Defunción

Muere en Bélgica la madre de Toni Comín

Maria Lluïsa Oliveres tenía 89 años y falleció el miércoles en Lovaina, donde estaba ingresada tras sufrir una pulmonía semanas atrás

La madre del 'exconseller' dirigía la Fundació Alfonso Comín, creada en recuerdo de su marido, destacada figura del antifranquismo

Toni Comín con su madre en una entrevista hecha desde TV3

Toni Comín con su madre en una entrevista hecha desde TV3 / TV3

Toni Sust

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Maria Lluïsa Oliveres, madre de Toni Comín, 'exconseller' de Salut y mano derecha del 'expresident' Carles Puigdemont en Bélgica, falleció este miércoles en la localidad belga de Lovaina, a los 89 años.

Oliveres había sido ingresada en un centro médico de esta localidad tras sufrir una pulmonía en Navidad, cuando se desplazó a Bélgica para pasar las fiestas con toda su familia. Sus tres hijos, Toni, Maria y Betona, pasaron sus últimos días con ella. Otro hijo, Pere, también falleció en Lovaina, en 2018, en su caso a causa de un cáncer.

Una vida de lucha

Pintora, formada en la Academia Baixas, la escuela Eina y la Llotja, Oliveres dedicó gran parte de su vida a proteger y difundir el legado de su marido, Alfonso Carlos Comín, un político e intelectual con papel muy relevante en el antifranquismo que destacó por su figura rupturista, como referente del eurocomunismo pero también de la renovación del cristianismo.

Oliveres y Comín, casados desde 1961, vivieron en Barcelona aunque pasaron algunos años en Málaga en zonas de especial vulnerabilidad económica donde se centraron en ayudar a personas que vivían sumidas en la pobreza, algo que ella ya había hecho en barrios de Barcelona y Madrid.

Compromiso político y social

Comín, llamado a desempeñar papeles de gran relevancia, falleció prematuramente, a los 46 años, en 1980, sin poder tomar posesión del acta de diputado en el Parlament que logró por el PSUC. De algún modo, esa historia se retomó familiarmente cuando su hijo, Toni, se convirtió en diputado de la Cámara catalana en 2003.

Maria Lluïsa Oliveres dedicó décadas de su vida a dirigir la Fundació Alfons Comín, labor en la que volcó su compromiso social y político. Cuando su hijo se vio en peligro de acabar en la cárcel por las secuelas judiciales del Procés, ella le aconsejó, según explicó posteriormente, irse al extranjero. Ya había visto al marido en la cárcel por su lucha antifranquista y tenía claro que no quería que le pasara a su hijo.

Pofesora de dibujo

Además de una labor de la complejidad que supone ser madre de cuatro hijos en solitario y de su labor en la fundación, Oliveres ejerció como profesora de dibujo durante años en la Escola Santa Anna, en el Eixample.