Entrevista

Xavier Rius Sant: "Las peleas en el Gobierno son un caramelo para Vox"

El autor de 'Vox, el retorno de los ultras que nunca se fueron' (Akal) asegura que Macarena Olona puede generar una crisis en el partido ultra si se presenta a las elecciones

El autor del libro 'VOX: el retorno de los ultras que nunca se fueron', Xavier Rius Sant.

El autor del libro 'VOX: el retorno de los ultras que nunca se fueron', Xavier Rius Sant. / Ricard Cugat

Carlota Camps

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Xavier Rius Sant (Barcelona, 1959) ha vuelto a sumergirse en los inframundos de la ultraderecha para explicar quién es Vox y qué papel político puede tener. En medio de un año electoral, y bajo el nombre 'Vox, el retorno de los ultras que nunca se fueron' (Akal), Rius se mete en sus entrañas para explicar el funcionamiento de una formación sin democracia interna y en manos de un núcleo muy reducido. Este lunes llega a las librerías.

Hay un debate que parece eterno y es si debemos hablar de la ultraderecha o no. Usted le dedica un libro.

A mí no me gusta Vox, pero es la tercera fuerza en el Congreso y la cuarta en el Parlament. Debemos hablar de quién son y qué hacen. Es importante mostrar que detrás de su discurso hay una ideología fascista, algunos con historial neonazi, y que quieren abolir las libertades.

Su relato es un recorrido por la historia y el auge de la extrema derecha. Hace unos años España era una excepción dentro de Europa. ¿Qué cambió?

Su discurso sobre la inmigración, el aborto o las políticas de género no les llevó a hacer el salto. En Europa estos temas triunfaban, pero en España, no.

Y esto, ¿por qué?

Porque la sociedad española puede ser clasista, pero no racista. Aquí en España el tema fue el de 'España es una, no 51'.

O sea, el 'procés'.

Sí, pero esto no quiere decir que Vox es gracias al 'procés'. Es gracias al papel que hace Ortega Smith picando piedra en los tribunales. Con el juicio del 1-O consiguieron la cuota del 'telediario'.

Pero ahora el movimiento independentista está en 'stand by' y no parece que le afecte en las encuestas.

Vox tiene ahora otros caramelos, que son las peleas, contradicciones o meteduras de pata del Gobierno con la ley del 'solo sí es sí', la ley trans o el cambio del Código Penal. Y aquí Vox hace un discurso sin corrección política.

Como máximo a finales de este año habrá elecciones al Congreso...

Sí, y el tema no será si de 52 diputados pasan a 60 o a 35, será si son los que Feijó necesita para tener la mayoría en el Congreso. Vox ha venido para quedarse.

Antes hay comicios municipales. En Catalunya no tienen buenas perspectivas.

Es una anomalía que un partido que tiene 11 diputados en el Parlament y dos representantes en Madrid, no tenga concejales. Solo tiene los de Salt, que eran de PxC.

¿A qué lo atribuye?

No hacen campaña municipal. Como no hay libertad para que el grupo sea autónomo, en los ayuntamientos van con las pulseras, las banderitas y las 100 medidas de Vox. En Sabadell, por ejemplo, no hablan del Cuarto Cinturón.

El autor del libro 'VOX: el retorno de los ultras que nunca se fueron', Xavier Rius Sant.

El autor del libro 'VOX: el retorno de los ultras que nunca se fueron', Xavier Rius Sant. / Ricard Cugat

En el Parlament tampoco están marcando agenda.

Porque son irrelevantes y tienen un perfil de personas muy bajo. El único que se enteraba es Antonio Gallego Burgos, que ha pasado al grupo mixto. Lo pusieron de número dos, pero después lo relevaron porque allí solo mandan Ignacio Garriga y Joan Garriga. Lo tenían marginado.

Internamente hay mando único, ¿no?

Vox nació con el discurso de dar voz a los ciudadanos y contra la casta de partidos. Pero internamente, para evitar disidencias, no tienen ejecutivas regionales. Todo lo decide un comisario político nombrado desde Madrid.

Tampoco hay primarias.

Las abolieron y envían paracaidistas a las elecciones. No tienen democracia interna y esto demuestra que es un partido autoritario y que quiere abolir poco a poco todas las libertades.

Vox es un partido autoritario, por esto la gente se les va

Gallego no es el único que se ha desmarcado.

La primera gran crisis del partido es porqué se cargan las ejecutivas provinciales y ponen como candidatos gente de fuera. La segunda gran crisis es en Murcia, de los cuatro diputados que tenían ya ninguno está en Vox.

La crisis en Murcia empezó por la financiación del partido.

Los concejales y diputados autonómicos tenían que ingresar el dinero que recibían de las cámaras a una cuenta de Ortega Smith en Madrid. Mientras, ellos tenían que pagar la gasolina, las fotocopias y las cervezas de los encuentros con simpatizantes. El dinero servía para nombrar comisarios que les decían qué tenían que votar. Esto hace que el 40% de concejales hayan dimitido. Se les va la gente.

¿Pude haber una gran crisis en Vox que haga tambalear el partido?

Ahora se ha apartado Ortega Smith y se ha puesto a Ignacio Garriga, que yo lo veo un secretario general muy débil. Pero quién sigue mandando como número dos es Jorge Buxadé, que es el cerebro.

Por lo tanto...

La crisis la puede generar Macarena Olona en las generales si hace un Errejón. Y habrá que ver si Ortega Smith se estrella en el ayuntamiento de Madrid o no, y si va de número dos en las generales o lo relegan. Aunque no creo que lo hagan.

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