresidente García-Gallardo aseguró que “con que se salvara una sola vida de un niño que fuera a ser abortado ya habría merecido la pena el esfuerzo”.